Asesinato en "Vogue"
Parece ser que Paul Schrader (guionista de Taxi Driver y realizador de Blue Collar, entre otras cosas) le ofreci¨® el papel principal de American gigolo a John Travolta. Al fin y al cabo, s¨ª ya se ha hecho de macarra en la noche del s¨¢bado, se puede hacer de gigol¨® todos los d¨ªas. Travolta, o sus consejeros, rechazaron la propuesta. Ese -creemos- fue el principio del fin de un actor con pocos reflejos y, desde luego, escasa sensibilidad art¨ªstica. Gracias a ello Richard Gere consigui¨® el mejor papel de su incipiente carrera cinematogr¨¢fica, y vi¨¦ndole desempe?arlo nadie piensa en Travolta. Es el gigol¨® de alta clase perfecto.Sin embargo, American gigolo no es una pel¨ªcula sobre la prostituci¨®n, al menos no es s¨®lo eso; es tambi¨¦n un espl¨¦ndido thriller en la gran l¨ªnea del cine norteamericano, del cine y la literatura. Los lectores de Di adi¨®s al ma?ana, de Horace McCoy, recibir¨¢n con placer esta historia escrita y dirigida por un Paul Schrader que hace tiempo mostr¨® su fascinaci¨®n por la violencia urbana. Da la sensaci¨®n de que la pel¨ªcula comienza un poco antes del final de la novela, cuando su protagonista consigue alcanzar la cima social, desenvolverse por entre los lujosos clubes privados, rodearse de hermosas mujeres y, sobre todo, del lujo y la sofisticaci¨®n a la que s¨®lo tienen acceso los poderosos. Ese es el arranque del Filme: un reluciente Mercedes 450 SL, negro, que se dirige a una maravillosa casa en Malib¨², primera de una larga serie de mansiones y apartamentos que sit¨²an perfectamente la acci¨®n del filme en el ambiente deseado. Es como si el asesinato se hubiera cometido en las p¨¢ginas de Vogue y de ah¨ª el que mujeres como Lauren Hutton o Nina van Palladant surjan en la pantalla para llenarla por completo.
American gigolo
Director: Paul Schrader. Int¨¦rpretes: Richard Gere, Lauren Hulton, Nina Van Palladant y H¨¦ctor Elizondo. Director de fotograf¨ªa: John Bailey. Local de estreno: Madrid 3.
Pero, como en todo thriller que se precie, la historia de Schrader no s¨®lo muestra la ambig¨¹edad moral propia de quienes no creen en f¨¢ciles dicotom¨ªas, sino que la angustia, la sensaci¨®n del miedo a lo innominado se adue?a paulatinamente del esp¨ªritu de la v¨ªctima, un gigolo que encontrar¨¢ en el amor su ¨²nica escapatoria. En definitiva, es la salvaci¨®n tras la renuncia a lo propio, el encontrar una puerta, la ¨²nica puerta, por la que -parad¨®jicamente- cabe el cuerpo, pero no el esp¨ªritu. Al fin y al cabo, el enamoramiento de un amante profesional es su fin. Y American gigolo est¨¢ repleta de sofisticadas contradicciones. Sin duda, el apartamento m¨¢s lujoso de todos cuantos salen es el de Le¨®n (Bill Duke), homosexual de los barrios bajos y suministrador de ?carne? para viudas desconsoladas o maridos sadomasoquistas.
Paul Schrader -a nuestro juicio- ha acertado totalmente al contar una historia de amor y muerte, sin concesiones a la galer¨ªa y sin renunciar a una est¨¦tica deseada y asumida hasta sus ¨²ltimas consecuencias. En pocas pel¨ªculas como esta la labor de la fotograf¨ªa (John Bailey), la m¨²sica (Giorgio Moroder; Call me, cantada por Blondie), el dise?o de los decorados (Mark L. Fabus y Georges Gaines, en el plat¨®) o el vestuario (supervisado por Mare Gagnon y Bernardene Mann) han servido con mayor eficacia a los deseos del realizador. Es algo que el espectador puede y debe agradecer y que tienen un nombre: profesionalismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.