Divulgaci¨®n cient¨ªfica
Imaginemos -ya es imaginar- que alguien llevara a cabo una nueva edici¨®n de El Quijote en la que a media p¨¢gina se nos explicara puntualmente el comportamiento de sus personajes a trav¨¦s de los mecanismos del cerebro. Suponiendo que lleg¨¢ramos m¨¢s all¨¢ del episodio de los molinos de viento, conocer¨ªamos cient¨ªficamente el porqu¨¦ de la aventura del vizca¨ªno, o las razones de los desalmados y yang¨¹eses. Aunque lo m¨¢s probable es que el lector bostezara, se saltara las notas al margen o, en caso de un inter¨¦s especial, se olvidara de su protagonista y Sancho mucho antes del retorno a su villa.Algo de ello sucede en Mi t¨ªo de Am¨¦rica. Mas lo que en la lectura resulta f¨¢cil: eliminar los renglones que no importan, en cine es dif¨ªcil, porque el espectador no toma parte activa apenas en el filme, a no ser que lo abandone y marche. Pues esta f¨¢bula en la que los humanos ocupan el lugar de sus hermanos de rangos inferiores viene a ser, se quiera o no, una charla de divulgaci¨®n al estilo de las que suelen presentar muchas televisiones de Europa, ilustrada con una secie de ejemplos unas veces felices y otras menos afortunados. Quienes han ideado la pel¨ªcula han tenido el buen juicio de tratarla, en clave de humor. Es un acierto. Hubiera sido dif¨ªcil de soportar la teor¨ªa cient¨ªfica en un filme franc¨¦s con ejemplos de Racine o de Moli¨¦re. Lo malo de las ilustraciones son las historias mismas, que, si en un principio tienen gracia y cierta humanidad, a la larga se sazonan con sal bastante menos fina, digna de Monicelli. Algo parecido sucede con los insertos en blanco y negro que en un princip¨ªo ayudan a definir los personajes, luego resultan menos eficaces, por reiterativos, y al final fatigan.
Mi t¨ªo de Am¨¦rica
Gui¨®n de Jean Gruault. Direcci¨®n: Alain Resnais. Fotograf¨ªa: Sacha Viernay. M¨²sica: Arie Dzierlatka. Int¨¦rpretes: Gerard Depardieu, Nicole Garc¨ªa, Roger Pierre, Marie Dubois, Nelly Borgeaud, Pierre Arditi, Gerard Darrieu. Comedia-documental.Francia, 1980. Local de estreno: Luna 1
Las teor¨ªas de Henri Laborit, cuestionables, como todas, van desde la intuici¨®n brillante hasta el sentido corn¨²n, ciencia aprendida desde siglos por los dem¨¢s mortales. La an¨¦cdota empe?ada en seguirlas paso a paso se vuelve confusa en ocasiones. De todos modos, como tales investigaciones parecen hallarse en sus comienzos todav¨ªa, el d¨ªa en que lleguen a su fin, si no son borradas por otras nuevas o m¨¢s originales, es probable que los humanos ya no existan como tales, incluyendo todo aquello que les hiere o amenaza, como peligros, guerras y conflictos sociales.
Resnais asegura haberse divertido mucho realizando el filme; el p¨²blico, no tanto, sobre todo en la segunda parte. Lo que hay en ¨¦l de documento, sin llegar a otros logros anteriores, revela la mano del ¨ªnaestro que a?os atr¨¢s supo elevar el g¨¦nero a la tragedia de los momentos hist¨®ricos y a la poes¨ªa de lo cotidiano.
Ello es lo que se echa de menos aqu¨ª: seres y cosas que, dentro del humor o lejos de ¨¦l, nos den la medida de un Resnais m¨¢s ir¨®nico y menos empe?ado en seguir puntualmente un gui¨®n cient¨ªfico. Esta colaboraci¨®n con Laborit, nacida de un proyecto frustrado de corto publicitario sobre un producto destinado a fortalecer la memoria, puede que aclare algunas cuestiones sobre ciertos casos, pero Resnais, que justamente cuenta entre sus obras primeras con una sobre esa otra memoria guardada entre los renglones de los libros de la gran biblioteca de Francia, sabe muy bien que, neuronas aparte, y seg¨²n dijo Shakespeare, que algo entend¨ªa de la vida, hay m¨¢s cosas en el cielo y la tierra de las que los cient¨ªficos nos suelen revelar o imaginar nuestra particular filosof¨ªa.
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