Reproducida ¨ªntegramente la "sala de los toros", de Lascaux
La soluci¨®n que los cient¨ªficos franceses han aportado al caso de la ?sala de los toros? de la cueva de Lascaux, reproduci¨¦ndola con gran similitud al original, permite vislumbrar soluciones similares para las pinturas neol¨ªticas y paleol¨ªticas que sufren parecidas dificultades de conservaci¨®n en todo el mundo. En Madrid existe una reproducci¨®n de las cuevas de Altamira, en el Museo Arqueol¨®gico, si bien, al parecer, el nuevo m¨¦todo permitir¨ªa una fidelidad a¨²n mayor al modelo original.
La ?sala de los toros? de la cueva de Lascaux, que alberga pinturas neol¨ªticas que datan aproximadamente de hace 17.000 a?os, acaba de ser enteramente reproducida en el Grand Palais de Par¨ªs, donde los visitantes podr¨¢n admirarla a partir de hoy mismo.
La cueva de Lascaux (situada en Dordo?a, al sureste de Francia) est¨¢ cerrada al p¨²blico desde 1963, a causa de la llamada ?enfermedad verde?, que recubre las pinturas, y que se debe a la excesiva afluencia de visitantes. De ah¨ª vino la idea de presentar una reproducci¨®n, a tama?o natural, de esta joya.
La soluci¨®n escogida para hacerlo es ¨²nica en su especie. Se han sacado literalmente calcoman¨ªas de los frescos sobre las paredes de la ?sala de los toros?, reproducida en una caverna artificial de quince metros de largo por quince de alto y nueve en su parte m¨¢s ancha.
Ha sido reproducido hasta el relieve de los muros por los especialistas del Instituto Geogr¨¢fico Nacional, al tiempo que otro equipo del mismo instituto realizaba numerosas fotograf¨ªas de las pinturas rupestres.
S¨®lo restaba transferir las doscientas im¨¢genes a su lugar, conservando de las fotograf¨ªas s¨®lo algunas millon¨¦simas partes de mil¨ªmetros de espesor, sobre el que s¨®lo queda el color y el trazo. La impresi¨®n es extraordinaria y los c¨¦lebres frescos parecen haber estado siempre, all¨ª. Se puede asegurar que el procedimiento, puesto a punto, puede convertirse en un instrumento precioso para la museolog¨ªa cient¨ªfica.
El caso de Altamira
El procedimiento hallado por los especialistas franceses para reproducir, casi con absoluta fidelidad, las pinturas rupestres de la cueva de Lascaux, puede ser una buena soluci¨®n para resolver el ya largo problema de las cuevas de Altamira, cerradas al p¨²blico desde 1977.Los males que aquejan a la cueva francesa son id¨¦nticos a los que aconsejaron el cierre de Altamira: el gran n¨²mero de visitantes y las obras de adaptaci¨®n realizadas en el interior y en los alrededores de las hist¨®ricas cavernas han alterado el microclima de los lugares y afectado a la composici¨®n de las pinturas realizadas por nuestros antepasados.
En el caso de las cuevas santanderinas, se han realizado numerosos estudios cient¨ªficos para determinar el alcance del deterioro ya producido y establecer las m¨ªnimas condiciones de seguridad para la reapertura. Expertos norteamericanos utilizan en la actualidad un ordenador electr¨®nico para analizar todos los datos relacionados con la conservaci¨®n de tan importante documento prehist¨®rico. A finales del a?o pasado se dijo que las cuevas de Altamira (vendidas en 1971 al Estado por el Ayuntamiento de Santillana del Mar, de Santander) podr¨ªan abrir nueva mente sus puertas al p¨²blico en abril de 1980. Este hecho no se ha producido.
La decisi¨®n de limitar a cient¨ªficos y expertos el acceso a las salas de pinturas rupestres de Altamira ha sido, desde el principio, un¨¢nimemente aplaudida por organismos oficiales y entidades privadas. Entienden ¨¦stos que no debe correrse el m¨¢s m¨ªnimo riesgo que ponga en peligro la existencia de tan valioso patrimonio cultural.
La posibilidad de reproducir con exactitud las pinturas rupestres, en sus caracter¨ªsticas originales y en un entorno pr¨¢cticamente id¨¦ntico al real, como han demostrado los franceses en Lascaux, ofrece, a priori, una expectativa optimista para todos aquellos que, con sobrada raz¨®n, desean que las pinturas de Altamira puedan ser observadas y estudiadas con libertad.
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