Breznev prefiere al actual presidente
A poco m¨¢s de una semana de la elecci¨®n presidencial norteamericana, altas fuentes sovi¨¦ticas han manifestado que preferir¨ªan que el presidente Carter se impusiera a su rival, el republicano Ronald Reagan.Por otra parte, el influyente diario norteamericano New York Times public¨® en su edici¨®n de ayer que prestaba su apoyo al actual presidente en la carrera hacia la Casa Blanca. Ya en 1976, el peri¨®dico apoy¨® a Carter en su enfrentamiento electoral con Gerald Ford.
De la misma forma, la revista Time public¨® un informe sobre las preferencias de los l¨ªderes de los pa¨ªses aliados de EE UU en la elecci¨®n. La mayor parte de los dirigentes occidentales, aunque sin entusiasmo, optan por Carter.
El cambio de actitud de los dirigentes del Kremlin hacia el hombre, Carter, al que se ha venido criticando duramente en el transcurso del ¨²ltimo a?o hay que buscarlo en el Tratado de Limitaci¨®n de Armas Estrat¨¦gicas (SALT), pendiente de ratificaci¨®n en Estados Unidos, al que se opone Reagan.
Hasta el momento, la actitud de los sovi¨¦ticos con relaci¨®n a Reagan no pasaba de considerarle ?un amigo de la guerra fr¨ªa?, pero en privado manten¨ªan que hab¨ªa que esperar. En las ¨²ltimas semanas se oper¨® un cambio radical. As¨ª, Le¨®nidas Breznev confes¨® al industrial norteamericano Armand Hammer, presidente de la Occidental Petroleum, en Mosc¨², que SUS ?mejores deseos? eran para el presidente Carter.
En cuanto a la clara toma de posici¨®n del New York Times, el peri¨®dico explica que ?no existe ning¨²n candidato ideal?, pero ?la elecci¨®n es importante, porque hay diferencias y por ello preferimos a Carter. Reagan es el mejor vendedor?, dice el peri¨®dico. ?A Carter se le caen sus mercanc¨ªas, pero su maleta contiene los mejores productos?.
Por otra parte, Time informa que el canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Helmut Schrnidt, confes¨® a uno de sus colaboradores: ? Por lo menos, estoy bastante acostumbrado a tratar con Carter?. La mayor parte de los dirigentes de los pa¨ªses de la OTAN piensan que el presidente es inocente e ?nconsistente, pero rechazan con mayor aplomo la oposici¨®n de Reagan a las SALT II, lo que pondr¨ªa en peligro la distensi¨®n. Solamente la primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, manifiesta sin reservas su apoyo incondicional a Jimmy Carter.
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