Con Groucho Marx y Mae West

Pocas pel¨ªculas en la historia del cine espa?ol han llegado, como esta, a tal grado de corrosi¨®n, libertad, imaginaci¨®n, frescura y humor. En pocas tambi¨¦n han podido unirse con tanta inteligencia la caricatura de una forma de vida en decadencia con la propuesta de un nuevo concepto de las relaciones. Aqu¨ª no se perdona nada, se cita todo, estableci¨¦ndose con el espectador una comunicaci¨®n ins¨®lita que puede conducir tanto al rechazo indignado como al aplauso incondicional. Se piense lo que se piense de Pepi, Lucy, Bom..., nadie podr¨¢ discutir que estamos ante una obra sorprendente y, hasta ahora, ¨²nica.No hay forma de resurgir la pel¨ªcula en unas frases. Si bien es cierto que en algunos momentos el enloquecido ritmo de. su acci¨®n tiene momentos bajos y, desgraciadamente, quiz¨¢, sus ¨²ltimos minutos est¨¢n entre ellos-, no lo es menos que pretender clasificarla en funci¨®n de su an¨¦cdota nos remitir¨ªa a una superficializaci¨®n que traicionar¨ªa lo mejor que tiene. Esta es una pel¨ªcula que se remite a varios y antag¨®nicos conceptos de la cultura popular para aunarlos en un divertimento delirante que exige la complicidad o el esc¨¢ndalo. Aqu¨ª tenemos desde el comic de nuestros d¨ªas hasta el m¨¢s legendario de Maril¨®, pasando por las novenas, los seriales radiof¨®nicos, los cuentos de polic¨ªas y ladrones, la zarzuela, las mesas camilla, los cojines informales, la droga y, sobre todo, el amor. Pero el amor visto con el humor de quien se r¨ªe de las represiones propias y ajenas, con la ternura y el desencanto de quien est¨¢ harto de cortapisas y coloca la realidad ¨ªntima de cada uno en el lenguaje timorato de las convenciones. La bofetada que supone ese contraste es uno de los m¨¢s brillantes aciertos de Pedro Almod¨®var, que realiza aqu¨ª su primer largometraje profesional, socavando con aut¨¦ntica osad¨ªa los m¨¢s respetables tab¨²es de nuestra boba sociedad. Ayuda al sorprendente resultado de la pel¨ªcula una amplia lista de actrices y actores, sensibles, cachondos y riguroso; que raras veces podr¨¢n compartir un. trabajo tan coherente como acertado: Carmen Maura, Eva Siva, Alaska, Kitty Manver y Concha Gregori junto con F¨¦lix Rotaeta y los dibujos de Ceesepe y la m¨²sica de Los Pegamoides de boleros, pasodobles y varias cosas m¨¢s.

Heredero de Groucho Marx y Mae West, Pedro Almod¨®var no ha merecido la dif¨ªcil suerte de su pel¨ªcula, rodada con escas¨ªsimos medios a lo largo de un a?o, en cooperativa, sin apoyos. Triste suerte esta, com¨²n a tantas y tantas nuevas pel¨ªculas espa?olas, que luchan como pueden contra la marginaci¨®n en que las coloca la masiva afluencia de poderosas pel¨ªculas americanas. Como alguien no lo arregle pronto, productos como este ser¨¢n cada d¨ªa menos usuales; en su lugar tendremos los melodramas mediocres del cine yanqui.