Doctor Massa: "El boxeador est¨¢ desprotegido"
El doctor Massa, ex presidente de la Federaci¨®n de Boxeo y presidente actual de la Comisi¨®n M¨¦dica del Consejo Mundial de Boxeo (WBC), no es partidario de la supresi¨®n del boxeo, pero s¨ª del incremento de las medidas de protecci¨®n al boxeador. ?El boxeador est¨¢ desamparado, porque los reglamentos que le protegen no se cumplen y porque son precisas unas modificaciones que no se llevan a efecto?.
?Son muchas las cosas que est¨¢n en contra del boxeador?, comenta el doctor Massa, que el pr¨®ximo d¨ªa 1 presidir¨¢ en M¨¦xico la cuarta: reuni¨®n de la Comisi¨®n M¨¦dica del WBC. ?Hay que empezar por los guantes, que protegen m¨¢s la mano que golpea que la cabeza que recibe el golpe. El guante evita cortes en la cara y protege la mano, pero aumenta el efecto de repercusi¨®n del golpe y, por tanto, la sacudida del cerebro es mayor. Se utilizan guantes de seis, ocho o diez onzas, y hay que luchar por unos guantes m¨¢s peque?os, que producir¨ªan un menor efecto de repercusi¨®n?.Luego est¨¢ la cuesti¨®n de los vendajes. La venda que envuelve la mano suele ser objeto de muchos trucos. ?Yo siempre digo que la venda es, en realidad, la herradura, esa herradura de las pel¨ªculas c¨®micas. El tipo de venda utilizable est¨¢ reglamentado, pero este reglamento se incumple con demasiada frecuencia, y eso deja tambi¨¦n desamparado al boxeador?.
Y hay m¨¢s causas, como la lucha permanente del boxeador contra la b¨¢scula y el miedo de ¨¢rbitros y apoderados a detener una pelea. ?Lo del peso de los boxeadores es grave. Todos tratan de quitarse el mayor n¨²mero de kilos posibles para combatir en una categor¨ªa m¨¢s baja. Entonces resulta que a ti te llega un boxeador con setenta kilos, le haces un reconocimiento profundo y le encuentras bien. Pero luego sale a pelear con 64 kilos, despu¨¦s de pasar hambre y sed los d¨ªas anteriores al combate, y resulta que no es un deportista sano el que pelea, sino un hombre debilitado y en malas condiciones.
Respecto a ¨¢rbitros y apoderados, es un problema dif¨ªcil de combatir. ?Ellos son la ¨²ltima barrera que defiende al boxeador del exceso de castigo. Si ellos fallan, el da?o se multiplica, y esos ¨²ltimos golpes pueden ser fatales. Por desgracia, el ¨¢rbitro se ve muy presionado por el p¨²blico, que quiere que el combate siga, y el manager, por su propio pupilo, que se enfada con ¨¦l si detiene la pelea. Es un problema dif¨ªcil?.
Con todo, el doctor Massa insiste en que no se debe hablar de suprimir el boxeo. ?Creo que lo que hay que hacer es mejorarlo, no supumirlo. O investigar profundamente y, si se encuentran razones de peso, llegar a la supresi¨®n, pero s¨®lo si hay estas razones?. Admite que tal y como es el boxeo ahora, y hasta que se solucionen os problemas de los guantes, del peso, de las vendas y de la firmeza de ¨¢rbitros y apoderados, seguir¨¢n produci¨¦ndose tragedias.
La degradaci¨®n mental
?Lo ¨²nico verdaderamente peligroso del boxeo es la conmoci¨®n, porque a trav¨¦s de la conmoci¨®n se pierde capacidad mental. Y Ios golpes en la cabeza pueden producir el edema mortal o la hemorragia interna. Es la conmoci¨®n lo que hay que combatir por todos los medios. Por eso es tan importante lo de los guantes?.Resulta impresionante escuchar la descripci¨®n de los distintos tipos de conmociones que puede sufrir un boxeador, y m¨¢s impresionante a¨²n pensar que se exponen voluntariamente a ello cuando suben al ring. ? Lo peor de todo esto es que nos encontramos con una parcela de la medicina menos desarrollada que otras, porque del cerebro a¨²n se sabe menos que de cualquier otra regi¨®n del organismo?.
Y en torno a la salud del boxeador existe demasiada indiferencia. ?En general, la medicina deportiva en Espa?a casi no existe. Yo pertenezco al departamento de medicina deportiva del CSD. Tenemos en el Palacio de los Deportes un aparato de rayos X del a?o treinta y cuatro cosas m¨¢s. Tenemos lo que era imprescindible en el a?o cincuenta, y estamos en el ochenta. Hace falta presupuesto para equipo y para investigaci¨®n si queremos terminar con estas cosas. El a?o pasado, la Federaci¨®n de Boxeo gast¨® dos millones en encefalogramas a los boxeadores profesionales. Supone un esfuerzo importante dentro de su presupuesto, pero un esfuerzo in¨²til, porque el encefalograma no detecta la enfermedad del cerebro hasta que est¨¢ avanzad¨ªsima. Un boxeador que da bien en el encefalograma puede estar muy herido por dentro. El scanner nos da m¨¢s, aunque tampoco mucho m¨¢s, pero cuesta cuatro veces m¨¢s hacerlo?.
No hay equipo, y tampoco investigaci¨®n. ?Cuando muri¨® el boxeador Rubio Melero no se hizo el protocolo de autopsia. Hubiera sido conveniente estudiar todas las partes de su cerebro para ver qu¨¦ hab¨ªa, en qu¨¦ medida le hab¨ªa afectado la pr¨¢ctica del boxeo; pero no se hizo. Ahora, con el caso de Monz¨®n, yo he pedido directamente y a trav¨¦s de la Federaci¨®n una informaci¨®n completa sobre el caso, y no he recibido nada. Es dif¨ªcil que sepamos combatir los peligros del boxeo si no los conocemos. Esta Comisi¨®n M¨¦dica del WBC tiene un valor, porque en las reuniones que hacemos, una al a?o, se estudian con inter¨¦s muchos casos. No son reuniones de una gran altura cient¨ªfica, porque ninguno de los que vamos la tenemos, pero s¨ª son pr¨¢cticas, porque todos somos gentes muy metidas en el boxeo. El a?o pasado, el WBC destin¨® una cantidad de 10.000 d¨®lares (700.000 pesetas) para la revisi¨®n de los hombres que pierden por KO en peleas por el t¨ªtulo del mundo?.
No suprimir, sino proteger
De todo lo que dice parece posible extraer argumentos para la supresi¨®n del boxeo, pero ¨¦l insiste en que ?hay que proteger al boxeador. Aplicar los reglamentos en lo que son buenos y mejorarlos en otros aspectos. E investigar, gastar dinero. No se ppede hacer una cosa mal y despu¨¦s decir "hay que suprimirla", porque eso es un absurdo. Vamos a hacerla bien, y si no resulta, pues la suprimimos?. Pese a todo esto, es partidario del boxeo aficionado m¨¢s que del profesional (el boxeo aficionado es a tres asaltos y con un arbitraje siempre m¨¢s propenso a parar la pelea si un p¨²gil sufre castigo), y reconoce que de los 150 boxeadores profesionales que hay en Espa?a s¨®lo unos doce pueden vivir realmente del boxeo.
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