Max Su?¨¦, por el sendero del "jazz"
Todo el pasado fin de semana ha actuado en la sala Olimpia, de Madrid, el que fuera guitarrista del grupo Iceberg y uno de nuestros mejores instrumentistas: el llamado Joaqu¨ªn Max Su?¨¦. Cierto que no estuvo solo, ya que los dos m¨²sicos que vinieron con ¨¦l eran tan impresionantes como el solista. De uno ya se sab¨ªa, que no por nada Carles Benavent es uno de los mejores bajos que uno haya escuchado nunca. Pero el que s¨ª fue una sorpresa, y grande, era el bater¨ªa, Salvador Niebla, un tipo jovenc¨ªsimo que le pegaba al instrumento como un verdadero poseso.As¨ª situadas las cosas, nadie sab¨ªa muy bien por d¨®nde iba a discurrir el concierto, pero el misterio se aclar¨® pronto. Aquello iba a ir por senderos jazz¨ªsticos modernos o m¨²sicas viejas con esp¨ªritu nuevo, que se le parece mucho. Max siente una especial predilecci¨®n por Coltrane, tema este en el que demuestra un buen gusto nada sorprendente. Pero tambi¨¦n tocaron temas de Ray Barreto (o sea, salsa), la tradicional y muy catalana Can?o del Lladre, un terna de Rene Thomas, otro de la Cl¨²a, etc¨¦tera.
Y es que el concierto fue de esos que te dejan con la boca abierta y que recuerdan a todos c¨®mo uno puede alucinar casi con cualquier m¨²sica a poco receptivo que se sea y con la condici¨®n evidente de que est¨¦ bien hecha. Y esta del Olimpia y de Max lo estaba. Por lo pronto, este hombre parece haberse liberado muchas dudas, tal vez debido a las limitaciones que impone un tr¨ªo. Toc¨® bien o muy bien, no pareci¨® sentir la necesidad de andar a carreras por el m¨¢stil y expres¨® a trav¨¦s del instrumento mucho m¨¢s de lo que uno le hab¨ªa o¨ªdo hasta ahora. Por otra parte, los trabajos de Carles Benavent y de Niebla eran como de solista, pero sin interferir con Max. Para explicarme algo mejor, podr¨ªa decir que all¨ª hab¨ªa tres solistas peg¨¢ndole como salvajes coordinados y que cualquier oyente pod¨ªa disfrutar con cualquiera de las partes, as¨ª como el todo si ven¨ªa al caso.
Aparte de todo, resultaba casi emocionante comprobar que en nuestro pa¨ªs, adem¨¢s de gente que sabe hacer canciones (el pop de aqu¨ª), existen tambi¨¦n m¨²sicos que ocupan otro nivel de sensibilidad, que cubren otras necesidades y que lo hacen a la perfecci¨®n. De veras, es muy bello y da moral: no somos tan unidimensionales.
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