Vecinos de un pueblo leon¨¦s reclaman puestos de trabajo para ceder sus tierras a una central t¨¦rmica
Cuarenta y cinco familias de Cubillos del Sil (Le¨®n) montan guardia desde hace una semana frente a la central t¨¦rmica de Compostilla, perteneciente a ENDESA, para impedir la expropiaci¨®n de unas veinte hect¨¢reas de terreno que, seg¨²n los vecinos, s¨®lo ser¨¢n cedidas a cambio de puestos de trabajo. Cubillos del Sil, un peque?o pueblo de 1.200 habitantes, situado a ocho kil¨®metros de Ponferrada, ha perdido en s¨®lo dos d¨¦cadas las tres cuartas partes de sus propiedades debido a sucesivas expropiaciones de ENDESA, la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Norte y el Instituto de Colonizaci¨®n.
Las brigadas de vigilancia de los vecinos de Cubillos del Sil incluyen a 140 personas -hombres, mujeres y ni?os-, que desde las ocho de la ma?ana hasta las diez de la noche permanecen ininterrumpidamente frente a la central y al lado de dos pancartas que pueden leerse perfectamente desde las nuevas torres de la t¨¦rmica; en una de ellas se pide ?Respeto a la propiedad, no entres en las fincas?.Junto a las pancartas los vigilantes han improvisado a base de los materiales m¨¢s diversos una peque?a caseta que sirve para resguardarse del fr¨ªo a los dos turnos de noche, de diez de la noche a tres de la madrugada y de tres de la madrugada a ocho de la ma?ana, que tienen como misi¨®n alertar, al resto de los vecinos ante cualquier intento de ocupar las fincas. A primera hora de la ma?ana todos vuelven a incorporarse a la vigilancia.
Menos de cien metros separan las fincas de las chimeneas y las torres de ENDESA, cuyo l¨ªmite est¨¢ marcado por un camino y una tela met¨¢lica. La protesta de los habitantes de Cubillos, agrupados en tomo a sus pancartas, contrasta inmediatamente con el fondo de bloques de hormig¨®n de la t¨¦rmica. La vigilancia, sin embargo, se ha mostrado hasta ahora altamente eficaz: ?varias veces han mandado a los top¨®grafos y a las m¨¢quinas para hacer mediciones y preparar el terreno por lo que hemos tenido que echarles a la fuerza. Tampoco creemos que haya m¨¢s incidentes si ellos responden como lo tienen que hacer. Nosotros pensamos estar indefinidamente, aunque creemos que ser¨¢ el d¨ªa 27 cuando intentar¨¢n ocupar las fincas de manera definitiva?.
A la pregunta de qu¨¦ piensan hacer si las m¨¢quinas vuelven de nuevo a entrar en las fincas, esta vez con protecci¨®n de la fuerza p¨²blicia, uno, de los vecinos se limita a se?alar que ?Si se meten con nosotros nos defenderemos, pero, en todo caso, pedimos al gobernador, como responsable del orden p¨²blico, que trate de respetar el orden?.
En el grupo hay personas que han perdido todas las tierras y su propia casa cuando se construy¨® el pantano, sin que todav¨ªa hayan sido pagadas del todo. Una mujer asegura que no le dejan nada. ?S¨®lo seis hijos que tengo?, y una segunda, de edad avanzada, se queja de que con m¨¢s de ochocientos puestos de trabajo en la t¨¦rmica ?los hijos tienen que andar por el mundo adelante con las alforjas, como los gitanos?, porque s¨®lo cuatro vecinos de Cubillos han sido admitidos hasta ahora en ENDESA.
Detonante de la protesta
Las expropiaciones que han servido de detonante para la protesta corresponden a una ampliaci¨®n de la t¨¦rmica: un cuarto grupo, de 350 megavatios y una inversi¨®n superior a los 8.000 millones de pesetas que, sin embargo, s¨®lo dar¨¢n 69 puestos de trabajo a t¨¦cnicos y especialistas tra¨ªdos de fuera. El nuevo grupo comenz¨® a construirse hace ya dos a?os, en 188 hect¨¢reas de terreno que, a excepci¨®n de una veintena, est¨¢n ya expropiadas previo acuerdo con los propietarios y a precios que oscilan entre 37 y 200 pesetas el metro cuadrado. Las ¨²ltimas veinte hect¨¢reas, ahora en litigio, afectan zonas de acceso e instalaciones marginales.El alcalde de Cubillos, Amancio Bard¨®n, militante del PSOE y uno de los que montan guardia frente a la t¨¦rmica, reconoce que s¨®lo una minor¨ªa de los afectados ha plantado cara a la empresa, mientras que el resto han preferido vender a cualquier precio ?porque les enga?aron o porque tienen los hijos fuera y la vida resuelta". Hasta el momento, el Ayuntamiento ha hecho varias gestiones con los directivos locales de ENDESA para conseguir trabajo a los veintisiete parados que hay en el pueblo y que s¨®lo fueron llamados, con contratos temporales, despu¨¦s de la protesta de los propietarios, para trabajar en las empresas contratistas.
No ha habido, sin, embargo, ning¨²n puesto fijo para estos ¨²ltimos, que prefieren llevar sus, asuntos al margen del Ayuntamiento y de los partidos pol¨ªticos, algunos de los cuales se han ofrecido a defender las reivindicaciones del pueblo. Los expropiados piden un total de 45 puestos de trabajo -uno para cada uno de elles o sus hijos- a cambio de las fincas, cuyo valor en met¨¢lico resulta comparativamente muy disminuido en ¨¦pocas de crisis.
En apoyo de esta petici¨®n se recuerda que el pueblo ha sido reiteradamente expoliado de sus propiedades desde finales de la d¨¦cada de los cincuenta, sin que los puestos de trabajo creados por la t¨¦rmica -m¨¢s de ochocientos, a los que deben a?adirse otros tantos de empresas constructoras en las sucesivas ampliaciones- hayan beneficiado a los habitantes de Cubillos. Frente a los veinte millones de pesetas anuales qu¨¦ cobra el Ayuntamiento en concepto de impuesto industrial, y que han permitido mejorar los servicios e infraestructura municipales, los expropiados argumentan que todos los habitantes del pueblo han perdido una parte de sus propiedades a precios irrisorios y se les ha privado en algunos casos de su principal fuente de ingresos. La t¨¦rmica, lejos de proporcionar una mayor prosperidad al municipio, ha provocado la ruina de muchos. de sus, antiguos habitantes y la emigraci¨®n masiva de los j¨®venes, que ahora comienzan a regresar con sus familias empujados por el paro.
Uno de los vecinos, Felipe Marques, recuerda en este sentido que ?en Cubillos sobran ahora titulados y gente cualificada profesionalmente para hacer frente a los argumentos de ENDESA de que no se pod¨ªa dar trabajo a la gente de aqu¨ª porque no estaban preparados. Los j¨®venes ya pueden hacerlo y, en ¨²ltimo extremo, todo quedar¨ªa resuelto con unos cursillos de especializaci¨®n como han hecho otras empresas de la zona?. La urgencia por evitar una di¨¢spora general de los vecinos, que est¨¢n siendo progresivamente sustituidos por los inmigrantes que s¨ª han encontrado trabajo en la central, se agrava con el anuncio de nuevas expropiaciones para el grupo quinto de Compostilla, cuya construcci¨®n deber¨¢ finalizar antes de 1985.
Colonia de inmigrantes
La posibilidad de que Cubillos del Sil se convierta en una colonia de inmigrantes a plazo fijo, les un riesgo que muy poros ponen en duda. Entre otras cosas, porque el 25% de tierras que todav¨ªa no han sido expropiadas no ofrecen apenas nada que pueda ser comercializado debido?a la contaminaci¨®n, que ha convertido la zona en un campo de cenizas. En 1977, una comisi¨®n de vecinos lleg¨® a'trasladarse a Madrid para presentar al presidente de ENDESA una prueba palpable de su ruina como agricultores: una colecci¨®n de frutas y verduras ennegrecidas por las cenizas que, seg¨²n Felipe Marques, provocaron sorpresas y risas entre los altos cargos. Mientras tanto, las vacas de recr¨ªa abortaban y enfermaban de los pulmones, sin que el problema fuera resuelto hasta hace apenas seis meses, con la instalaci¨®n de filtros adecuados en las chimeneas de la t¨¦rmica.La peripecia de los expropiados no difiere mucho hoy de hace veinte a?os. Seg¨²n el m¨¢s veterano de ellos, Lorenzo Ramos Villar, de 88 a?os, cuyos familiares vuelven a perder sus propiedades ahora: ?Vinieron la primera vez y nos mandaron reunirnos en el Ayuntamiento y all¨ª ofrecieron unos precios irrisorios. No hubo conformidad y dijeron que no pagaban m¨¢s y que mir¨¢ramos bien lo que hac¨ªamos. Nosotros no aceptamos y volvieron a convocarnos para otra reuni¨®n, que tampoco tuvo. arreglo porque volvieron a ofrecer unos precios miserables. Despu¨¦s de esta convocatoria, el delegado de Industria de Le¨®n quiso coaccionar al p¨²blico amenazando con que tra¨ªa a la Guardia Civil, y entonces le llamamos al orden un pariente m¨ªo y yo, dici¨¦ndole que ¨¦l no ven¨ªa al pueblo a amedrentar a la gente. Luego volvieron por tercera vez para hablar de los precios y nosotros nombramos un abogado el tribunal provincial tas¨® las fincas en la mitad m¨¢s de lo que hab¨ªan ofrecido?.
Lorenzo Ramos recuerda que a todos les dieron ?un libro as¨ª de grueso? con el n¨²mero de fincas de cada propiedad y la diferencia de precios entre lo que fij¨® el tribunal y lo que daba la empresa. ?Se dio el caso de personas a las que le quitaron todo lo que ten¨ªan y que, despu¨¦s, con ese dinero, volvieron a comprar.otras fincas; resulta que a esos vuelven, a expropiarlos ahora?.
Las reclamaciones sobre ?lo que sentenci¨® el tribunal a mayores? siguen pendientes hoy en su mayor parte: ?Ven¨ªan pagando finca por finca, tra¨ªan las fichas por cuentagotas y vino el d¨ªa en que reclamam¨®s esa diferencia. Faltan todav¨ªa unas quinientas fincas que, seg¨²n el abogado, no han venido todav¨ªa: algunos han ido a cobrar directamente a Oviedo, pero all¨ª les piden las actas y el abogado dice que se le extraviaron?.
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