Estados Unidos y sus aliados

El canciller Helmut Schmidt, de la Rep¨²blica Federal de Alemania, se encuentra en Washington en un momento dif¨ªcil, no porque coincida entre dos presidencias. La brecha perturbadora se halla en el Pacto Atl¨¢ntico, entre Estados Unidos y sus aliados, y se ensancha.Despu¨¦s de sus conversaciones con los dirigentes de Gran Breta?a y Francia, Schmidt sostiene que Europa espera ver a Estados Unidos actuar como un l¨ªder y con una decisi¨®n firme al tratar con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el Oriente Pr¨®ximo y sobre el estancamiento econ¨®mico mundial.

Pero si el presidente Reagan asume la direcci¨®n, ?qu¨¦ consecuencias tendr¨¢? Ha sido conveniente para los europeos que censurasen la Administraci¨®n Carter por su falta de cohesi¨®n en la Alianza Atl¨¢ntica. Sin embargo, es probable que la nueva Administraci¨®n ponga el acento en una direcci¨®n que no sea del agrado de los aliados, de acuerdo a lo o¨ªdo por Schmidt del presidente Carter y de cualquiera que encuentre del equipo Reagan. El problema de la OTAN no es el liderazgo, sino el creciente desacuerdo.

Como tienen que hacer frente a la recesi¨®n, Schmidt, la primera ministra Thatcher y otros pa¨ªses de la OTAN han declarado que no podr¨¢n cumplir sus promesas de aumentar los gastos de defensa en un 3%. Pero Reagan, que habla de un aumento de un 7% para Estados Unidos, no ser¨¢ menos vigoroso que Carter en la condena de esta retirada europea. (...)

Las otras querellas, a trav¨¦s del Atl¨¢ntico, sobre petr¨®leo, comercio, relaciones con los ¨¢rabes, sanciones contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica y prop¨¢estas de neutralizaci¨®n de Afganist¨¢n, no disminuir¨¢n con el cambio de Gobierno. (...)

21 de noviembre