Acracia
Hermida/Melgar graban un programa piloto de casi una hora, en Televisi¨®n Espa?ola, para debatir el tema del pasotismo, que yo prefiero llamar acracia, con palabra m¨¢s globalizadora, bella y explicativa. El pasotismo me parece que no es sino el folklore exterior/interior a la general neoacracia.Como banquillo de la derecha, Carmela Garcia Moreno, el socialista Solana (delf¨ªn de Felipe en el socialismo de ganchillo), un joven bien peinado, al que no conoc¨ªa, y un extranjero. Como izquierda de la cosa, Juanjo, que es el baranda vallecano de los hijos del Agobio, Fernando D¨ªaz Plaja, el cantante Miguel R¨ªos y yo. Como p¨²blico, mucha basca vallecana y m¨¢s o menos agobiada (sonrisas de la bella Yolanda) y como moderador, naturalmente, Jes¨²s Hermida. La izquierda hizo de derecha y la derecha de izquierda, lo mismo que pasa en las Cortes, Juanjo el pasota y Miguel R¨ªos resulta que no pasaban de nada, mientras que Carmela (a la que hice, le¨ª y regal¨¦ un poema sobre la marcha) y su banco decidieron que hab¨ªa que pasar de muchas cosas, en pol¨ªtica y en la vida. Es lo malo y un bueno de la telecosa: que todo asunto, el imperativo categ¨®rico de Kant y la m¨®nada de Leibnitz, en cuanto se maquilla a Leibnitz y a Kant (yo me escap¨¦ del maquillaje) y se echa el travelling sobre una m¨®nada o un imperativo categ¨®rico; todo asunto, dec¨ªa, se queda en nada, como lectura televisiva, no encierra mucha m¨¢s conflictividad que la nocilla, el kas o cualquier otro tervilor de la serie comercial. A Juanjo, hijo y padre del Agobio, mi querido Juanjo, me lo maquillaron, me lo enchufaron, me le dieron varias pasadas de azafata compacta con recadito a m¨¢quina (como cuando se los pasa! a Su¨¢rez en las Cortes), y su denuncia de la represi¨®n, del paro, de la marginaci¨®n, de la persecuci¨®n, del rollo, iba quedando enfriada por ese medio f¨ªo que es la tele.
Creo en Jes¨²s Hermida, pero creo menos en el frigor¨ªfico o electrodom¨¦stico parlante que es la telecosa, donde el medio siempre se impone al mensaje o a la falta (universalidad) de mensaje que es la acracia, porque al final las teleni?as fliparan con el afro rubio de Juanjo.
As¨ª las cosas, y pese al espl¨¦ndido montaje y direcci¨®n de Melgar/H¨¦rmida (ustedes tardar¨¢n en verlo si es que lo ven), pese, asimismo, a los audaz del tema en el contexto de Prado, lo ¨²nico vivo, eficaz, actuante y ¨¢crata, para m¨ª, en una tarde intensa de graba ci¨®n, ha sido la electricidad, una verdadera pasota desmelenoide de kilowatios, que se iba cuando Dios quer¨ªa o, como dijo Juanjo, ?ahora que estaba yo lanzado?. Quiere decirse que somos todos prisioneros de la Hidroel¨¦ctrica Madrile?a o de cualquier otra, que el mensaje de mayor contestaci¨®n a la tecnolog¨ªa, s¨®lo gracias a la tecnolog¨ªa se difunde, y si la electricidad tiene una tarde salida, colgada, flipante, pasota, zumbada, todos volveremos a las tinieblas del oscurantismo y se acab¨® el discurso del Poder y el discurso de la contestaci¨®n y el discurso del antidiscurso.
El socialismo de Solana, el feminismo de Carmela, el donjuan ?sino de D¨ªaz Plaja, el pasotismo de Juanjo, el compromiso de Miguel R¨ªos, la telegenia de Hermida, el orsonwellismo de Melgar y el umbralismo de Umbral pueden quedarse en seco y a oscuras, s¨®lo con que el arc¨¢ngel de la tormenta de plantilla en un monopolio hidroel¨¦ctrico nos corte la luz. De ese arc¨¢ngel monopolista y tecnol¨®gico dependemos todos. Es el ¨¢ngel de la guarda de quienes no creemos en ni?os malos, ¨¢cratas y feos.
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