Los Presupuestos del Estado impiden la realizaci¨®n del contrato-programa en Hunosa
La fijaci¨®n de 16.000 millones de pesetas de subvenci¨®n para Hunosa en 1981 en los Presupuestos Generales del Estado, frente a unas p¨¦rdidas reales muy superiores, que se elevar¨¢n a 25.000 millones de pesetas, constituye un motivo de seria preocupaci¨®n entre el estamento directivo, cuya desmoralizaci¨®n comienza a trascender a las centrales sindicales.
Mientras el presidente de la sociedad, Jos¨¦ Manuel Fern¨¢ndez Felgueroso, mantiene la confianza en poner en pr¨¢ctica por primera vez el ?contrato programa? (V¨¦ase EL PA?S de 12-10-1980), otros altos directivos de la empresa estiman que los Presupuestos del Estado hacen inviable la negociaci¨®n de dicho contrato entre Hunosa y el Estado, que establecer¨ªa un acuerdo a plazo fijo entre todas las partes de la estructura empresarial.Los Presupuestos Generales del Estado asignan a Hunosa para 1981 la misma subvenci¨®n que para el a?o actual. La desviaci¨®n negativa respecto de las p¨¦rdidas reales obligar¨¢ a la habilitaci¨®n de un presupuesto extraordinario que, caso de ser aprobado en el Parlamento, no ser¨¢ hecho efectivo hasta el mes de octubre, lo que supondr¨¢ unas cargas financieras adicionales de ochocientos o mil millones de pesetas.
El inminente comienzo de la negociaci¨®n del convenio colectivo sin un estudio paralelo de un serio programa de reestructuraci¨®n es visto desde algunos sectores de la empresa como un s¨ªntoma m¨¢s del desinter¨¦s del Gobierno por el futuro de Hunosa, seriamente amenazado de no aplicarse de forma urgente un plan de varios a?os de duraci¨®n que fije objetivos de producci¨®n, prodctividad, plantillas, incrementos salariales y financiaci¨®n, con el respaldo del INI, ¨²nico accionista de la sociedad; el Gobierno, la direcci¨®n, los sindicatos y los partidos pol¨ªticos.
El SOMA-UGT, de forma abierta, y algunos miembros del equipo directivo, en privado, apuntan sus criticas hacia el presidente, Jos¨¦ Manuel Fern¨¢ndez Felgueroso, en cuya estrategia personal intuyen un intento de eludir su responsabilidad en la gesti¨®n de Hunosa.
Con una dedicaci¨®n casi exclusiva a su nueve cargo de jefe de la divisi¨®n minera del INI (Hunosa, Figaredo, Encasur y Carboex), la financiaci¨®n racional de Hunosa deber¨ªa ser complementada con importantes mejoras en la producci¨®n y la productividad. De seguir las cosas tan mal como hasta ahora, la hullera de Mieres, donde las p¨¦rdidas por tonelada son de 8.000 pesetas, frente a las 5.000 de media de la sociedad podr¨ªa ser incluso cerrada. Los descensos de producci¨®n en los pozos San Nicolas, Polio y Barredo son muy preocupantes. Una de las claves de estos resultados negativos est¨¢, seg¨²n los mandos, en una acci¨®n sindical y normalizaci¨®n para restablecerla disciplina laboral en el fracaso de la modificaci¨®n de los destajos, que se ha traducido en un gran descenso del rendimiento de los picadores y en la escasa autoridad y eficacia de los facultativos y vigilantes.
Producci¨®n
En las condiciones actuales, seg¨²n creencia generalizada en la misma empresa, Hunosa es inviable. Sin embargo, tiene reservas garantizadas para veinte a?os; de ah¨ª que la desmoralizaci¨®n reinante actualmente contenga en la otra cara la esperanza de que, por fin, el Gobierno aborde con decisi¨®n un plan que permita su puesta a pleno rendimiento.
Hunosa producir¨¢ ese a?o 3,9 millones de toneladas de carb¨®n, lo que supone el cumplimiento de las previsiones en un 92%. Pero hay que tener en cuenta que la conflictividad fue escasa y que 600.000 toneladas proceden de las nuevas instalaciones a cielo abierto.
La direcci¨®n pretende elevar la producci¨®n a 5,20 millones de toneladas en el plazo de diez a?os, seg¨²n el plan estrat¨¦gico presentado en mayo al comit¨¦ de empresa por el presidente y el consejero delegado.
Tambi¨¦n presentaron entonces el plan de reestructuraci¨®n y el proyecto de ?contrato-programa?. Los tres planes ya han perdido credibilidad entre la plantilla de Hunosa.
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