Nostalgia y fascismo

La noche del jueves 20 de noviembre entraba en Madrid por la carretera de La Coru?a y coincid¨ª con la llegada masiva de veh¨ªculos procedentes del Valle de los Ca¨ªdos, llenos de ultras exaltados enarbolando banderas espa?olas y haciendo sonar sus cl¨¢xones. El caos circulatorio era bien gordo. La cosa tiene poco de anormal y puede pasar porque, lamentablemente, nos hemos tenido que acostumbrar a una circulaci¨®n penosa en Madrid y tambi¨¦n a la falta de educaci¨®n y de respeto por parte de los ultras a los restantes espa?oles.Lo noticiable es que un jovenzuelo que conduc¨ªa el coche que me segu¨ªa, aprovechando una de las innumerables detenciones, sali¨® de su coche y, animado por sus ?valientes? correligionarios, puso una pegatina ?nacional? sobre otra pegatina que llevo en mi coche con la ?C? de Cantabria. Como no era cuesti¨®n de liarme a bofetadas, aguard¨¦ unos minutos para bajarme y quitar el obsequio del ?valiente? ultra.

Est¨¢ claro que abusan de la libertad que les proporciona un Estado democr¨¢tico. En los tiempos que estos espa?oles a?oran quiz¨¢ ellos viv¨ªan mejor; la mayor¨ªa preferimos el tiempo presente, aunque tengamos que padecer la falta de educaci¨®n de los ultras./