Rectificando una opini¨®n
TODAS LAS cuestiones relacionadas con la educaci¨®n superior y la investigaci¨®n en el presente est¨¢n prefigurando de alguna manera nuestro futuro. El debate sobre la misi¨®n de la universidad concierne no s¨®lo a los profesores y alumnos de esos centros, sino tambi¨¦n a la sociedad en su conjunto. En esa perspectiva, la elecci¨®n -el pr¨®ximo 2 de diciembre- de rector de la Universidad Complutense, la m¨¢s importante del pa¨ªs por su dotaci¨®n presupuestaria, su matr¨ªcula y su personal docente, es un tema que trasciende los muros del campus acad¨¦mico, m¨¢xime cuando la eventual aprobaci¨®n de la LAU har¨ªa posible el arranque de su autonom¨ªa.Un editorial de EL PAIS -aparecido al d¨ªa siguiente de que se hicieran p¨²blicas las siete candidaturas al rectorado, la mayor¨ªa de ellas presentadas a ¨²ltima hora- pretend¨ªa plantear algunos temas de reflexi¨®n relacionados con los opuestos peligros que pudieran constituir la politizaci¨®n partidista y el profesionalismo corporativista como criterios orientadores del rumbo futuro de la Complutense. El hilo central del comentario era se?alar que tales riesgos habr¨ªan podido ser evitados con una candidatura como la de Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, capaz de combinar una larga experiencia acad¨¦mica con la dimensi¨®n p¨²blica, es decir, el entendimiento tanto de los problemas profesionales como de los aspectos pol¨ªticos que lleva inherente la relaci¨®n de la universidad con la sociedad y con la Administraci¨®n.
La menci¨®n en el mismo comentario de Francisco Bustelo, por un lado, y de Sergio R¨¢bade y Mateo D¨ªaz Pe?a, por otro, como ejemplos de candidatos asociados, respectivamente, a la militancia y al gremialismo ha dado lugar a cr¨ªticas tanto m¨¢s comprensibles cuanto que esas alusiones pod¨ªan ser unilateralmente utilizadas en la campa?a electoral en curso. No nos duelen prendas al reconocer lo fundado de algunas de esas reconvenciones, y si nos reafirmamos en el contenido de fondo del anterior editorial quiz¨¢ merezca la pena que hagamos algunos matices y rectificaciones en determinados de sus aspectos.
As¨ª, Francisco Bustelo, que hace poco m¨¢s de un a?o era uno de los l¨ªderes del sector cr¨ªtico del PSOE, grupo que aspiraba a a ocupar puestos de la m¨¢s elevada responsabilidad dentro de su partido, ha afirmado, en una carta a EL PAIS, su ?alejamiento de la vida pol¨ªtica activa? y su deseo de aparecer ante la opini¨®n, al igual que Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, como un simple ?pol¨ªtico o ex pol¨ªtico? que ejerce adem¨¢s la docencia. De otra parte, en el caso de que, como afirma el candidato Bustelo, el Ministerio de Universidades y ?una asociaci¨®n donde es influyente una obra religioso-seglar? fueran realmente los responsables del lanzamiento y apoyo de los otros dos candidatos a los que se refer¨ªa EL PAIS en su comentario, ser¨ªa forzoso a?adir a las limitaciones gremialistas de D¨ªaz-Pe?a y de R¨¢bade hipotecas partidistas de signo opuesto e igualmente inconvenientes.
Vistas as¨ª las cosas, la ausencia de una candidatura por encima toda sospecha de gremialismo y de partidismo -y todas son merecedoras de alguna de estas suspicacias- hace impertinente o caprichoso cualquier juicio que pudiera ser interpretado como una orientaci¨®n del voto. S¨®lo cabe por eso desear que el nuevo rector de la Complutense se esfuerce por huir tanto de la estrechez corporativista como de la instrumentalizaci¨®n partidista y ponga las bases para una autonom¨ªa que pueda contribuir a resolver los graves problemas e insuficiencias de nuestro m¨¢s importante centro superior dedicado a la transmisi¨®n de conocimientos y a la investigaci¨®n.
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