El tal¨®n de Aquiles de la industria nuclear
La industria nuclear ha resuelto, de forma aparentemente satisfactoria, muchos de los problemas que plantea la obtenci¨®n de energ¨ªa mediante la fisi¨®n del ¨¢tomo. Sin embargo, existe una cuesti¨®n que dista mucho de haber sido resuelta. El tema de los basureros at¨®micos, en tierra o en el fondo de los mares, sigue siendo el tal¨®n de Aquiles de una industria, como la nuclear, que afirma tenerlo todo bajo control.Inevitables residuos radiactivos
La fisi¨®n del Uranio 235 origina calor, y de este calor se obtiene energ¨ªa el¨¦ctrica. Pero, adem¨¢s de calor, se producen residuos inevitables, algunos con baja o media radiactividad, y otros con muy alta radiactividad. De estos residuos, dos de ellos, el uranio y el plutonio, son recuperados: el primero como nuevo combustible, el segundo para la fabricaci¨®n de bombas at¨®micas.
Pero todos los dem¨¢s residuos quedan como basuras a desechar, aunque sumamente peligrosas. Por ejemplo, el Zirconio 93, que forma el 6,5 % de estas basuras, tiene una vida media de cinco millones de a?os; el Cesio 135 (6,4%) la tiene de tres millones de a?os; el Estroncio 90 (5,8 %) tiene una vida media de veintiocho a?os; el, Tecnecio 99 (6,1%), 500.000 a?os, y el Rubidio 87, que forma el 2,5% de las basuras radiactivas, pierde la mitad de su actividad al cabo de 60.000 millones de a?os.
Ante tales cifras, cabe cuestionar la viabilidad de enterrar o sepultar en fosas marinas tales basuras, por muy protegidas en bidones de cemento y plomo que est¨¦n, ante la imposibilidad de garantizar que cualquier accidente (terremoto, acci¨®n a largo plazo del mar, etc¨¦tera), no abrir¨¢ tales bidones, esparciendo en la naturaleza unos peligrosos productos pr¨¢cticamente eternos.
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