Richard Lester: "En ?Superman II? se acent¨²an las secuencias de acci¨®n y de comedia"
El cineasta norteamericano Richard Lester, de 48 a?os, ofrece en su pel¨ªcula Superman II un ?mayor dinamismo en las escenas de acci¨®n y un toque de comedia ligera en las relaciones del personaje?, respecto al primer Superman (1978), de Richard Donner, aunque, seg¨²n declar¨® ayer, las (diferencias entre las dos visiones la tiene que establecer la cr¨ªtica y el p¨²blico. Lester, junto con los actores Terence Stamp y Saran Douglas y el productor ejecutivo IIya Salkind, promocionan en Madrid el lanzamiento de Superman II, cuyo estreno se celebrar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 15.
Richard Lester, autor de diecisiete pel¨ªculas, desde ?Qu¨¦ noche la de aquel d¨ªa! (1964) a Cuba (1979), seis de ellas rodadas en Espa?a, particip¨® en el equipo de producci¨®n de Superman. Cuenta que durante el rodaje qued¨® fascinado por los problemas de los efectos especiales y su t¨¦cnica concreta. ?En realidad?, dice Richard Lester, ?se asiste al redescubrimiento de los efectos que se emplearon en el cine mudo, desde Melies. Lo que est¨¢ superado son los equipos, las lentes o la calidad de la pel¨ªcula, pero los cineastas de la ¨¦poca muda ten¨ªan las mismas ideas. En Superman II no hay efectos electr¨®nicos. Est¨¢ realizado a base de maquetas y una especie de sobreimpresiones en los espacios blancos, sobre los negativos y pintando sobre un cristal. Son t¨¦cnicas que ya se utilizaron en otras pel¨ªculas, como por ejemplo en Ben Hur. Las c¨¢maras encuadran distintas partes, como las maquetas o los fondos, y se dejan libres las secuencias donde intervienen los actores?.La perfecci¨®n de estas t¨¦cnicas puede afectar a los sistemas de producci¨®n. En lugar de trasladar un equipo de filmaci¨®n a la ciudad de San Francisco, se puede reproducir en maqueta en un estudio. ?He aprendido el uso de estas t¨¦cnicas de efectos especiales, como antes tuve que hacerlo con las mezclas de sonido y otros instrumentos necesarios para mi trabajo. En este tipo de producci¨®n s¨®lo aumenta el n¨²mero de miembros del equipo, que aumenta bastante. Mi control sobre la idea de la pel¨ªcula est¨¢ fijado de antemano, ya que todo est¨¢ muy medido y hay poco espacio para la improvisaci¨®n?.
Lester confiesa que no es aficionado a los tebeos y su madre no le permit¨ªa leer las historietas de los grandes h¨¦roes de la infancia; por estos motivos no sigui¨® las aventuras de Superman, que se inician en 1938, con gui¨®n de Jerry Siegel y dibujos de Joe Shuster. ?En Superman II doy mi visi¨®n del personaje, pero ser¨ªa absurdo analizar psicol¨®gicamente los rasgos de su car¨¢cter. Sus aventuras no reflejan una realidad social, ni a nadie le importa cu¨¢nto paga Luisa Lane por el alquiler de su apartamento o cu¨¢nto desempleo hay en Metr¨®polis. Cuando se trabaja con un personaje que no es real, hay que conservar la imagen que tiene el p¨²blico. Superman tiene una aureola de inocencia porque fue inventado en los a?os treinta, y nosotros mantenemos este ambiente de inocencia, as¨ª como la escenograf¨ªa y vestuario. Hay tantas diferencias pol¨ªticas y sociales entre los a?os treinta y ahora que es peligroso intentar una comparaci¨®n. Estamos en una ¨¦poca en que la gente est¨¢ desencantada con sus Gobiernos, y es l¨®gico que se busque el entretenimiento y el escapismo?.
El director de pel¨ªculas como The knack, Golfus de Roma, Petulia, Los tres mosqueteros o Robin y Marian manifiesta que con el primer Superman el p¨²blico comprob¨® que el hombre puede volar, y en Superman II los espectadores querr¨¢n encontrar una acci¨®n de mayor envergadura. ?Es importante que en la historia, el personaje protagonista sea vulnerable en algunos momentos, y esto es lo que hemos desarrollado con los otros personajes que tienen los mismos poderes que Superman, en lugar de plantearnos la lucha del bien y del mal?.
Lester no piensa aceptar la posibilidad de dirigir un Superman III, excepto si realiza antes una o dos pel¨ªculas de sus propios proyectos. En la actualidad escribe una comedia rom¨¢ntica para rodar en Jap¨®n. Respecto al salto de numerosos personajes del tebeo a la pantalla cinematogr¨¢fica, como los m¨¢s recientes de Flash Gordon, Popeye, Batman, declara que no tiene demasiada importancia, ya que es l¨®gico que los productores quieran hacer estas pel¨ªculas a partir de unos personajes muy conocidos y populares procedentes de la. historieta. Recuerda con simpat¨ªa el rodaje en Espa?a de seis pel¨ªculas, desde Golfus de Roma a Cuba, lamenta la falta de estudios cinematogr¨¢ficos en nuestro pa¨ªs y dice que los t¨¦cnicos espa?oles son de primera l¨ªnea.
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