La expectativa frustrada de la derecha democr¨¢tica
Con la muerte de Francisco Sa Carneiro, las elecciones presidenciales portuguesas pierden, a s¨®lo tres d¨ªas del primer asalto de estos trascendentales comicios, a uno de sus dos principales protagonistas. Porque el desaparecido primer ministro portugu¨¦s era el verdadero aglutinante de las fuerzas pol¨ªticas que utilizando la plataforma de la candidatura del general Soares Carneiro, se disponen a institucionalizar definitivamente un proceso de normalizaci¨®n que comenz¨® hace ahora cinco a?os, adquiri¨® un importante impuls¨® con el triunfo de la coalici¨®n centroderechista Alianza Democr¨¢tica en diciembre del a?o pasado y deber¨ªa tener una culminaci¨®n con estos comicios de resultar elegido el candidato gubernamental.Frente a las pretensiones de reelecci¨®n del presidente Ramalho Eanes, convertido circunstancialmente en el candidato de la izquierda socialista y comunista portuguesa y partidario de mantener algunas de las bases, de la socializante Constituci¨®n de 1976, las fuerzas reunidas en torno a la coalici¨®n de Gobierno han quedado hu¨¦rfanas de un aut¨¦ntico l¨ªder y de uno de los hombres pol¨ªticos m¨¢s eficaces e intuitivos de la Europa occidental. Odiado, pero respetado, por sus oponentes pol¨ªticos y admirado, pero temido, entre sus propios partidarios, la derecha portuguesa probablemente no habr¨ªa so?ado en los d¨ªas siguientes al golpe militar de abril de 1974 con encontrar un mejor abogado que este hombre, que, aun con vitola de socialdem¨®crata, la ha llevado a las puertas del poder s¨®lo seis a?os despu¨¦s de perderlo a manos de un pu?ado de capitanes inexpertos.
Nacido en Oporto, hace 45 a?os, Francisco Sa Carneiro, abogado y antiguo miembro de las Juventudes de Acci¨®n Cat¨®lica, se inici¨® en la vida pol¨ªtica al final de la d¨¦cada de los a?os sesenta como cabeza de fila del grupo liberal de la Asamblea Corporativista del r¨¦gimen de Salazar. Aprovechando las expectativas que despert¨® la llegada al poder de Marcelo Caetano, aquel grupo intent¨® plantear la batalla de la democratizaci¨®n del sistema desde la legalidad. S¨®lo cuatro a?os despu¨¦s, los j¨®venes liberales de la Asamblea abandonaban sus esca?os una vez comprobada la imposibilidad de abrir desde dentro un sistema cuyos centros reales de poder segu¨ªan siendo detentados por la vieja guardia salazarista.
En torno a ese grupo b¨¢sico se forma, ya desde el golpe de 1974, el Partido Popular Democr¨¢tico, una formaci¨®n de universitarios, profesionales y cuadros que se convertir¨ªa, tras las primeras elecciones democr¨¢ticas de 1975, en el segundo partido m¨¢s votado del pa¨ªs. Un grave accidente de autom¨®vil y una subsecuente enfermedad tuvieron apartado a Sa Carneiro del partido desde mayo a septiembre de 1975, precisamente en los momentos en los que la revoluci¨®n portuguesa atravesaba uno de sus momentos de mayor crispaci¨®n. Durante ese per¨ªodo, el PPD, bajo la direcci¨®n del viejo luchador antifascista Emidio Guerreiro tom¨® una orientaci¨®n claramente socialdem¨®crata y contribuy¨® a la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n de 1976, cuya revisi¨®n se hab¨ªa convertido, parad¨¢jicamente, en el principal objetivo del programa pol¨ªtico de Sa Carneiro de los dos ¨²ltimos a?os.
En el turbulento congreso celebrado en Oporto una semana despu¨¦s del contragolpe del 25 de noviembre de 1975, Sa Carneiro recuper¨® el control del PPD, aun a costa de sufrir la escisi¨®n de los principales exponentes de su ala izquierda. Apenas dos a?os despu¨¦s, Sa Carneiro lograr¨ªa la definitiva homogeneizaci¨®n de su partido, ahora denominado PSD (Partido Social Dem¨®crata), tras una crisis de cuatro meses, que concluir¨ªa con la dimisi¨®n de la direccion provisional del partido, acusada por Sa Carneiro de demasiado eanista, y de una tercera parte de los diputados del grupo parlamentario liderados por Sousa Franco.
Hecha la unanimidad en torno al sector m¨¢s conservador del partido, los siguientes pasos de Sa Carneiro hacia el poder ya fueron m¨¢s f¨¢ciles. Esper¨® la ruptura de la coalici¨®n de los socialistas y democristianos del CDS y el fracaso sucesivo de tres gobiernos ?presidenciales? para formar Alianza Democr¨¢tica (PSD, CDS y mon¨¢rquicos). La capitalizaci¨®n de los errores de los socialistas y del propio Eanes y las ventajas a?adidas que el sistema D'Hont proporciona a las coaliciones facilitaron su victoria electoral de diciembre de 1979, ampliamente confirmada en ?los comicios del pasado mes de octubre. Sa Carneiro confiaba en superar, a partir del pr¨®ximo domingo, el ¨²ltimo gran obst¨¢culo para su proyecto pol¨ªtico.
Condescendiente pol¨ªticamente con conservadores y democristianos, Sa Carneiro fue, sin embargo, intransigente en la defensa de principios ¨¦ticos que consideraba indispensables para la consecuci¨®n de una sociedad liberal avanzada. Y as¨ª, separado de su primera mujer desde hace varios a?os, el desaparecido primer ministro no renunci¨® a su uni¨®n no oficial con la danesa Snu Abecassis, aun a riesgo de la posibilidad de enajenarse las simpat¨ªas de la jerarqu¨ªa cat¨®lica, firme sustentadora de sus compa?eros de coalici¨®n. La presencia de Snu en actos oficiales al lado de Sa Carneiro provoc¨® no pocos problemas de protocolo. Ayer estaba junto a ¨¦l en la avioneta estrellada en el aeropuerto de Portella.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.