Cr¨ªticas europeas contra la eficacia militar norteamericana dentro de la OTAN
La presi¨®n norteamericana para que sus aliados europeos aumenten en t¨¦rminos reales (es decir, descontada la inflaci¨®n) sus gastos de defensa en un 3% anual comienza a provocar reacciones ¨¢cidas en el propio seno de la Organizaci¨®n para el Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN).
Un oficial superior de la Alianza Atl¨¢ntica, que quiso l¨®gicamente mantenerse en el anonimato, acaba de declarar al diario conservador La Libre Belgique que la pol¨ªtica presupuestaria de defensa de Estados Unidos es ?un despilfarro catastr¨®fico? y que, en realidad, los gastos militares norteamericanos en 1981 ser¨¢n muy parecidos a los de 1964, en d¨®lares constantes. ?Y, para colmo?, a?ad¨ªa, ?Estados Unidos tendr¨¢ el a?o pr¨®ximo bajo su bandera casi 600.000 hombres menos que hace quince a?os?.El enfrentamiento Estados Unidos-aliados europeos respecto a los gastos de defensa volver¨¢ a salir a la luz los pr¨®ximos d¨ªas 11 y 12, con ocasi¨®n del Consejo Atl¨¢ntico que se celebrar¨¢ en Bruselas. Los ministros de Defensa de los quince pa¨ªses miembros de la OTAN discutir¨¢n juntos las pretensiones de Washington, pero ya se adelanta que, excepto Luxemburgo, Noruega y, tal vez, Portugal, nadie estar¨¢ dispuesto a aceptar el incremento del 3%. Incluso el Gobierno de la se?ora Thatcher, tan pr¨®ximo te¨®ricamente al nuevo presidente norteamericano, Ronald Reagan, ha hecho saber que las circunstancias econ¨®micas de Gran Breta?a le impedir¨ªan llegar al 2,5%.
La ?batalla? est¨¢ permitiendo sacar a la luz bastantes ?trapos sucios?. Fuentes oficiosas, que en otras circunstancias jam¨¢s se permitir¨ªan criticar a las fuerzas norteamericanas, critican ahora abiertamente la eficacia de los soldados estadounidenses destinados en Europa. Hasta el ministro de Finanzas de la Rep¨²blica Federal de Alem¨¢nia, irritado con los ataques a la ?infidelidad? de su pa¨ªs, aludi¨® a este tema hace poco de forma encubierta: ?Al menos?, dijo, ?nuestros soldados saben leer y escribir y no tienen problemas de droga?.
En efecto, uno de los reproches m¨¢s frecuentemente dirigidos contra los soldados norteamericanos que viven en Europa es su escasa preparaci¨®n t¨¦cnica. El problema, sin embargo, parece afectar a todo el Ej¨¦rcito estadounidense. Seg¨²n estad¨ªsticas del propio Departamento de Estado de Washington, conocidas en Bruselas, m¨¢s del 40% de los cazas F-15 y F-16 de la Marina de EE UU no son ?operacionales?. Los actuales oficiales -?universitarios fracasados en su mayor¨ªa?, seg¨²n el mencionado oficial atl¨¢ntico- no parecen muy capaces de emplear con el m¨¢ximo rendimiento el sofisticado material de que disponen.
M¨¢s soldados europeos
Los europeos -se?alan fuentes oficiosas pr¨®ximas a la Alianza Atl¨¢ntica- aportan actualmente el 41,6% de los gastos totales de la OTAN, cuando en 1969 s¨®lo aportaban el 22,7%. Los pa¨ªses miembros del ?eurogrupo? (Francia y Grecia excluidas para esta estad¨ªstica) gastaron en 1979 70.000 millones de d¨®lares, frente a los 123.000 millones gastados por Norteam¨¦rica. Por otra parte, Europa occidental moviliza en tiempo de paz tres millones de soldados, mientras que Estados Unidos no llega a los 2.100. 000.Los aliados europeos conceden, al parecer, mucha m¨¢s importancia que Washington a la preparaci¨®n para la guerra convencional, no nuclear, y se quejan de que la producci¨®n de este tipo de armamento por parte de Estados Unidos deje mucho que desear. La URSS -afirman fuentes de la OTAN- fabrica 2.000 nuevos carros de combate cada a?o, frente a los 650 fabricados por Norteam¨¦rica.
La respuesta de Washington a tantos recelos no se ha dejado esperar. El Herald Tribune public¨® hace escasos d¨ªas un an¨¢lisis de la situaci¨®n en la que se recog¨ªa el siguiente argumento de un alto oficial estadounidense: ?Si a los europeos no les gustan nuestras tropas, podemos llev¨¢rnoslas?. Un argumento simple, pero de una fuerza extraordinaria, porque Europa occidental no puede prescindir de estos soldados, de acuerdo con sus actuales esquemas estrat¨¦gicos.
La ?batalla? del pr¨®ximo Consejo Atl¨¢ntico -¨²ltimo que se celebra con la presencia de la Administraci¨®n Carter- ser¨¢, seg¨²n los observadores, dura. Europa occidental desea una Am¨¦rica fuerte, con un presidente l¨ªder de la pol¨ªtica internacional aliada, y est¨¢ dispuesta a hacer algunos sacrificios para asegurarse, sobre todo, la presencia estadounidense en el golfo P¨¦rsico, defendiendo la ruta del petr¨®leo; pero exigir¨¢, al mismo tiempo, una mayor racionalizaci¨®n de los gastos militares y continuar¨¢ neg¨¢ndose probablemente a aumentar sus propios presupuestos de defensa cuando la crisis econ¨®mica le obliga a disminuir sus gastos en todos los dem¨¢s campos: educaci¨®n, sanidad o vivienda.
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