La cultura oficial desprecia los fen¨®menos marginales madrile?os
Madrid es hoy escenario de la aparici¨®n de nuevos fen¨®menos culturales puramente urbanos, muchos de ellos etiquetados y despreciados por la cultura oficial bajo el ep¨ªgrafe de marginales, que son precisamente los que configuran la personalidad cosmopolita, imprevisible y en constante ebullici¨®n de nuestra ciudad como algo diferenciado del resto del Estado espa?ol, seg¨²n la mayor¨ªa de las opiniones de los m¨¢s de setenta asistentes a una cena coloquio celebrada el mi¨¦rcoles para tratar de analizar este tema.
?Resulta que cientos de miles de j¨®venes est¨¢n enganchados en los circuitos del rock, de la droga, de la venta callejera, mientras que en la biblioteca p¨²blica de Vallecas apenas acuden unas decenas de personas mensualmente. Sin embargo, para nuestra clase dirigente, la cultura, con may¨²sculas, es lo segundo, y no la gama de aparici¨®n de nuevos fen¨®menos, a veces a un ritmo trepidante, que hacen muy dificil su comprensi¨®n como fen¨®menos culturales?.Esta ser¨ªa la opini¨®n general sustentada por una ampl¨ªa mayor¨ªa de los asistentes a la cena coloquio organizada por el Centro de Investigaci¨®n y Desarrollo Urbano y Rural (CIDUR). La cultura madrile?a, seg¨²n ¨¦stos, es precisamente eso: el ?cocido multirregional? -en frase de uno de los ponentes, el cr¨ªtico de arte Francisco Rivas-, aderezado por una serie de manifestaciones propias y peculiares que tienen que surgir necesariamente en un monstruo urbano de cuatro millones de personas.
A la cena asistieron m¨¢s de setenta invitados, provenientes de todos los sectores, desde el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento y la Diputaci¨®n, hasta grupos de la new wave (nueva ola), como Radio Futura, personalides del mundo del cine (Pilar Mir¨®), editores, m¨²sicos callejeros, y encumbrados, como Pablo Serrano, diputados socialistas (Ignacio Sotelo, de la comisi¨®n de cultura del PSOE, no anduvo remiso a la hora de criticar el oficialismo de su partido en estos temas), escultores, economistas, dibujantes, soci¨®logos, arquitectos y muchos otros del m¨¢s variado pelaje.
La subcultura marginal
Eduardo Haro Ibars defendi¨® a ultranza la idea de que la cultura urbana madrile?a est¨¢ formada tambi¨¦n por los grupos de rock, los objetos de adorno serializados que se venden en las calles, y que todo eso y m¨¢s cosas han suplantado a la cultura castiza, la hist¨®rica, que en Madrid ya no existe. Es decir, la llamada subcultura marginal, en un ¨¢mbito en el que la cultura oficial est¨¢ devaluada, es la cultura real, la de la calle, la que vive la gente d¨ªa a d¨ªa. No s¨®lo, por supuesto, los fen¨®menos del sector joven y pasota. Un tanto al margen de y a veces en lucha contra, la Administraci¨®n, en nuestra ciudad existen cientos de grupos teatrales, de actos culturales de barrio, pintores, escultores o aspirantes a cineastas famosos, algunos de los cuales han alcanzado ya una entidad importante, como el Gayo Vallecano, la sala Olimpia y otros. Sobre todos ellos se cierne perennemente la incomprensi¨®n y a menudo la represi¨®n indiscriminada.Este ¨²ltimo aspecto fue el m¨¢s com¨²n en las intervenciones de los modernos que asistieron a la cena -trajes abrochados a un lado, pantalones brillantes y dem¨¢s-, y lo demostraron con los ejemplos del reciente cierre de la discoteca con actuaciones en directo Carolina, o la detenci¨®n de los espectadores sentados en las seis primeras filas del cine donde se exhibe una pel¨ªcula de los Sex Pistols.
Francisco Rivas lanz¨® su afirmaci¨®n, muy recordable, de que Madrid es un cocido multirregional, y se abund¨® en la idea de que la dosis cultural que hubieran podido traer los inmigrantes ha quedado transfigurada a su contacto con la realidad urbana.
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