La ley de Divorcio
Ha surgido en los ¨²ltimos d¨ªas una divisi¨®n entre los hombres de UCD respecto al divorcio, ya que algunos de sus miembros -y no los m¨¢s radicales- han comenzado a expresar su preocupaci¨®n por las ?transformaciones? que el proyecto ha sufrido en el seno de la ponencia. No nos extra?a esta divisi¨®n, porque esas preocupaciones se registran tambi¨¦n en otros grupos sociales, y no forzosamente los m¨¢s conservadores. Nosotros mismos no vamos a ocultar esta preocupaci¨®n.( ... ) No encontramos que el proyecto en su actual estado de elaboraci¨®n se adapte a la realidad social espa?ola o, al menos, a zonas muy amplias de ella. ( ... )
La segunda raz¨®n de nuestra preocupaci¨®n se basa en el hecho de que la ley est¨¢ convirti¨¦ndose en tal mara?a jur¨ªdica que muy pronto nos veremos obligados a revisarla. Y la historia del mundo nos muestra que todas las ?revisiones? de la ley del Divorcio son simples disculpas para ?ensancharlas?. (...)
La tercera raz¨®n es la de que creemos estar ante una ley ?por mutuo consenso camuflado?. (... )
La cuarta y m¨¢s decisiva de las razones de nuestra preocupaci¨®n es que sigue sin aparecer por lado alguno la preocupaci¨®n por los ?otros? problemas de la familia. Ya dijimos en anteribres editoriales que llegar¨ªamos a entender esta ley divorcista ?en el marco? de otras leyes que se preocuparan por la protecci¨®n positiva de la familia. Y tristemente seguimos viendo que siendo la familia espa?ola la m¨¢s desprotegida de Europa y viviendo en tiempos en que la familia est¨¢ siendo tan ferozmente combatida, resulta que nuestra ¨²nica aportaci¨®n es la de una ley de Divorcio que adem¨¢s es ambigua y confusa.
, 4 de diciembre
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