Demanda cultural
El lunes pasado, d¨ªa 24, acud¨ª, como otros muchos cientos de personas, al teatro Mar¨ªa Guerrero con la sana y pac¨ªfica intenci¨®n de asistir a la conferencia-recital sobre la obra de Federico Garc¨ªa Lorca en la que interven¨ªan, entre otros, D¨¢maso Alonso y Soledad Bravo.Mi sorpresa fue grande al ver que, mucho antes de que diera comienzo, la gente se agolpaba a la entrada ansiosa por entrar. Dicha entrada s¨®lo le era franqueada al que presentara una papeleta cuyos arbitrarios criterios de reparto la mayor¨ªa ignor¨¢bamos. La papeleta, es evidente, cumpl¨ªa una misi¨®n: establecer el tope m¨¢ximo de asistencia. Hasta aqu¨ª, normal. Pero ocurre que el lunes anterior, cuando dio comienzo este ciclo sobre Lorca, esa extraordinaria mujer y actriz que es Nuria Espert anunci¨® a la concurrencia que qued¨¢bamos todos invitados al acto que nos ocupa. Me parece de una puerilidad e irresponsabilidad tremenda achacar a los buenos deseos de Nuria Espert la ?frustraci¨®n? de los que quedamos en la mism¨ªsima rue.
El fallo, para m¨ª, estuvo en la falta de previsi¨®n de los organizadores, que, conociendo el peque?o aforo del teatro, y visto el ¨¦xito del primer d¨ªa, no advirtieron al hacer la publicidad del acto de lo que pod¨ªa pasar y pas¨®. Y, sobre todo, el no haber presentado disculpas a la gente que qued¨® en la calle, defraudada y que, de esta manera, lleg¨® a un explicable estado de excitaci¨®n; ya digo que se explica, pero no se justifica, ni la violenta reacci¨®n de los que pugnaban por entrar ni el silencio de los organizadores, a los que no se les ocurri¨® mejor cosa que dar aviso a la polic¨ªa.
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Unas palabras sensatas hubieran dejado las cosas en su sitio, y lo que era ?hambre cultural desatendida? no hubiera degenerado en un conato de ?toma de la Bastilla?. El anuncio del acto para otra fecha, sencillamente, hubiera ahorrado el bochornoso espect¨¢culo.
Si casos as¨ª siguen prodci¨¦ndose ser¨¢ simple y llanamente porque los responsables culturales permanecen ciegos ante la creciente demanda cultural que se registra en nuestra sociedad y ante la cual cerrarse me parece suicida para la propia vida del pa¨ªs./
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