La cuesti¨®n universitaria y el nacional catolicismo
La tradicional miseria intelectual de una clase ilustrada bajo los arcaizantes m¨¦todos de la Iglesia nacional, en visceral rechazo de la Ilustraci¨®n europea, es uno de los m¨¢s pat¨¦ticos rasgos de estos ¨²ltimos doscientos a?os de historia espa?ola. Y, por supuesto, la ¨²ltima clave del on¨ªrico nacional catolicismo que durante estos ¨²ltimos cuarenta a?os amordaz¨® terroristamente la libre soberan¨ªa de este pueblo de pueblos. No me estoy refiriendo ahora a la organizada actualidad eclesial de nuestro pa¨ªs, ni a su positivo y estrat¨¦gico papel en todo el proceso que fue desde la contestaci¨®n antifranquista hasta la consumada redacci¨®n y aprobaci¨®n popular de la nueva Constituci¨®n.S¨®lo pretendo registrar aqu¨ª el desolador impacto que aquella salv¨ªfica domesticaci¨®n pedag¨®gica ha tenido para la m¨ªnima, racionalidad pol¨ªtica concreta exigible a la nov¨ªsima clase que oficialmente protagoniza la soberana voluntad nacional de democracia. ?Qu¨¦ nivel de ilustrada competencia pol¨ªtico- profesional se puede esperar de gentes que no tuvieron otra formal educaci¨®n superior que la impartida desde los colegios religiosos de los a?os cuarenta y cincuenta a la recatolizada universidad que la santa madre impuso y tutel¨® hasta poco m¨¢s all¨¢ de la muerte de Franco? Al penoso espect¨¢culo de las mafiosas congregaciones p¨ªas dentro de UCD, cortocircuitando la capacidad de gobierno de tal partido, habr¨ªa que sumar toda una reiterativa distorsi¨®n organizativa y ejecutiva m¨¢s o menos manifiesta en los partidos de la izquierda democr¨¢tica. Sin entender tan sagrada matriz colectiva de nuestro aparente Estado espa?ol, no hay forma de entender ni estos dos ¨²ltimos siglos de historia nacional ni la inmediata actualidad de nuestro democr¨¢tico laberinto. Por ejemplo, la desaforada cerrilidad pol¨ªtica del catolicisimo sector ucedeo, centrado ahora mismo en un doble objetivo: la liquidaci¨®n de Su¨¢rez y la eliminaci¨®n de los m¨ªnimos signos de ilustraci¨®n secular que en tal equipo suponen los proyectos legislativos de los ministros socialdem¨®cratas: la ley de Autonom¨ªa Universitaria, de Gonz¨¢lez Seara, y la ley sobre el divorcio, de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez.
Uno se siente obligado a escribir estas cosas, al margen de toda adscripci¨®n partidista, aunque no sea sino para celebrar la madrugada de este d¨ªa en que una cierta izquierda ilustrada gan¨® electoralmente el rectorado de la Universidad Complutense.
Pongamos las cosas en claro. Hasta ahora, el radical particularismo de los multiplicados clanes de la derecha espa?ola s¨®lo se ha congregado y homogeneizado en proyectos colectivos inmediatamente presididos por la cruz y la espada. Franco bajo palio fue la m¨¢xima producci¨®n dramat¨²rgica de tan nacional genio y figura. Que es el que visceralmente serpentea por la gran¨ªtica matriz geneal¨®gica de nuestra vieja clase dominante, tan democr¨¢tica y oportunamente modernizada por la pluralidad de los signos ideol¨®gicos de sus mejor educados v¨¢stagos y delfines.
De ah¨ª, de ese radical particularismo mafioso-parental que tan transparente se hace sobre la presente articulaci¨®n pol¨ªticoecon¨®mica del cogollo nuclear de nuestra clase dominante, proviene tanto la cortocircuitada eficacia pol¨ªtica de la dial¨¦ctica Gobierno/oposici¨®n en la gesti¨®n p¨²blica de la democracia como la m¨ªnima seguridad y eficacia del presidente Su¨¢rez frente a la encrespada mayor¨ªa de cuadros que componen el basti¨®n p¨ªo de UCD. Ni Su¨¢rez es general ni almuerza tres veces por semana con todas las autoridades eclesiales y gentes de la santa casa que ser¨ªan precisos para imponer disciplinada coherencia a sus m¨¢s piadosos varones y mi?ones. Por ese no lo tiene f¨¢cil y podr¨ªa llegar a convertirse en sacrificial cabeza de turco del enmara?ado corto circuito pol¨ªtico en el que hace algo m¨¢s de un a?o est¨¢ atrapada la nueva clase. Cortocircuito provocado por el desgarr¨®n del narcisismo colectivo de tan gloriosos actores: eso mismo que se dice, desde arriba, ?desencanto pol¨ªtico nacional?.
Sin el cerrilismo particularista de tan buenos chicos de colegio de pago, atrapados en su umbilical narcisismo piadoso-matriarcal-pandillero, la res p¨²blica ir¨ªa algo mejor en lo que a su m¨¢s pesada dimensi¨®n estatal afecta. ?Cu¨¢ndo se va a modernizar suficientemente tan beat¨ªfica generaci¨®n de se?oritos? ?Hasta cu¨¢ndo van a seguir mandando sobre este pa¨ªs los amigos de toda la vida? Quiero acabar formulando unos m¨ªnimos pron¨®sticos. Si Su¨¢rez y sus m¨¢s secularizados barones no consiguen meter un m¨ªnimo de disciplina sobre sus m¨¢s carcones cuadros ucedeos, ser¨¢n fagocitados por ese magma democristiano de su propio partido. Produci¨¦ndose una peligrosa crisis cuyo destino ser¨ªa la maquillada reiteraci¨®n ?moderna? de la vieja CEDA, obligada a la patriarcal tutela y compa?¨ªa por Coalici¨®n Democr¨¢tica. Si la jerarqu¨ªa cat¨®lica no soporta ahora la m¨ªnima secularizaci¨®n que actualmente representa la LAU y el Ministerio de Universidades e Investigaci¨®n, se har¨¢ responsable de una amenazante polarizaci¨®n ideol¨®gica, nada favorable a corto, medio y largo plazo para sus m¨¢s decisivos intereses espirituales y temporales dentro de la inexorable metamorfosis democr¨¢tica de este pa¨ªs, cuyo futuro pol¨ªtico- econ¨®mico, supuesto el contexto internacional- scilando entre su mediocre y crispada congelaci¨®n, o su posible distensi¨®n y expansi¨®n- se est¨¢ jugando ya con la propia condici¨®n de secularizada ilustraci¨®n que exige la necesaria reforma objetiva de la anquilosada universidad espa?ola. Va en ello el posible potencial tecnol¨®gico- pol¨ªtico con que este pa¨ªs podr¨ªa afrontar las incertidumbres de este amenazante fin de siglo.
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