?Qu¨¦ ha fracasado?
En los lejanos-pr¨®ximos d¨ªas de la primavera de 1977, algunos hab¨ªamos advertido, y con evidente nulo eco, los peligros y contradicciones que la operaci¨®n de reforma conten¨ªa, tanto en su forma como en su fondo, por la intencionalidad indisimulablemente fraudulenta de alguno de sus m¨¢s destacados protagonistas, de inequ¨ªvoca intenci¨®n continuadora del franquismo, con apariencia seudodemocr¨¢tica.Ahora se recogen acumulados y engrandecidos los inconvenientes de una ley electoral confundidora del espectro pol¨ªtico, de unas legalizaciones desde arriba y con filtros, de una prefiguraci¨®n parlamentaria y un reglamento hecho para controlar la libertad y no para alimentarla, de una ley de relaciones Gobierno-Cortes que, con la mayor suavidad, se puede calificar de burla o barrera al control del poder ejecutivo, y de una Constituci¨®n hecha fundamentalmente para ciertas instituciones, como la Iglesia, el Ej¨¦rcito, la banca, la Magistratura, en suma, los bunkers del franquismo, y no hecha para la libertad de los ciudadanos. Cuando se trata de encubrir, disimular, mistificar y confundir la aut¨¦ntica representaci¨®n social, primando el voto rural y oscurantista, y aprovechando lo m¨¢s reaccionario de la sociedad espa?ola, es una farsa quejarse despu¨¦s de este obst¨¢culo prefabricado y consensuado.
Facilitar las formaciones pol¨ªticas
Lo l¨®gico, a la salida de la dictadura, salida formal al menos, hubiera sido facilitar el aflore, de momento dificultoso, pero a la larga mucho m¨¢s ¨²til por sincero, de las formaciones pol¨ªticas: como tales: liberales, conservadoras, socialdem¨®cratas, socialistas, domocristianos, radicales, comunistas de las m¨¢s variadas familias y hasta independentistas, para integrar a todos en libertad en el apasionante reto de cambiar realmente las formas de convivencia y corresponsabilizar, sin exclusiones, a todos los ciudadanos en su comprobada proporcionalidad
Por y para el poder
Se prefiri¨® escoger el camino del fraude, de las grandes formaciones, fomentando coaliciones no ideol¨®gicas, sino meras conjunciones por y para el poder, y por esta causa casi todo lo as¨ª construido es d¨¦bil y en permanente tensi¨®n, pues desde la ¨®ptica del poder, su proximidad o disfrute futuro obliga a comportarse a unos y otros dentro y fuera de cada nucleaci¨®n oportunista. La debilidad, la precariedad y la tensi¨®n permanente premian tal maniobra, y la est¨²pida relegaci¨®n al extraparlamentarismo de fuerzas v¨¢lidas y sinceras fomentan la tentaci¨®n de la perturbaci¨®n como respuesta defensiva de los arbitrariamente marginados.
No se busc¨® la democracia real, sino la manejable, la c¨®modamente controlada, teledirigida y administrada por los mismos que la impidieron colaborando con la dictadura, y cobrando de ella, y el se?uelo de un falso bipartidismo te¨®rico, y la pr¨¢ctica hegemon¨ªa de la burocracia b¨¦lica del movimiento nacional-sindicalista, con el apoyo del nacional-banco-catolicismo, han convertido la reforma en un obst¨¢culo hac¨ªa la implantaci¨®n de las instituciones, el respaldo popular hacia la democracia y la honestizaci¨®n del pa¨ªs.
Y as¨ª estamos, con una UCD que no puede resistir la aplicaci¨®n sincera de la Constituci¨®n, ni en materia de autonom¨ªa ni de libertades, ni en la eficacia de la Administraci¨®n ni en la erradicaci¨®n de la corrupci¨®n, y que reduce su pol¨ªtica a la resultante del juego camarillesco de sus barones y al sentido de la presi¨®n de sus hom¨®logos vascos y catalanes, que le condicionan d¨ªa a d¨ªa su apoyo o su rechazo, y que a cada paso de ley org¨¢nica convierte a la Constituci¨®n en las leyes Fundamentales del Movimiento.
Con un PSOE, en el que un minoritario sector de defensores de la alternativa de poder por el poder, o el Gobierno como sea, que confunden un proyecto aut¨®nomo socialista con una posici¨®n anticomunista o antiizquierdista, objetivamente favorable a la derecha, crean dificultades a su funcionamiento como pieza b¨¢sica de la oposici¨®n, apoyando consensos que no son transacciones pol¨ªticas, sino cesiones oportunistas, e impidiendo que la base, opuesta a todo oportunismo pragm¨¢tico y suicida, desarrolle su mayor preocupaci¨®n en el intento de organizaci¨®n del movimiento obrero, sin lo cual la simple presencia institucional y el acceso al Gobierno son esfuerzos in¨²tiles, y a la larga la mayor distanciaci¨®n del poder real.
20.000 trampas
Los grupos pol¨ªticos protagonistas no reflejan la total realidad ideol¨®gica coherentemente, y la pluralidad nacional y regional las instituciones parlamentarias y de la Administraci¨®n local no se mueven en libertad, pues sobre unas y otras penden las 20.000 trampas de los guardianes del dogma franquista, al socaire de la defensa del Estado y su integridad, cosa que, adem¨¢s, es mentira, pues son los primeros que disponen y dispondr¨¢n de la soberan¨ªa nacional pol¨ªtica, econ¨®mica y cultural para vend¨¦rsela a los yanquis por cuatro perras, y ah¨ª est¨¢n las pruebas.
La Constituci¨®n es un papel mojado para el Gobierno, seg¨²n prueban las leyes destinadas a desarrollar su contenido, y, en consecuencia, es un referente te¨®rico-sarc¨¢stico para algunos, y abundantes magistrados, generales, polic¨ªas y altos funcionarios, nost¨¢lgicos de sus privilegios durante la dictadura y temerosos de perderlos ahora, pues a¨²n los conservan bajo la protecci¨®n del suarismo.
Corregir errores
Lo razonable ser¨ªa corregir errores y fraudes. Apartar de la construcci¨®n de la democracia a los que d¨ªa a d¨ªa la obstruyen, impiden y dinamitan hasta desde la Moncloa, o desde ¨¦sta dirigen su permanente puesta en peligro, dispuestos a apretar el mecanismo para que salte hecha pedazos si no sirven sus intereses y ego¨ªsmos.
Pero aqu¨ª, con tal de no perder el poder personal y de los amigos a quienes se representa, o en algunos, con tal de llegar a ¨¦l, aunque sea por la puerta de servicio, hay que permanecer ciegos, sordos y mudos, y casi agradeciendo a los responsables administradores de las libertades el que no nos fusilen, y s¨®lo nos manipulen y desprecien.
Y luego se extra?an de que cada d¨ªa m¨¢s mujeres y hombres, j¨®venes y viejos de este pa¨ªs se desencanten y desilusionen, hartos de tanta farsa y tanto fraude. Luego se lamentar¨¢n de que a la nostalgia operativa del franquismo se vaya a corresponder con el compromiso, y no nost¨¢lgico, de la aut¨¦ntica ruptura.
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