La visita de Su¨¢rez, ba?o de inmersi¨®n en los problemas vascos
Las cincuenta horas de estancia del presidente Su¨¢rez en el Pa¨ªs Vasco han supuesto un ba?o de inmersi¨®n en los problemas que esta, comunidad tiene planteados con especial gravedad: Terrorismo, desarrollo auton¨®mico y crisis econ¨®mica.El fr¨ªo polar de la primera jornada se ha templado y no s¨®lo climatol¨®gicamente. Los periodistas han podido comprobar un ambiente de distension mutua entre el presidente Su¨¢rez y el lendakari Garaikoetxea tras el almuerzo que celebraron ayer en la Diputaci¨®n Foral de Vizcaya.
Los primeros gritos hostiles de esta visita que tan complicada se presiagaba sonaron ayer frente al Gobierno Civil de Vizcaya en el centro de la capital bilba¨ªna, cuando hac¨ªa su entrada el presidente Su¨¢rez, procedente de Vitoria. El coro no sobrepasaba las cien voces y pertenec¨ªa ¨ªntegramente a la plantilla de Olarra. Su estribillo rezaba as¨ª: ?Lucha obrera contra el paro?. Los aplausos, fuera del calor de la militancia centrista, se han reducido a los escuchados ayer tarde en la entrada al hotel Costa Vasca, alojamiento del presidente en San Sebasti¨¢n. La claqu¨¦ no pasaba de media docena de clientes en el establecimiento.
En sus conversaciones y reuniones con los hombres del Gobierno regional, con los l¨ªderes de las fuerzas pol¨ªticas presentes en el Parlamento aut¨®nomo, con los empresarios, con las fuerzas sindicales, con los mandos directos de las fuerzas de Seguridad del Estado en estas provincias, Adolfo Su¨¢rez, ha buscado la oportunidad de contrastar criterios y valorar nuevas informaciones que adquieren otra dimensi¨®n cuando se obtienen sobre el terreno, fuera de las alfombras de la Moncloa, que apagan la viveza de todos los ecos.
Los datos disponibles vienen a confirmar que aqu¨ª hab¨ªa que haber venido mucho antes y que en adelante habr¨¢ que hacerlo as¨ª. Ya se cuenta con la inmediata visita del vicepresidente econ¨®mico, Leopoldo Calvo Sotelo, y se preparan las de otros ministros sobre un patr¨®n que excluye toda solemnidad y descansa en la pretensi¨®n de asegurar la presencia del Estado. Una preocupaci¨®n que aqu¨ª comparten comunistas, socialistas, centristas, aliancistas y otros sectores sociales, empresariales y sindicales.
El viaje ha servido de prueba para expulsar la doble posici¨®n del PNV, seg¨²n sea que salte al campo con la camiseta del Gobierno vasco o con la del partido, siempre tentado de jugar al redentismo.
El lendakari Garaikoetxea aparece ante los observadores muy condicionado por Javier Arzallus, que encarna la pureza del partido y al que los medios oficiales de Madrid reprochan su cambio de lenguaje, seg¨²n hable al norte o al sur de Pancorbo. Las conversaciones Su¨¢rez-Garaikoetxea beneficiar¨¢n la negociaci¨®n en curso sobre los conciertos econ¨®micos y la polic¨ªa aut¨®noma, seg¨²n la portavoz del Gobierno, Rosa Posada, porque ?suponemos que Garaikoetxea tiene algo que decir dentro de su partido?.
El boicoteo de los ayuntamientos, patrocinado por el PNV, su elemento de presi¨®n durante la visita de Su¨¢rez, ha sido duramente condenado por los socialistas, los comunistas y los centristas, que lo han calificado de chantaje intolerable.
La reuni¨®n del Euskadi Buru Batzar, que a¨²n no ha concluido aqu¨ª en San Sebasti¨¢n, cuando se escriben estas l¨ªneas, dar¨¢ Ia clave inmediata de las actuales relaciones de Garaikoetxea con el PNV. Una vez m¨¢s, un extra?o mimetismo asemeja al lendakari al inquilino de la Moncloa, enfrentado en estos momentos con abiertas dificultades dentro de su partido.
Hay un hecho que asegurar, el control peneuvista de las instituciones de autogobierno y de buena parte de los ayuntamientos, lo que obliga a buscar un entendimiento efectivo con el PNV.
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