Museo
Valle-Incl¨¢n es un desaf¨ªo permanente a los directores de escena. Cuenta en sus obras una Espa?a negra a la que ama y denuncia al mismo tiempo; representa la brutalidad y el terror mezclados con un sentido del humor. Tiene un lenguaje dif¨ªcil, entre arcaizante y modernista, con rasgos populares La rosa de papel es un compendio del valleinclanismo esc¨¦nico: Juan Margallo, que es un excelente director que tiende a manifestarse en la l¨ªnea del teatro independiente, ha montado en su territorio predilecto, El Gayo Vallecano, una Rosa de papel muy aproximada a lo que pretend¨ªa Valle-Incl¨¢n: real¨ªsmo s¨®rdido, abultamiento de los rasgos y truculencia de las situaciones.Ropa y decorados de Gerardo Vera son parte importante de esta est¨¦tica abigarrada. Ha puesto a trabajar las voces de sus actores para dar este doble fondo, o triple fondo, y lo ha conseguido bien con algunos: especialmente con Santiago Ramos y con Alfonso Asenjo.
Ligaz¨®n (1926) y La rosa de papel (1924), de Ram¨®n Mar¨ªa del Valle-Incl¨¢n
Int¨¦rpretes, Montse Gonz¨¢lez, Alfonso Asenjo, Petra Mart¨ªnez, Miguel Gallardo, Antonio Chapero, Teresa S¨¢nchez, Santiago Ramos, Malena Guti¨¦rrez. Escenograf¨ªa y vestuario, Gerardo Vera. M¨²sica de Pedro Ogesto. Direcci¨®n, Juan Margallo. Estreno, sala de El Gayo Vallecano, 12.12.1980.
Antes de La rosa de papel se da Ligaz¨®n. Es una obra m¨¢s endeble, en la que los efectos que se amontonan por parte del autor se relacionan con la brujer¨ªa, la noche de luna, la pasi¨®n sexual, la venta de la doncella, la muerte. En lenguaje es bastante m¨¢s p¨¢lido. Y el logro esc¨¦nico es menor. Como si fuera un recurso de tilempo para que con La rosa de papel se consiguiera la duracion normal del espect¨¢culo.
Las dos piezas breves de Valle eran demasiado brutales para su tiempo. El nuestro ha visto ya brutalidades mayores en el escenario, en la pantalla y en la vida; a veces -por la experiencia de esta representaci¨®n, con una mayor¨ªa de p¨²blico muy j¨®ven- parece demasiado ingenuo este abultamiento de Valle. Aun as¨ª, Juan Margallo, ha dulcificado algo, quiz¨¢ por dificultades de representaci¨®n. En La rosa de papel, Julepe intenta violar el cad¨¢ver de su mujer y perece abrazado a ella en el incendio que provocan los hachones al caer; Margallo prefiere terminar la obra con la violaci¨®n, sin la escena del incendio.
Ligaz¨®n y La rosa de papel tienen, sobre todo, un inter¨¦s de estudio, de piezas de museo: una forma de situar a Valle-Incl¨¢n en su tiempo. Otro teatro suyo llega con m¨¢s vigencia y con m¨¢s fuerza al nuestro.
Babelia
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