Jos¨¦ Luis Graullera: "Guinea no cedi¨® a Gab¨®n sus derechos petrol¨ªferos"
Pregunta. Se?or embajador, se cumple ahora un a?o de la puesta en marcha de la cooperaci¨®n que Espa?a ha ofrecido a Guinea Ecuatorial. ?Cu¨¢les son los resultados m¨¢s importantes de esta iniciativa?Respuesta. Lo m¨¢s significativo, en este momento, lo constituye el hecho de que hemos pasado de una ayuda asistencial a una aut¨¦ntica cooperaci¨®n que, desde ahora, depender¨¢ directamente de la Administraci¨®n guineana. Asimismo podemos afirmar que Espa?a ha puesto en pr¨¢ctica en Guinea Ecuatorial una peculiar forma de cooperar en Africa, muy distinta de la que han ejercitado otros pa¨ªses que, como Francia, han ejercido y ejercen desde la metr¨®poli un padrinazgo permanente de la cooperaci¨®n.
P. ?No le parece que esta actitud hispana, escrupulosa y acomplejada, desde el llamado golpe de la libertad de agosto de 1979, no era viable en un Estado por construir y sin administraci¨®n? ?No cree que en esta peculiaridad est¨¢n. muchas veces las causas de la desorganizaci¨®n y exclusi¨®n de Espa?a en temas Claves del proceso guineano?
R. Espa?a no ha quedado fuera, en ning¨²n momento, de las cuestiones estrat¨¦gicas de la pol¨ªtica guineana. En los temas importantes es el Gobierno de Guinea quien decide y, en todo caso, Espa?a quien participa en discusiones como asesor. Temas estrat¨¦gicos podr¨ªan ser, por ejemplo, el econ¨®mico-monetario, donde Guinea. ha contado tambi¨¦n con la iniciativa del Fondo Monetario Internacional, apoyada por Espa?a; el tema energ¨¦tico, militar y otros campos, como el de las garant¨ªas jur¨ªdicas, donde se van a dar pr¨®ximamente pasos importantes.
A este respecto, hay que se?alar que pronto este pa¨ªs avanzar¨¢ por la senda de los derechos humanos y civiles con la aplicaci¨®n del derecho por funcionarios guineanos y espa?oles, estos ¨²ltimos en r¨¦gimen de supernumerarios, que pasar¨¢n a formar parte de la Administraci¨®n guineana. Ello, aparte de permitir el progreso hacia un Estado de derecho, dar¨¢ toda una serie de garant¨ªas jur¨ªdicas y legales a empresarios y cooperantes en favor de las inversiones y del desarrollo y creaci¨®n de las fuentes de riqueza.
P. El campo energ¨¦tico ha sido objeto reciente de una pol¨¦mica pol¨ªtica, en lo que se refiere a la bolsa de petr¨®leo de las agitas fronterizas de Guinea Ecuatorial y de Gab¨®n. Se ha dicho que Libreville y Par¨ªs hicieron firmar la cesi¨®n de la bolsa petrol¨ªfera a Mac¨ªas y luego al presidente Obiang. ?Qu¨¦ hay de cierto en todo esto?
R. En el tema del petr¨®leo est¨¢ un claro ejemplo de la peculiaridad de la cooperaci¨®n hispana en este pa¨ªs. Mientras en Gab¨®n la campa?¨ªa francesa ELF Aquitania es la que ostenta la concesi¨®n, y por tanto controla la explotaci¨®n y conoce sus niveles de existencias, en Guinea es el Gobierno quien tiene el control total de la concesi¨®n y explotaci¨®n del petr¨®leo a trav¨¦s de la compa?¨ªa GEPSA, en la que Hispanoil se ocupa de la asistencia t¨¦cnica. El problema est¨¢ en que los franceses desean entenderse directamente con Hisparloil y no con GEPSA (Guinea Ecuatorial Petr¨®leo, SA), cosa que no es posible. Adem¨¢s, a nosotros no nos consta que Guinea haya hecho ninguna concesi¨®n. Sabemos que el presidente Obiang plante¨® el terna del control de las aguas durante su viaje a Par¨ªs, en busca de soluciones al contencioso, pero no tenemos noticias de que firmara nada en la capital francesa. Por el contrario, s¨ª parece ser que firm¨® un documento en Libreville, pero en ¨¦l se inclu¨ªa una cl¨¢usula en la que dejaba pendiente su ratificaci¨®n, cosa que Guinea no ha hecho y, por tanto, no ha renunciado a su soberan¨ªa sobre la zona en debate.
"Conf¨ªo en el vicepresidente May¨¦"
P. Se ha dicho que la bolsa petrol¨ªfera podr¨ªa tener grandes dimensiones, algo as¨ª como cien millones de toneladas de crudo. Asimismo se ha criticado que sea el vicepresidente Florencio May¨¦ Ela el presidente de GEPSA, porque, en algunos medios, se le acus¨® de corrupci¨®n empresarial, como a otros miembros de su Gobierno.
R. En primer lugar, quiero decir que todav¨ªa no se han terminado las prospecciones para evaluar la cantidad de petr¨®leo existente en dicha zona de Guinea. Est¨¢n enmilitar. Aqu¨ª llama la atenci¨®n la presencia continuada de cerca de cien soldados marroqu¨ªes que controlan la seguridad del presidente y tienen, por ello, influencia pol¨ªtica sobre este pa¨ªs. ?No ser¨¢ sustituida nunca la seguridad marroqu¨ª?
R. En este sector, Espa?a ha tomado importantes iniciativas de cooperaci¨®n, en el ¨¢mbito del tratado marco firmado en Madrid, y en el que se incluye asistencia militar y de seguridad. En este momento se est¨¢ formando en Espa?a y en Guinea a militares en cursos de Estado Mayor y en r¨¦gimen de acuartelamiento. En s¨ªntesis, se puede decir que se va a una divisi¨®n clara del Ej¨¦rcito, que deber¨¢ volver a los cuarteles y dejar la calle al control de la polic¨ªa. Se est¨¢ ense?ando a respetar la escala militar y a separar Ej¨¦rcito de la polic¨ªa, que tendr¨¢, en este pa¨ªs, una dependencia del poder civil y que cuando termine su formaci¨®n podr¨¢ ocuparse, dentro de unos seis meses, de la seguridad del presidente Obiang, quien, a mi juicio, es consciente de la necesidad de contar con una guardia personal guineana. Entre los polic¨ªas. que reciben instrucci¨®n en Espa?a, diez de ellos lo hacen con los GEO.
"Una nueva etapa"
P. Por ¨²ltimo, embajador, ha confirmado usted su deseo de abandonar el puesto. Se habla de que su sustituto ser¨¢ el diplom¨¢tico Lorenzo Gonz¨¢lez y de que usted, en Madrid, pretende seguir coordinando el tema.
R. Es verdad que ped¨ª a Marcelino Oreja, primero, y a Jos¨¦ Pedro P¨¦rez-Llorca, despu¨¦s, mi relevo en el puesto para primeros de 1981. Creo que estamos al borde de una nueva etapa, la de la cooperaci¨®n propiamente dicha, y que hacen falta hombres nuevos. Yo he concluido una primera gesti¨®n de asistencia en el plano alimenticio, de educaci¨®n y sanitario que ha incluido errores que hemos cometido nosotros mismos y que, en muchas ocasiones, fueron el resultado de las dificultades que encontramos aqu¨ª a la hora de poner en marcha una nueva Administraci¨®n. Es verdad que hemos tenido problemas en los hospitales y con la distribuci¨®n de alimentos y, sobre todo, con el tema de la pesca; pero creo que ahora estamos en condiciones de ir subsanando estas deficiencias.
No s¨¦ en qui¨¦n est¨¢ pensando el ministro P¨¦rez-Llorca; creo que Lorenzo Gonz¨¢lez conoce bien el tema y es persona, en mi opini¨®n, que podr¨ªa ser eficaz en estas latitudes. Porque aqu¨ª lo que hace falta es un hombre con capacidad decisioria, sin tener que consultar permanentemente. Quiz¨¢ por eso se me escogi¨® a m¨ª en un principio y no s¨®lo por ser amigo del presidente Su¨¢rez. A m¨ª me nombr¨® el Gobierno porque crey¨® que en mi persona se encontraban las cualidades necesarias para desarrollar esta tarea. Yo he tomado decisiones y responsabilidades muchas veces sin consultar a Madrid, cosa que era casi imposible en muchos casos, pero nunca he puenteado a Exteriores.
Ahora tampoco quiero tirar la toalla de Guinea Ecuatorial; por ello es muy posible que a mi vuelta me ocupe de dirigir una unidad operativa de cooperaci¨®n con Guinea que sustituya a las funciones que ahora se realizan por la Administraci¨®n espa?ola. Una unidad administrativa que si funciona bien y da resultados positivos podr¨¢ dar pie a la creaci¨®n de una Secretar¨ªa de Estado para la cooperaci¨®n exterior de Espa?a.
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