Cuando las elecciones sindicales entran en la recta final
Se ha celebrado el grueso de las elecciones sindicales y se impone una primera constataci¨®n: la de que en el cuadro de un proceso pol¨ªtico y econ¨®mico de derechizaci¨®n y de crisis, la gran patronal, la CEOE, el Gobierno y otras fuerzas (para la defensa de sus privilegios e intereses, muchas veces bastardos) hab¨ªan apostado con potentes medios, con recursos de todo tipo; hab¨ªan jugado fuerte para reducir CC OO a la m¨ªnima expresi¨®n; por que otra central ocupara el primer lugar, por situar a USO -como expresi¨®n sindical de UCD- ya ciertos sectores amarillos a un nivel que les permitiera contar en el futuro sindical espa?ol. Pensaban tambi¨¦n que la campa?a electoral abrir¨ªa entre nosotros heridas y las har¨ªa incurables. Con el objetivo final de mantener su hegemon¨ªa y altos beneficios en plena crisis, necesitaban romper la unidad de los trabajadores, debilitar profundamente el sindicalismo de clase y de masas, que ha actuado, act¨²a y actuar¨¢ como elemento de presi¨®n y de negociaci¨®n, o de negociaci¨®n y de presi¨®n, seg¨²n las circunstancias. Que se moviliza con el firme deseo de llegar a acuerdos beneficiosos en lo inmediato para los trabajadores, situados en la perspectiva de clase y nacional, siempre.Cuando estamos en la fase final y en gran medida a cubierto de sorpresas, podemos sacar las siguientes conclusiones: 1? CC OO, con escasos medios econ¨®micos, con los poderosos en contra, pero con el valioso activo de sus militantes, conserva la primera posici¨®n en la geograf¨ªa sindical; 2? conjuntamente con UGT, que mejora sus posiciones, constituirnos la expresi¨®n mayoritaria de este sindicalismo de clase; 3? el sindicalismo de corte UCD y amarillo quedan reducidos a la m¨ªnima expresi¨®n. Tampoco se han producido heridas incurables; si acaso, alg¨²n rasgu?o. Los planes del gran capital para las elecciones sindicales no han tenido ¨¦xito en lo esencial.
Para valorar estos hechos y esta victoria del sindicalismo de clase que en gran medida representamos, tenemos tambi¨¦n que hacer referencia obligada a la intervenci¨®n no s¨®lo de los factores internos citados, sino tambi¨¦n los externos, los hechos de Polonia y otros, que han tratado de utilizar contra nosotros.
El paro, problema n¨²mero uno
A pesar de todo, se confirma la geograf¨ªa sindical espa?ola en torno a CC OO y UGT, m¨¢s ELA-STV en Euskadi.
Al margen de lo anterior, las elecciones se han realizado ya en lo fundamental, y tenemos que pensar en lo que va a seguir.
Tres problemas fundamentales dorninan el pa¨ªs: paro-crisis democratizaci¨®n de la econom¨ªa, terrorismo, autonom¨ªas; de ello se deriva, en gran medida, la acci¨®n sindical, incluida la necesaria para los convenios colectivos de 1981.
El Instituto Nacional de Estad¨ªstica indica que los sin trabajo en el tercer trimestre de 1980 fueron 1.494.000, de los que se han descontando previamente 384.000 por estar comprendidos en la edad de catorce-diecis¨¦is a?os, seg¨²n la f¨®rmula del Estatuto del Trabajador. En septiembre y octubre, el paro registrado creci¨® en 92.514. Los que percibieron el seguro de desempleo en octubre fueron 783.451.
?Con el modelo de crecimiento vigente en la crisis, Espa?a expulsa empleo cada a?o en tasas del orden del 2%?, escrib¨ªa Alcalde Inchausti, en raz¨®n de lo cual, ?entre 1976 y 1980 han desaparecido 1.250.000 puestos de trabajo?, seg¨²n Gonz¨¢lez Urbaneja, Ya, 7-12-80.
De la Rica, presidente del INI; dice que en su holding sobran 50.000 trabajadores: 10.000, en Seat; 6.500, en los Astilleros; 3.000, en Iberia; 5.000, en la siderurgia integral; 2.000, en aceros especia les, etc¨¦tera. El presidente de Standard, se?or M¨¢rquez Bal¨ªn, en la reuni¨®n de los altos dirigentes de ITT en Europa, celebrada en Bruselas, se?ala que en las empresas de telecomunicaci¨®n de Espa?a habr¨¢ que reducir en los pr¨®ximos a?os el 40% de los 40.000 trabajadores existentes. En 1981, solamente en el sector de grandes empresas del autom¨®vil, tendremos 60.000 trabajadores con regulaci¨®n de jornada, antesala del despido.
Todo esto, en una sociedad en la que s¨®lo uno de cada tres ciudadanos se considera poblaci¨®n activa y donde el 12% de ellos est¨¢ en paro.
Lo que se desprende del Presupuesto del Estado para 1981 es que habr¨¢ m¨¢s ?reestructuraciones salvajes? y m¨¢s paro.
La situaci¨®n es angustiosa, y no s¨®lo en Andaluc¨ªa y otros lugares, sino en Madrid, donde Pueblo explica que 20.500 habitantes viven de la beneficencia, y publica una ?gu¨ªa para los pobres de pedir?, donde pueden dirigirse para encontrar una limosna.
Esta crisis no es una crisis pasajera, ya que, como dec¨ªa Antonio Garrigues Walker, presidente de APD, ?... el mundo occidental y su sistema econ¨®mico vigente ya han perdido la capacidad para ofrecer posibilidad de trabajo a la totalidad de su poblaci¨®n activa?.
Si a esto le agregamos que el ¨²ltimo Gobierno de Su¨¢rez, cien d¨ªas despu¨¦s de su constituci¨®n, se encuentra en un vac¨ªo de todo tipo y con falta de soluciones frente al paro, la crisis y el terrorismo, tenemos que llegar a la conclusi¨®n de que Espa?a vive una situaci¨®n de emergencia. Y si, simult¨¢neament¨¦, como titulaba Miguel Angel Aguilar en EL PA?S de 27-11-80: ?Los grandes empresarios, la banca, eclesi¨¢sticos y militares propugnan un Gobierno de gesti¨®n? -bajo cuya f¨®rmula se esconde la involuci¨®n hacia la dictadura-, los trabajadores, los sectores progresivos de la sociedad, no tenemos demasiado tiempo que perder. Debemos ponernos al habla para la negociaci¨®n colectiva inmediata; para hacer frente al paro con una movilizaci¨®n y con un esfuerzo de solidaridad nacional; para hacer frente a los riesgos de involuci¨®n, con un Gobierno y un programa de progreso en el que nos sintamos representados tambi¨¦n los trabajadores; para una demostraci¨®n nacional contra el terrorismo, por el desarrollo de unas autonom¨ªas con contenido, y para aumentar los derechos sindicales hacia una democracia que tenga contenido social y econ¨®mico.
Y todo esto tiene un primer paso, despu¨¦s de las elecciones sindicales: reuni¨®n conjunta y urgente de las direcciones de CC OO y UGT para examinar la situaci¨®n y sacar las conclusiones que se desprenden.
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