El "caso Stenmark" desenmascara un poco m¨¢s el falso amateurismo
El sueco Ingemmar Stenmark es, sin duda, el mejor esquiador mundial desde hace varios a?os. Pese a no participar en las pruebas de descenso, su dominio en los dos esi¨¢lom, especiales y gigantes, que completan las modalidades del esqu¨ª alpino, a¨²n se mantiene totalmente esta temporada. Stenmark, sin embargo, ya no podr¨¢ ser campe¨®n ol¨ªmpico, como en Lake Placid este a?o, pues la denominada licencia B que solicit¨® como condici¨®n para seguir en la Copa del Mundo con los amateurs va en contra de la regla 26 del reglamento ol¨ªmpico. El esquiador sueco, con otro sistema ?puente? que desenmascara un poco m¨¢s el ya imposible y falso deporte amateur, se queda con el importe de sus jugosos contratos publicitarios. Ahora esqu¨ªa s¨®lo por dinero.
El esqu¨ª, deporte b¨¢sico en los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno, lucha desde hace ya tiempo con la dura realidad del mucho dinero que mueve cuando ?ol¨ªmpicamente? es amateur. Este contrasentido, que se concret¨® desde el primer momento no en los premios por las carreras, sino en los ingresos de los esquiadores por concepto de publicidad, ha dado lugar a otras soluciones de compromiso para salvaguardar una situaci¨®n de hecho insostenible. Casos como la descalificaci¨®n del ?as? austriaco Karl Schranz poco antes de los Juegos Ol¨ªmpicos de Sapporo, en 1972, levantaron demasiadas ampollas y la mejor soluci¨®n para la Federaci¨®n Internacional de Esqu¨ª (FIS) era inventarse algo nuevo. La ¨²ltima f¨®rmula ha sido la llamada l¨ªcencia B, que permite a ciertos esquiadores quedarse con los ingresos de sus contratos publicitarios particulares, sin tener que entregarlos a su federaci¨®n respectiva, como indica en una primera soluci¨®n a¨²n m¨¢s farisaica la regla 26 del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional. Al margen, naturalmente, quedan los esquiadores profesionales, como desde el a?o pasado lo es Paquito Fern¨¢ndez Ochoa, que s¨ª cobran por las carreras.El suizo Heini Hemmi, ex campe¨®n ol¨ªmpico de esl¨¢lorri gigante en Irinsbruck, 1976, as¨ª como su compatriota, especialista en descenso Bernhard Russi, fueron los primeros en acogerse a la soluci¨®n de la licencia B. Ello les cerraba la puertas a otra posible participaci¨®n ol¨ªmpica, pero les permit¨ªa ganar un dinero tal vez bastante mayor que haci¨¦ndose profesionales, al correr entre los m¨¢s famosos amateurs. El hecho'real es que tampoco sacaron, corno aqu¨¦llos, demasiado fruto.
Licencia exigida
Sin embargo, la sensaci¨®n cara a la nueva temporada 1980-1981 se produjo en este tema cuando el sueco Ingerrimar Stenmark, el mejor esquiador, sin lugar a dudas, de los ¨²ltimos a?os, ?exigi¨®? la licencia B. En caso de no conced¨¦rsela se retirar¨ªa del esqu¨ª a los veinticuatro a?os, pues s¨®lo cumplir¨¢ los veinticinco el pr¨®ximo 18 de marzo. La Federaci¨®n Sueca, principal ?perjudicada?, pues ahora se deber¨¢ conformar con una cantidad simb¨®lica de las ganancias que antes le ?regalaba? Stenmark, cedi¨® a sus pretensiones. Los planteamientos del esquiador sueco cara a solucionar su futuro estaban muy claros. Como otros deportivos famosos, y al igual que lo hab¨ªa hecho Borg, dej¨® de residir en su pa¨ªs para huir de los impuestos, y a primeros de abril se traslad¨® a Montecarlo. Aunque seg¨²n un diario sueco ¨²ltimamente ten¨ªa problemas para arreglar su residencia en la capital monegasca y podr¨ªa fijarla en Suiza o Lieclitenstein, el hecho real es que Stenmark no quiere m¨¢s triunfos gloriosos u ol¨ªmpicos y s¨ª los d¨®lares de los catorce sustanciosos contratos publicitarios que ha firmado.
Precisamente, a prop¨®sito de Liechtenstein, tambi¨¦n Hanni Werizel, ahora lesionada, pero gran vencedora de la ¨²ltima Copa del Mundo y en Lake Placid, correr¨¢ con la licencia B. El olimpismo de invierno se queda sin sus figuras. Las actuales, al menos, tienen la fortuna de poder contar con una f¨®rmula para no quedar completamente apartadas. Despu¨¦s de Schranz, su compatriota Anne Marie Proell-Moser, la esquiadora m¨¢s destacada de los ¨²ltimos diez a?os, tambi¨¦n debi¨® sufrir recientemente el ?juicio? de la Federaci¨®n Internacional por el tema de la publicidad y estuvo al borde de la descalificaci¨®n. Esta no se produjo, pero Anne Marie, retirada esta temporada, lo ha hecho con ?capacidad? econ¨®mica suficiente como para comprarse un Mercedes y abrir en Londres una pista de hielo artificial.
Las 62 victorias de Anne Marie Proell en la Copa del Mundo son la cota m¨¢xima que Ingemmar Stenmark aspira a superar. Ganador ya por tres veces de la Copa -1976, 1977 y 1978-, a la que no volver¨¢ a tener acceso, casi con seguridad, al n o participar en descensos -su ca¨ªda entren¨¢ndose para intentarlo en Val Senales el a?o pasado le quit¨® las ¨²ltimas ganas-, s¨ª puede lograr ese r¨¦cord de triunfos parciales. Esta temporada habr¨¢ veinti¨²n esl¨¢lomes, entre especiales y gigantes, y el dominio del esquiador sueco en ambos puede ser impresionante. En la pasada Copa del Mundo gan¨® once. Como ejemplo actual baste decir que tras ser suspendido el gigante de Val d'lsere, por el mal tiempo, ya venci¨® en el de Madonna di Campiglio y un d¨ªa antes en el especial de la misma estaci¨®n italiana. Con ellos obtuvo sus triunfos n¨²meros 53 y 54. Ya no ganar¨¢ t¨ªtulos ol¨ªmpicos, como los dos de esl¨¢lom en Lake' Placid; quiz¨¢ tampoco la Copa del Mundo, pero s¨ª pruebas parciales y campeonatos del mundo, pues a ¨¦stos -ya ha logrado dos- tambi¨¦n le dar¨¢ acceso la licencia B. A¨²n tiene por delante cuatro o cinco a?os de carrera.
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