El Atl¨¦lico hizo una nueva exhibicion de seguridad defensiva
El presidente del Atl¨¦tico de Madrid no tuvo m¨¢s remedio que ruborizarse cuando al salir al palco presidencial escuch¨® c¨®mo una gran parte del p¨²blico le cantaba aquello de ??Qu¨¦ guapo est¨¢ Cabeza, Cabeza, Cabeza, qu¨¦ guapo est¨¢ Cabeza, Cabeza, que guapo est¨¢! ?. El doctor Cabeza comprob¨® que ante un p¨²blico que le recib¨ªa de esa guisa cab¨ªan pocas reacciones, y as¨ª se limit¨® a aguantar los noventa minutos sin moverse, esperando a que de una vez acabara el encuentro con el empate. Porque, como reconoci¨® al fial del partido, ?Osasuna embotell¨® al Atl¨¦tico de Madrid?.Con una temperatura g¨¦lida, el Atl¨¦tico y el Osasuna se emplearon a fondo durante los noventa minutos. El l¨ªder, para aguantar los continuos vendavales de los puntas rojillos; el Osasuna, intentando meter un gol para sentenciar el encuentro. Porque el Atl¨¦tico de Madrid consigui¨® un punto a base de jugar en su ¨¢rea y presentar una defensa amurallada que dio pocas oportunidades a Irigu¨ªbel y Mart¨ªn. Arteche no par¨® de sacar balones, que en su mayor¨ªa fueron a parar a las gradas de El Sadar, y en general la defensa atl¨¦tica se mostr¨® como un bloque dif¨ªcil de perforar.
El Osasuna atac¨® de principio a fin. Mart¨ªn volvi¨® loco a Sierra, quien no pudo sujetarlo en ning¨²n momento, pero no pudo materializar ninguno de sus peligrosos ataques. Balbino se peg¨® a Irigu¨ªbel de tal forma que parec¨ªan el mismo jugador con diferente camiseta, y Julio Alberto control¨® al capit¨¢n
Echeverr¨ªa, que contin¨²a atravesando un bache de juego. La primera mitad, el Osasuna apenas si sali¨® del ¨¢rea atl¨¦tica y a punto es tuvo de conseguir el primer gol cuando Bayona dispar¨® al poste derecho de la porter¨ªa de Aguinaga sin que ¨¦ste se enterase.
El centro del campo fue osasunista en la primera parte, pero el equipo local acus¨® el cansancio en la segunda, -a la vez que Serrano perd¨ªa velocidad y precisi¨®n en el pase. Quique estuvo anulado por Bayona y los puntas atl¨¦ticos apenas si pasaron del centro del campo. En la segunda mitad, el Atl¨¦tico de Madrid tuvo rachas de control del centro del campo, pero ni Rubio ni Rub¨¦n Cano (con quien el P¨²blico se meti¨® en ocasiones injustamente) crearon peligro. Basauri tuvo que emplearse en la primera mitad una vez y dos en la se gunda.
Sin embargo, el Osasuna consigui¨®, un gol en el minuto trece de la segunda parte (cabezazo de Mart¨ªn a pase de Lumbreras) que fue anulado por el ¨¢rbitro despu¨¦s de que un juez de l¨ªnea levantara el bander¨ªn, se?alando fuera de juego. Despu¨¦s de esta jugada, el Osasuna intensific¨® sus ataques, empe?¨¢ndose en bombear balones ante una defensa que parec¨ªa formada -por su altura- por jugadores de baloncesto. El l¨ªder se preocup¨® exclusivamente de no encajar un solo gol y sus escasos ataques no tuvieron apenas profundidad, por lo que el partido tuvo m¨¢s emoci¨®n que juego. El Osasuna mereci¨® ganar incluso a pesar de la cerrada defensa atl¨¦tica, que no par¨® de trabajan en los noventa minutos.
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