El aire de Madrid, de nuevo casi irrespirable
La contaminaci¨®n en Madrid vuelve a dispararse. Tras los vendavales de hace una semana, una vez m¨¢s las altas presiones han impuesto su ley, y el tiempo estable ha vuelto a favorecer la acumulaci¨®n de basuras a¨¦reas en el aire que respiramos.Y ello sucede a pesar de que en estos d¨ªas festivos la actividad urbana se reduce notablemente: por una parte, el tr¨¢fico es menos denso, ya que son muchos los madrile?os que aprovechan estas fechas para salir de la ciudad; por otra, la actividad industrial tambi¨¦n se reduce notablemente. Finalmente, las calefacciones, fuente importante de contaminaci¨®n a¨¦rea, funcionan al m¨¢ximo en estos d¨ªas fr¨ªos, sin que las fiestas hagan disminuir su incidencia.
Considerando que las calefacciones suponen en invierno aproximadamente un 35% de la contaminaci¨®n total (el resto se lo reparten el tr¨¢fico, alrededor de un 45%, y las industrias, un 20%), lo cierto es que con unos pocos d¨ªas de anticicl¨®n la suciedad del aire de Madrid est¨¢ pr¨¢cticamente asegurada.
En la ma?ana de hoy, la t¨ªpica boina negruzca de contaminaci¨®n cubr¨ªa a la capital de Espa?a, como consecuencia de la importante inversi¨®n t¨¦rmica (cuatro grados bajo cero de m¨ªnima), que dif¨ªcilmente se destruye durante el d¨ªa por dos razones principales: la primera, que la propia contaminaci¨®n dificulta el caldeo del suelo por el sol, al hacer menos transparente al aire; la segunda, porque estamos en los d¨ªas m¨¢s cortos del a?o y, por tanto, con m¨ªnima insolaci¨®n, aunque el cielo permanezca despejado.
La tremenda sequ¨ªa que venimos arrastrando (hay que recordar que diciembre de 1980 ha sido el mes m¨¢s seco del siglo en Madrid, con menos de un litro por metro cuadrado de precipitaci¨®n en todo el mes) no es ajena al importante grado de contaminaci¨®n que venimos soportando. Afortunadamente, si las lluvias brillan por su ausencia, no ha sido as¨ª con los vientos, sobre todo los del Norte, que han servido de eficaz escoba meteorol¨®gica en numerosas ocasiones en que el aire amenazaba con hacerse irrespirable. Por esta raz¨®n, no hemos tenido todav¨ªa episodios de aut¨¦ntica emergencia, aunque en d¨ªas como hoy la alarma preventiva est¨¢ justificada.
Una vez m¨¢s, los elementos van a acudir en nuestro auxilio. Los vientos del Norte nos visitar¨¢n en este fin de semana, aunque con menos virulencia que hace siete d¨ªas. Su efecto, conjugado con la normal disminuci¨®n en las emisiones contaminantes en s¨¢bado y domingo, ser¨¢ suficiente como para impedir males mayores, al menos por ahora. Sin embargo, no hay que olvidar que el mes de enero, ?claro, seco y heladero?, seg¨²n el refr¨¢n, es el de mayor contaminaci¨®n atmosf¨¦rica en Madrid. Si las lluvias, por fin, no lo remedian.
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