El obispo de C¨®rdoba ataca al alcalde, del PCE, por ceder dos edificios a la comunidad isl¨¢mica
La cesi¨®n de uso de dos edificios p¨²blicos hecha por el alcalde de C¨®rdoba, el comunista Julio Anguita, a dos comunidades isl¨¢micas ha suscitado una pol¨¦mica entre ¨¦ste y el obispo de la di¨®cesis, Jos¨¦ Antonio Infantes Florido, quien ha calificado la decisi¨®n del alcalde como ?error hist¨®rico?, que ?supondr¨ªa para los cordobeses desandar el camino de siglos y cambiar el cristianismo, que ha llegado mucho m¨¢s lejos en perfecci¨®n espiritual, por una religi¨®n mucho m¨¢s simple y menos desarrollada?. Anguita recuerda al obispo que es su alcalde, mientras que no considera ?a su ilustr¨ªsima como su obispo? y pregunta al eclesi¨¢stico ?en qu¨¦ asamblea p¨²blica de la base cristiana ha sido elegido monse?or Infantes Florido? como obispo de C¨®rdoba.
Hace unos meses, el Ayuntamiento de C¨®rdoba cedi¨® a una comunidad isl¨¢mica el morabito situado en los jardines p¨²blicos del Campo de la Merced. Con posterioridad, al reacondicionar el antiguo convento de Santa Clara, parte del cual se utiliza como escuela p¨²blica, apareci¨® intacta la inicial estructura medieval de la antigua mezquita de Abu Otmun. Cuando otra comunidad isl¨¢mica solicit¨® al Ayuntamiento un edificio para practicar su culto, sus representantes apuntaron que esta mezquita podr¨ªa ser id¨®nea para ello. Para recibir las llaves de la mezquita estuvieron en C¨®rdoba hace menos de dos semanas los Kettani, padre e hijo, profesores universitarios y consejeros del rey de Arabia.El obispo Infantes Florido considera las cesiones de uso de estos dos edificios como ?llamativas y arriesgadas?, y opina que van ?m¨¢s all¨¢ del ¨¢rea de competencias que una gesti¨®n p¨²blica puede realizar para el bien de una colectividad?. Tambi¨¦n piensa que es un ?acto impositivo?, que no se justifica ?con llevar el consenso del Ayuntamiento, sino que requiere la participaci¨®n ciudadana?.
A estas declaraciones, publicadas por el diario C¨®rdoba, replica hoy el alcalde cordob¨¦s, quien modifica su actitud de no contestar a las opiniones p¨²blicas sobre la gesti¨®n municipal, porque, ?las declaraciones del ciudadano Jos¨¦ Antonio Infantes Florido merecen especial atenci¨®n, porque, adem¨¢s de ciudadano cordob¨¦s, es la m¨¢xima autoridad sobre los cristianos cat¨®licos de esta ciudad y, por tanto, portavoz oficial, en ¨²ltima instancia, de un sector amplio de la ciudadan¨ªa en cuestiones religiosas?.
Julio Anguita afirma que las declaraciones del obispo confunden los planos en los que deben moverse ambas autoridades y a?ade que ?ni personal ni institucionalmente me siento sujeto a su autoridad, aunque respeto lo que representa?.
El alcalde, que se autocalifica de agn¨®stico e indiferente ante el cristianismo y el islamismo, recuerda al obispo el art¨ªculo 16 de la Constituci¨®n, que, en su apartado primero, garantiza la libertad ideol¨®gica y de culto) de las comunidades, y que, en su apartado tercero, rechaza el car¨¢cter estatal de cualquier confesi¨®n e impone a los poderes p¨²blicos la cooperaci¨®n con todas ellas. Tras declarar poder p¨²blico al Ayuntamiento que preside, Julio Anguita recuerda al obispo el coste que a la Corporaci¨®n suponen los desfiles procesionales de Semana Santa, los cultos p¨²blicos del Corpus y otras festividades y las capellan¨ªas municipales de los cementerios y constata la asistencia oficial de la Corporaci¨®n ?bajo mazas? a los actos religiosos m¨¢s importantes, ?a los que el alcalde no asiste por razones obvias de respeto y de consecuencia?.
El alcalde califica las opiniones del obispo como ?propias de Torquemada o de Cisneros? y con un ?reflejo condicionado de otras ¨¦pocas, desde supuestos anteriores a la Constituci¨®n?. ?Yo que su se?or¨ªa?, dice Julio Anguita, ?desde la memoria hist¨®rica me tentar¨ªa la ropa antes de hablar de errores hist¨®ricos; sobre esos, se?or obispo, es mejor no hablar?.
El alcalde cordob¨¦s asegura que si la Iglesia cat¨®lica hubiera pedido la cesi¨®n de uso de los edificios, el Ayuntamiento se la habr¨ªa dado con iguales criterios, y se?ala que el morabito del Campo de la Merced fue, precisamente, construido por los cordobeses para el culto isl¨¢mico de las tropas moras del Tercio de Regulares durante la guerra civil.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Pol¨ªticos
- C¨®rdoba
- Pol¨ªtica nacional
- Declaraciones prensa
- PCE
- Julio Anguita
- Ayuntamientos
- Administraci¨®n eclesi¨¢stica
- Provincia C¨®rdoba
- Iglesia Cat¨®lica espa?ola
- Islam
- Administraci¨®n local
- Gente
- Andaluc¨ªa
- Espa?a
- Iglesia cat¨®lica
- Partidos pol¨ªticos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Cristianismo
- Sociedad
- Religi¨®n