Vicente Barreira retrata en cer¨¢mica la Valencia antigua
Complicada elaboraci¨®n de unos cuadros peculiares
Entre las actividades m¨¢s ex¨®ticas dentro del mundo de la investigaci¨®n pl¨¢stica puede figurar el curioso trabajo de un artista valenciano, Vicente Barreira, que dedica su vida a fabricar unos cuadros en cer¨¢mica que en s¨ª mismo ya son una innovaci¨®n y que tienen adem¨¢s el inter¨¦s de ofrecer una panor¨¢mica minuciosa del ambiente urbano de la Valencia antigua. La elaboraci¨®n de estas obras resulta enormemente complicada, aunque seg¨²n el ceramista-pintor, que trabaja en colaboraci¨®n con su esposa, el resultado es gratificante. Considera Barreira que en la lucha por construir el cuadro es el horno el principal protagonista y ¨¦l se queda en segundo nivel.
Cuadros que son y no son pintura y escultura al mismo tiempo, retratos en color y relieve de la fisonom¨ªa urbana de la Valencia antigua, forman la obra de Vicente Barreira, joven pintor valenciano que empieza a darse a conocer por la original utilizaci¨®n de la cer¨¢mica de gres como medio de expresi¨®n pict¨®rica y su obsesi¨®n tem¨¢tica por los viejos barrios de su ciudad.Conjuntos de fachadas mordidas por la acci¨®n del tiempo, perspectivas de tejados y aleros arracimados en tomo a la c¨²pula de una iglesia, la esquina desolada de un callej¨®n sin salida... Los cuadros cer¨¢micos de Vicente Barreira son una cr¨®nica del deterioro de las formas, de la disoluci¨®n de los colores expuestos a la intemperie; una reflexi¨®n sobre el desgaste de las arquitecturas, que se plasma con fidelidad asombrosa en tonos deste?idos y pulidos matices.
El proceso del cuadro
Cada cuadro de Vicente Barreira es resultado de un complejo proceso art¨ªstico y artesanal, en el que desempe?a un papel fundamental su mujer, Mercedes Fontecha, ceramista excepcional, a quien se debe la dif¨ªcil consecuci¨®n del matiz adecuado de color.Todo empieza con una foto. El pintor pasea las mismas calles que recorri¨® en su infancia impulsado por el af¨¢n de recuperar vagas impresiones y fijarlas. Elige el tema en funci¨®n de sus cualidades crom¨¢ticas y hace la foto que ser¨¢ objeto de una primera interpretaci¨®n sobre la materia prima, el gres, moldeada a mano, el cuerpo y el volumen del bajorrelieve cer¨¢mico.
Tras una doble cocci¨®n, en la que el homo alcanza temperaturas de unos ochocientos grados cent¨ªgrados, se obtiene lo que se llama el bizcocho en la jerga de los ceramistas. A continuaci¨®n comienza la fase m¨¢s delicada del proceso, entre qu¨ªmica y alqu¨ªmica, que llevar¨¢, bajo el influjo del fuego, al imprevisible resultado final.
La magia del fuego
Barnices especiales aprendidos o inventados por Barreira y su mujer; ¨®xidos de plomo, manganeso, cobre o hierro aplicados directamente al bizcocho, englobes con arcilla roja y gris; fritas industriales y cenizas vegetales de naranjo, manzano y cipr¨¦s, son los ingredientes b¨¢sicos de una t¨¦cnica que deviene en magia, en religi¨®n casi por la mediaci¨®n del fuego que act¨²a en el interior del horno, con temperaturas de hasta 1.280 grados cent¨ªgrados.?El horno hace lo que quiere?, afirma Vicente Barreira. ?Sabes a la temperatura que trabajas, pero, seg¨²n el n¨²mero de piezas que entran cada vez, la posici¨®n que ocupan dentro del homo u otros factores imposibles de controlar, los colores que salen son distintos. Nunca se pueden garantizar los colores finales, porque gran parte de los ingredientes que se utilizan en el proceso no tienen una composici¨®n qu¨ªmicamente pura. Las cenizas vegetales, por ejemplo, o los posos de t¨¦, que ya usaban los chinos, contienen elementos no identificables que alteran todas las predicciones cient¨ªficas?.
?Con la cer¨¢mica me siento capaz de expresarlo todo?, comenta, el pintor valenciano sobre su particular aplicaci¨®n del gres a la creaci¨®n pict¨®rica. ?Sin embargo, no puedo asegurar que no cambie de pronto de medio de expresi¨®n y empiece a pintar y a utilizar cualquier otro material. Me resisto a ser etiquetado como pintor en cer¨¢mica de gres, aunque ese sea el m¨¦todo que he usado hasta ahora y me identifique absolutamente con los colores de Esperanza, mi mujer?.
Desde que Vicente Barreira comenz¨® a trabajar la cer¨¢mica, en 1978, ha realizado tres exposiciones en Valencia, la ¨²ltima, estas pasadas Navidades, en la sala Nik¨¦.
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