La historia del m¨ªtico caballo asturc¨®n se remonta a la ¨²ltima glaciaci¨®n cuaternaria
El estudio m¨¢s completo realizado sobre los asturcones ha sido realizado por el ingeniero agr¨®nomo Miguel Angel Garc¨ªa Dory. Este libro, titulado Asturc¨®n, caballo de los astures, acaba de ser editado por la Caja de Ahorros de Asturias. Las guerras que c¨¢ntabros, astures y galaicos sostuvieron contra el imperio romano durante el siglo I antes de Cristo hicieron universalmente famosos a sus dos clases de caballos: unos eran peque?os y bastos, pero muy rudos y se llamaban asturcones. Los otros eran esbeltos y m¨¢s finos, y se conocen como thieldons. Un tercer y misterioso caballo, al que llamaban disex, viv¨ªa en los bosques y era objeto exclusivo de caza.
Durante los siglos posteriores a Cristo, despu¨¦s de la victoria del imperio romano, los asturcones alcanzaron la cresta de su fama, hasta el punto de que con su nombre se destinaba m¨¢s que a una raza espec¨ªfica, a un tipo de caballo con unas cualidades determinadas. Miles de ellos fueron entonces capturados, domados y exportados de Asturias hacia numerosos lugares del imperio. Para las tribus del norte de Espa?a estos caballos cumplieron un triple papel: animal de carga, auxiliar imprescindible en la guerra y el de su heroizaci¨®n en las religiones aut¨®ctonas.Hoy, el thieldon ha desaparecido, y el peque?o asturc¨®n se encuentra en trance de extinci¨®n a corto plazo.
El testimonio m¨¢s antiguo que se conoce de caballos domesticados en Asturias es anterior al siglo VII antes de Cristo y pertenece a un misterioso pueblo de cultura no celta que se extend¨ªa sobre los r¨ªos Navia y Eo, por el oriente de Asturias y por el norte de Burgos. Las razas celta y la aut¨®ctona proceden del ancestral caballo de Solutr¨¦, seg¨²n Garc¨ªa Dory.
El rito funerario del caballo
El episodio hist¨®rico que mayor relevancia dio a los caballos de Asturias fue la guerra de las naciones c¨¢ntabra, astur y galaica contra el imperio romano. Del rito funerario del caballo se deduce su car¨¢cter sagrado. Los textos literarios hablan de sacrificios de caballos, cuya sangre beb¨ªan los c¨¢ntabros, seg¨²n Horacio y Silo It¨¢lico. Con este rito, los antepasados de los asturianos buscaban su identificaci¨®n con lo que m¨¢s apreciaban de cuanto les rodeaba: sus valientes y ¨²tiles caballos. El historiador J. M. Gonz¨¢lez estima que la larga y cruel guerra de los c¨¢ntabros, astures y galaicos frente a los romanos en defensa de su independencia obedece, como ocurri¨® contra la invasi¨®n musulmana o contra Napole¨®n, a una constante de la raza. Los romanos sometieron a las belicosas tribus del norte de la Pen¨ªnsula para apoderarse de una de sus grandes riquezas naturales: el oro, si bien cubr¨ªan su acci¨®n con el velo de llevar la civilizaci¨®n y suprimir la ?barbarie? al pueblo atacado. Estrab¨®n destaca el papel de los caballos en esta guerra. El arma principal de los astures a caballo era la lanza arrojadiza. Cada animal transportaba a dos guerreros al campo de batalla, donde se bajaba uno de ellos mientras el otro permanec¨ªa montado.El asturc¨®n fue igualmente utilizado en la guerra de la Reconquista. Su n¨²mero durante la Edad Media era tan abundante que los campesinos pagaban con ¨¦l sus impuestos. La Edad Moderna introdujo razas ex¨®ticas cuyas principales secuelas fueron el mestizaje y la decadencia de la raza aut¨®ctona. En la expedici¨®n de la Armada Invencible fueron embarcados ejemplares de ponis cant¨¢bricos, entre el os algunos asturcones.
El caballo thieldor sobrevivi¨® hasta fecha reciente. En 1940 a¨²n exist¨ªan ejemplares o formas muy parecidas a ellos en algunos lugares de las monta?as asturianas. Del asturc¨®n actual se conocen dos formas: la del macizo del Sueve y monta?as lim¨ªtrofes, en la zona oriental, y la de Occidente, sobre la que existe un desconocimiento mayor.
Una posibilidad a confirmar
En el Sueve hay unos ochenta ejemplares, localizados en la cordillera y en otras zonas pr¨®ximas, m¨¢s al interior, como los concejos de Parres, Ponga y Campo de Caso. Se trata de una forma bastante mestizada, aunque con un n¨²cleo selecto de animales aceptables que, a su vez, se divide en dos tipos: uno, de perfil recto, hocico oscuro y miembros bastante gr¨¢ciles, y otro, muy poco numeroso, de perfil subconvexo, hocico blanco y miembros m¨¢s fuertes y cortos. Los primeros parecen afines a los desaparecidos thieldons, y su peque?o tama?o puede ser debido al r¨¦gimen de subalimentaci¨®n. Los segundos son, posiblemente, descendientes del genuino asturc¨®n o caballo peque?o de la monta?a asturiana. Respecto al asturc¨®n de la zona occidental existen indicios seg¨²n los cuales podr¨ªa tratarse de una poblaci¨®n equina menos mestizada que la del oriente, y m¨¢s numerosa. De confirmarse esta tesis, estar¨ªamos ante una valiosa reserva de caballos asturcones de pura raza, descendientes directos no s¨®lo de los que poseyeran hace dos mil a?os las tribus astures, sino tambi¨¦n, incluso, del caballo solutr¨¦, que se extendi¨® por Asturias y Europa durante la ¨²ltima glaciaci¨®n cuaternaria.
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