Schuster, en casa
Mientras sus compa?eros viajaban en funicular, Metro y, finalmente, a golpe de calcet¨ªn para llegar a tiempo a Sarri¨¢, Schuster llegaba, c¨®modamente trasladado por un avi¨®n, a Colonia, en la Rep¨²blica Federal de Alemania. Schuster explic¨® que ten¨ªa dolores en un tobillo, abandon¨® la concentraci¨®n del Barcelona por la ma?ana y se fue a casa con su atractiva esposa. Mientras sus compa?eros chapoteaban y perd¨ªan sobre el barro de Sarri¨¢, ¨¦l pasaba una tranquila tarde hogare?a. Luego llegaron las justificaciones del club, cargadas de contradicciones. El entrenador dijo que ten¨ªa permiso del m¨¦dico; ¨¦ste, que de la directiva, y los directivos, que del entrenador. El caso es que Schuster se se march¨® y no se est¨¢ seguro de cu¨¢ndo ni c¨®mo va a volver.
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