Juan Pablo II otorga su apoyo y bendicion al sindicato independiente Solidaridad
Juan Pablo II dio ayer su apoyo y bendici¨®n al sindicato independiente polaco Solidaridad en el transcurso de la audiencia concedida a su principal l¨ªder, Lech Walesa, y otros dirigentes de la organizaci¨®n obrera.La audiencia se realiz¨® en dos fases. Una primera conversaci¨®n privada, de veinticinco minutos, entre el Papa y Walesa, a quien acompa?aron su esposa, Danuta, y su padre, Stanislaw, y una segunda, coloquio, con el resto de los dirigentes de Solidaridad, en presencia de unos doscientos periodisrtas.
Durante el encuentro, definido como hist¨®rico, Juan Pablo II, antiguo cardenal de Cracovia, calific¨® de ?evidente que los hombres que hacen un determinado trabajo tengan el derecho a asociarse libremente; precisamente por raz¨®n de ese trabajo?. ?La actividad de ,los sindicatos?, insisti¨® el Papa, ?no tiene car¨¢cter pol¨ªtico, no debe ser instrumento de nadie, de ning¨²n partido pol¨ªtico, para poder consagrarse, de manera exclusiva y plenamente aut¨®noma, al gran bien social del trabajo humano?.
Juan Pablo II no eludi¨® la situaci¨®n nueva creada en Polonia, afirmando que se trata ?de un problema: estrictamente intern¨® ?, y a?adi¨® que ?el esfuerzo de las, semanas del oto?o no atenta contra nadie, as¨ª como el esfuerzo que a¨²n queda por hacer, que tampoco va dirigido contra alguien y se orienta exclusivamente hacia el bien com¨²n. Consagrarse a este esfuerzo es el derecho, e incluso el deber, de toda sociedad y de toda naci¨®n?.
?Este es un derecho?, finaliz¨® el Papa, ?confirmado por el c¨®digo de la convivencia internacional, del que los polacos han sido privados varias veces en el curso de su historia. Lo que, sin embargo, no nos hizo perder la confianza en la Provide ncia y mantener nuestra voluntad de recomenzar. Esto va en el inter¨¦s de la paz y el orden jur¨ªdico internacional, como lo confirma la opini¨®n p¨²blica mundial?.
Walesa, emocionado antes de su encuentro con el Papa, a quien recibi¨® de rodillas y ¨¦ste le oblig¨® a levantarse para abrazarle, se mantuvo sereno durante un improvisado discurso, en el que dijo: ?No somos una organizaci¨®n pol¨ªtica, pero defenderemos los derechos del hombre, incluido el de la f¨¦?, precisando que el papel del sindicato no era organizar misas o construir iglesias.
El l¨ªder polaco termin¨® diciendo que ?deseamos vuestros consejos, Santo Padre, y siempre los seguiremos fielmente?.
En la entrevista estuvieron presentes algunos diplom¨¢ticos polacos que forman parte de la comisi¨®n de relaciones entre Polonia y el Vaticano.
Los dirigentes sindicales regalaron al Papa una maqueta, de un metro de alta, del monumento a los ca¨ªdos en Gdarisk en 1970, tres cruces coronadas por anclas marinas, s¨ªmbolo de los astilleros Lenin. Antes de finalizar la entrevista, todos entonaron el himno nacional polaco Dios proteja a Polonia.
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