Italia escapa a otro mes de crisis
En la noche del 12 de diciembre del pasado a?o, el magistrado Giovanni d'Urso, figura destacada del Ministerio de Gracia y Justicia italiano, fue secuestrado por un comando de las Brigadas Rojas. El juez D'Urso, 49 a?os, era el director general de los Institutos de Prevenci¨®n y Pena y consejero del Tribunal Supremo. De ¨¦l depend¨ªa la responsabilidad de los traslados de una c¨¢rcel a otra de los presos y la decisi¨®n de destinar a algunos de ellos a las c¨¢rceles especiales, creadas por el general Carlo Alberto Dalla Chiesa para los presos pol¨ªticos acusados de terrorismo.Se trataba del tercer magistrado secuestrado por las Brigadas Rojas y el acto terrorista estaba dentro de la campa?a de esta organizaci¨®n ultraizquierdista contra quienes trabajan en las c¨¢rceles que ellos denominan ?de Estado?. En la madrugada del d¨ªa del secuestro, dos dirigentes de dicha organizaci¨®n en Mil¨¢n hab¨ªan resultado muertos en un enfrentamiento con la polic¨ªa. La primera petici¨®n de los terroristas se centraba en el cierre de la c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad de Asinara.
El secuestro, producido tras los recientes esc¨¢ndalos pol¨ªticos y financieros en el pa¨ªs, coloc¨® a Italia en una situaci¨®n de debilidad similar a la sufrida durante el secuestro del l¨ªder de la Democracia Cristiana Aldo Moro en 1978.
En el segundo comunicado, dado a conocer por las Brigadas Rojas el 16 de diciembre, se aseguraba que el magistrado colaboraba ?con ah¨ªnco? en el proceso a que estaba siendo sometido. Ese mismo d¨ªa, el Parlamento debati¨® el problema del secuestro. La actitud de los socialistas, favorable a la negociaci¨®n e integrados en el Gobierno, hac¨ªa presagiar una ruptura en el reci¨¦n creado Gabinete Forlani.
El 29 de diciembre, fuerzas especiales de la polic¨ªa y los carabineros sofocaron el mot¨ªn iniciado el d¨ªa antes en la c¨¢rcel de Trani, de m¨¢xima seguridad. Entre los reclusos de esta c¨¢rcel se hallaba Toni Negri, acusado de ser el ide¨®logo de las Brigadas Rojas. El d¨ªa anterior, el Gobierno hab¨ªa accedido al cierre de la c¨¢rcel de Asinara, en lo que parec¨ªa una concesi¨®n a las exigencias de los secuestradores en su quinto comunicado. El presidente Pertini y otros dirigentes pol¨ªticos se mostraron en desacuerdo con ista decisi¨®n. El propio presidente hizo p¨²blico el contenido de una carta depositada, d¨ªas antes, en la que expresaba su Voluntad de que nadie deber¨ªa negociar con los terroristas en caso de ser secuestrado.
General asesinado
Pocas horas antes del inicio del nuevo a?o, el general Enrico Calvaligi, brazo derecho del general Dalla Chiesa y responsable de la coordinaci¨®n de la seguridad de las c¨¢rceles italianas, fue asesinado por las Brigadas Rojas. El car¨¢cter ultrasecreto de su cargo levant¨® una nueva pol¨¦mica sobre los frutos del interrogatorio del juez D'Urso y sobre la gran informaci¨®n con que parecen contar los terroristas.
La publicaci¨®n el 3 de enero, en el semanario L'Espresso, de una entrevista con el comando autor del secuestro dividi¨® a los partidos y a la Prensa italiana sobre el papel de los med¨ªos de comunicaci¨®n ante el terrorismo. Dos periodistas del citado semanario fueron detenidos, acusados de ?colaboraci¨®n con los terroristas?. El 5 de enero, el Gobierno italiano anunci¨® haber escogido la v¨ªa de la firmeza frente a los chantajes terroristas.
Al d¨ªa siguiente se hizo p¨²blica una carta enviada por el magistrado a su familia en la que ¨¦ste afirmaba que ser¨ªa ejecutado inmediatamente si los principales diarios no publicaban ¨ªntegramente la ¨²ltima resoluci¨®n estrat¨¦gica de la organizaci¨®n, escrita en la c¨¢rcel de Asinara. La reacci¨®n de la mayor¨ªa de los diarios fue silenciar el documento de los terroristas. No obstante, un sector de la Prensa se mostr¨® partidario de informar, porque ?un derecho fundamental de la democracia es el de ser informados?.
Una delegaci¨®n de parlamentarios del Partido Radical inici¨® una visita a las c¨¢rceles de Trani y Palmi para escuchar las reivindicaciones de los reclusos. Los terroristas detenidos en ambas c¨¢rceles se mostraron partidarios-de la liberaci¨®n del juez D'Urso.
El 9 de enero, el Gobierno anuncia, tras un tenso debate parlamentario, su decisi¨®n de no negociar con los terroristas. El frente de firmeza informativa se debil¨ªta al anunciar A vanti, ¨®rgano oficial del partido socialista, su decisi¨®n de publicar parte de los documentos de los presos.
Al d¨ªa siguiente, 10 de enero, las Brigadas Rojas conceden un plazo de 48 horas para que los mayores diarios del pa¨ªs publiquen ¨ªntegramente los documentos de las c¨¢rceles de Trani y Palmi, como condici¨®n para no matar al magistrado secuestrado. El 12 de enero, la organizaci¨®n prorrog¨® ese plazo en veinticuatro horas, previo cumplimiento de nuevas condiciones. La mayor¨ªa de los peri¨®dicos rechaz¨® el chantaje. Ese mismo d¨ªa, Lorena d'Urso se dirige a los terroristas a trav¨¦s de la televisi¨®n para que sea salvada la vida de su padre. El 13 de enero se recibe una nueva carta del secuestrado confirmando que est¨¢ todav¨ªa con vida. El diario 11 Messaggero anuncia que publicar¨¢ los documentos en su pr¨®ximo n¨²mero. Un ¨²ltimo comunicado de las Brigadas Rojas aparece el 14 de enero, en el que se afirma que ?la justicia proletaria, con un acto de magnanimidad, consiente la liberaci¨®n de D'Urso?. Por fin, tras una jornada de confusi¨®n, D'Urso es liberado cerca de su oficina del Ministerio de Justicia en la ma?ana de ayer.
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