Leal, el ocaso de una estrella
Eugenio Leal, veintisiete a?os, trece veces internacional y desde los quince a?os en el Atl¨¦tico, pasa por sus momentos m¨¢s dif¨ªciles. Dos graves lesiones le apartaron de la titularidad, y esta temporada nadie cuenta con ¨¦l t¨¦cnico, Garc¨ªa Traid, no le pone en el equipo y la directiva le ha colocado el cartel de transferible. ?A mi edad no soy Un anciano ni mucho menos estoy acabado?. Leal lucha por salir del ocaso de una estrella.
Tras pasar por los equipos juveniles del Atl¨¦tico, y despu¨¦s de una cesi¨®n al Sp¨®rting, Leal recal¨® definitivamente en la primera plantilla rojiblanca hace siete temporadas. ?Me cost¨® mucho llejar, y a¨²n m¨¢s, asentarme. Soy de esos jugadores que no s¨¦ por qu¨¦ razones resultan pol¨¦micos. Al principio me chillaban 70.000 aficionados y me animaban quinientos. Con Lifis de entrenador, que tambi¨¦n aguant¨® lo suyo por mi culpa, alcanc¨¦ la titularidad y llegu¨¦ a la selecci¨®n. Tuve que convencer uno a uno a los seguidores rojiblancos, pero en su totalidad me ha resultado imposible?.Sobre su fama de juerguista, Leal responde con aire de escepticismo. ?Quiz¨¢ todo venga de mis tiempos de juvenil, en los que, como cada persona, tiene uno sus momentos de escape. Pero eso est¨¢ muy lejos. En mi caso es verdad aquello de cr¨ªa fama y ¨¦chate a dormir. Pero no estoy dispuesto a que nadie se meta en mi vida privada. Ni lo consiento ni lo permito?.
El hecho concreto . es que Leal ha pasado de tenerlo todo en la mano a no ir ni siquiera concentrado. Dos lesiones, una de ligamentos y otra de menisco, necesitaron en las tres ¨²ltimas temporadas un doble paso por el quir¨®fano. ?Es l¨®gico -que despu¨¦s de estas adversidades -me cueste encontrar de nuevo el ritmo ideal, pero creo que no se me han concedido las oportunidades que merezco. Jugu¨¦ contra el Salamanca y Espa?ol y diez minutos frente al Madrid. S¨¦ que tengo sitio en el equipo, aunque ¨¦ste marche en primer lugar. Pero esto no es cosa m¨ªa?.
Sus relaciones con Garcia Traid no escapan a la consideraci¨®n de tirantez habitual en estos casos, aunque jugador y t¨¦cnico niegan que no se dirijan la palabra. ?Hemos hablado, y cada uno defiende sus intereses?, afirmados encuentros y el jugador evidenci¨® no estar a¨²n en la debida forma. T¨¦cnicamente: es un gran futbolista, pero hasta que no est¨¦ al menos a un 80% de su rendimiento normal no voy a arriesgarme a alinearles, asegura Garc¨ªa Traid.
Lo cierto es que el Atl¨¦tico ha puesto precio por Leal, treinta millones. Al jugador le queda esta temporada, un a?o m¨¢s de contrato y otro opcional. Al problema del pago de los; treinta millones se unir¨¢ el de la ficha del propio Leal. ?Si me quieren traspasar, al margen de lo que pida el club, de aqu¨ª no me voy si no me ofrecen m¨¢s de lo que gano?.
Por menos de siete millones no se marcha, ?verdad?
?Tiene que ser m¨¢s, mucho m¨¢s, de esa cantidad. Leal no est¨¢ acabado. Si no juego en el Atl¨¦tico puedo hacerlo en otro equipo, pero siempre que tenga aspiraciones europeas. ?La selecci¨®n? Volver¨ªa en cuanto jugara en el Atl¨¦tico ?. Leal se resiste a caer en el ocaso.
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