La URSS intenta reconciliarse con EE UU y con Ir¨¢n
Los sovi¨¦ticos mataron ayer dos p¨¢jaros de un tiro, intentando reconciliarse simult¨¢neamente con el Estados Unidos de Ronald Reagan y con el Ir¨¢n de la revoluci¨®n isl¨¢mica, a trav¨¦s de un diplom¨¢tico comentario publicado en el diario Pravda, que contrastaba abiertamente con los violentos ataques lanzados durante el fin de semana contra la Casa Blanca.?La Administraci¨®n Carter se ha visto obligada a recurrir a la negociaci¨®n para resolver el problema de los rehenes?, explica lac¨®nicamente el ¨®rgano del partido comunista de la URS. El diario dedica apenas unas l¨ªneas a la firma del acuerdo irano-norteamericano sobre los rehenes, pero, contrariamente a lo escrito el s¨¢bado, el domingo y el lunes. se abstiene de acusar a Washington de ?estar preparando una agresi¨®n contra Ir¨¢n encubierta por las negociaciones? y de tachar a la Casa Blanca de deshonestidad.
Por su parte, la agencia oficial Tass desminti¨® categ¨®ricamente, en la noche del lunes, que la Uni¨®n Sovi¨¦tica pretenda complicar el asunto de los rehenes. La Prensa sovi¨¦tica no persigue ning¨²n objetivo oculto, ?simplemente refleja el estado real de las cosas?, afirma Tass.
En el fondo, dos son las preocupaciones con que se enfrentan los sovi¨¦ticos, en opini¨®n de los observadores. Mosc¨² estar¨ªa intentando establecer un di¨¢logo con el presidente Ronald Reagan, al tiempo que un acercamiento hacia el r¨¦gimen iran¨ª.
De hecho, la URSS ha tendido ya la mano a Reagan. El ministro de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, escribe en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista te¨®rica Kommunist que su pa¨ªs ?est¨¢ dispuesto a normalizar y a desarrollar sus relaciones con Estados Unidos, en inter¨¦s de la paz y de ambos pueblos?. A fin de facilitar este di¨¢logo, interrumpido bajo el mandato de Jimmy Carter en la Casa Blanca, el Kremlin est¨¢ dispuesto a arrinconar la pol¨¦mica en torno al tema de los rehenes.
No obstante, en su desmentido del lunes, el Kremlin mantiene que Estados Unidos ha concentrado una considerable fuerza militar en tomo a Ir¨¢n.
Los sovi¨¦ticos conf¨ªan en conseguir establecer un acercamiento estable con el Ir¨¢n revolucionario, y sus medios de comunicaci¨®n siempre han calificado de irreal el eslogan isl¨¢mico ?ni el Este ni el Oeste?.
De hecho, con la liberaci¨®n de los 52 r¨¦henes, se abre para la URSS un nuevo per¨ªodo de incertidumbre en la regi¨®n. ?Qui¨¦n puede asegurar que la normalizaci¨®n de las relaciones entre Teher¨¢n y Washington no va a venir acompa?ada de una movilizaci¨®n isl¨¢mica contra el vecino sovi¨¦tico? En este caso, los pacientes pasos dados por Mosc¨² en direcci¨®n a Ir¨¢n durante el secuestro de los rehenes no le habr¨ªan servido para nada.
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