No son tantos
?Somos muchos luchando por la democracia?, con este eslogan se prepara camino el II Congreso de la UCD; de ¨¦l se ha dicho que UCD espera idear y sacar el revulsivo m¨¢gico que estimule la gastada imagen del partido y sus l¨ªderes y anime la desconfianza del hombre de la calle, que se halla con la mosca detr¨¢s de la oreja, empujado en la desesperanza y desilusi¨®n por la lenta labor, la falta de seguridad, la libertad coaccionada y los pocos logros pr¨¢cticos en esta ?democracia te¨®rica? que d¨ªa a d¨ªa se nos viene regalando a nuestra vista; democracia, en fin, como ning¨²n espa?ol la esperaba: llena de fallos y falta de ideas, no por culpa nuestra, sino por la de unos dirigentes que se han echado a dormir y para su talla menguada se les ha quedado grande el traje democr¨¢tico.Los espa?oles, todos, hemos alcanzado la democracia. Porque la quer¨ªamos nos fue tan f¨¢cil llegar a ella, y porque vivimos la forma ideal de Gobierno para una etapa nueva en la vida de los espa?oles, saturados en su mayor¨ªa por el Gobierno de la dictadura. La conseguimos con el ase ioramiento del se?or Su¨¢rez, aunque pienso que, dado el alto inter¨¦s del pueblo, con cualquier otro pol¨ªtico en su puesto habr¨ªamos conseguido perfectamente la transici¨®n pol¨ªtica.
En las elecciones generales, los m¨¢s depositaron su confianza e ilusiones en UCD y sus dirigentes, por lo que se convirtieron en partido mayoritario, con la responsabilidad de fomentar, crear y hacer cumplir una Constituci¨®n que el pueblo ratific¨® en rer¨¦ndum viendo en ella el apoye a los derechos y libertades fundamentales de la vida, as¨ª como unas obligaciones acordes con el momento pol¨ªtico mundial. Pero hoy, al cabo de m¨¢s de dos a?os, hallamos que la l¨ªnea pol¨ªtica de UCD y de Gobierno est¨¢ muy por debajo de las tasas m¨ªnimas de convicci¨®n y autoridad (que se presum¨ªa) para hacer cumplir la Constituci¨®n (cumpli¨¦ndola), como consecuencia tenemos un pueblo de futuro incierto, de gastadas, ilusiones y lleno de desconfianzas, a?orante de tiempos anteriores, que no eran mejores, pero s¨ª iguales, y si llegado a este punto recordamos la crisis energ¨¦tica mundial, ?qui¨¦n no siente tentaci¨®n de otros d¨ªas?; as¨ª, pues, me pregunto: de esos ?muchos? a que se refiere el eslogan de UCD, que luchamos por la democracia, ?cu¨¢ntos lo hacen realmente?/
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