Buques de guerra sovi¨¦ticos frente al Sahara
La presencia de nav¨ªos de guerra sovi¨¦ticos frente a las costas de Dajla (ex Villa Cisneros) a ra¨ªz de la detenci¨®n por Marruecos de cuatro pesqueros rusos, al margen de la prueba de fuerza que constituye por parte de la URSS, puede llevar a una interesante controversia internacional sobre lajurisdicci¨®n y soberan¨ªa en las citadas aguas. La detenci¨®n por la Marina de guerra marroqu¨ª el pasado 1 de diciembre de tres pesqueros sovi¨¦ticos y uno cubano, m¨¢s otro pesquero de la primera nacionalidad citada detenido posteriormente por faenar en ?situaci¨®n ilegal?, seg¨²n el comunicado de Rabat, ha dado lugar a importantes negociaciones discretas entre Mosc¨² y Rabat.
Para intimidar y presionar a Marruecos la URSS desplaz¨® hace un mes a la zona de Dajla, capital del antiguo R¨ªo de Oro espa?ol, a una fragata, un lanzacohetes, un dragaminas y un buque nodriza de los que se encontraban en aguas angole?as.
Pero, adem¨¢s de esta acci¨®n militar, la URSS ha iniciado tambi¨¦n importantes negociaciones con Marruecos, que, de no llegar a ninguna soluci¨®n, bien pudieran desembocar en la petici¨®n de un arbitraje internacional por parte de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Pasa a p¨¢gina 2
Mosc¨² pregunta a Rabat cu¨¢l es el apoyo jur¨ªdico de su soberan¨ªa sobre las aguas saharianas
Viene de primera p¨¢gina
Cuando los pesqueros sovi¨¦ticos fueron detenidos y llevados al puerto de Daffia, el Gobierno marroqu¨ª se dirigi¨® a la Embajada de la URSS en Rabat. Esta solicit¨® que, antes de hacerse cargo de la cuesti¨®n, los marroqu¨ªes trasladasen a los pesqueros de Dajla a Agadir, por no reconocer la URSS la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre las aguas saharianas.
Ante la negativa de Marruecos, la URSS decidi¨® enviar a su c¨®nsul en Casablanca a entrevistarse con los marinos apresados. El c¨®nsul regres¨® sin cumplir su cometido, ya que se neg¨® a entrevistarse en tierra con la tripulaci¨®n, por el mismo motivo de no reconocimiento de soberan¨ªa.
En las conversaciones sostenidas en Rabat al respecto, ambas partes mantienen firmes sus posiciones, que se resumen as¨ª: Marruecos entiende que su soberan¨ªa se extiende sobre las citadas aguas del ex R¨ªo de Oro, al igual que sobre todo el Sahara, y, en consecuencia, estima que todo barco que desee pescar en ellas debe proveerse de la correspondiente licencia o exponerse a ser apresado por las patrulleras marroqu¨ªes y ser multado, como es el caso.
La URSS, aun cuando no reconoce la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre el Sahara, solicit¨® a Rabat que sobre la base de qu¨¦ instrumentos jur¨ªdicos aceptados internacionalmente quer¨ªan justificar este apresamiento y negociar.
Los acuerdos de Madrid
La parte marroqu¨ª respondi¨® que sobre la base de los acuerdos tripartitos de Madrid, ?registrados? en su debido tiempo cuando fueron firmados en noviembre de 1975 por la ONU. Aun aceptando este marco, la URSS sostiene que los acuerdos tripartitos de Madrid no prejuzgan en ninguno de sus apartados ni ep¨ªgrafes la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre las aguas del ex R¨ªo de Oro (Oued Ed Dahab), como afirma Marruecos, y sostiene que la anexi¨®n del territorio, el d¨ªa, 14 de agosto de 1979, por Marruecos, dos d¨ªas antes de la retirada mauritana, es un gesto unilateral de Rabat que no tiene que obligar a terceros pa¨ªses.
Ambas partes se mantienen firmes en sus posiciones, particularmente Marruecos, por las repercusiones que tendr¨ªa el no ver su soberan¨ªa reconocida o, por lo menos, admitida de facto sobre unas aguas en las que pescan unos 4.000 barcos -la mitad de ellos espanoles- de, por lo menos, seis pa¨ªses diferentes, y que satisfacen a Rabat un canon de pesca sustancioso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.