El plante de los controladores se empez¨® a gestar el verano pasado

Los controladores civiles ya advirtieron que estaban a punto de plantarse hace casi cuatro meses, exactamente a primeros de octubre del a?o pasado.

El vicepresidente de la Federaci¨®n Internacional de Pilotos (IFALPA) hab¨ªa soltado la denuncia de la inseguridad del tr¨¢fico a¨¦reo, en Espa?a unos meses antes, en julio, y desde entonces, los ¨¢nimos se hab¨ªan caldeado. Lo cierto es que no s¨®lo la Administraci¨®n, sino los profesionales de las diferentes ramas que inciden en el transporte a¨¦reo espa?ol, negaron que ¨¦ste fuera inseguro, pero reconocieron fallos en la cobertura de la seguridad. La seguridad se ven¨ªa manteniendo a costa de perder fluidez y rentabilidad econ¨®mica y aumentar el esfuerzo del personal dedicado a mantener esa seguridad.Ni controladores ni pilotos -especialmente ¨¦stos- quisieron apretar demasiado a la Administraci¨®n en esos meses de verano por aquello de no tirar piedras contra nuestro propio tejado en beneficio de pol¨ªticas for¨¢neas, por parcial raz¨®n que tuviera el directivo de la IFALPA. Pero s¨ª empezaron a mantener contactos negociadores con las altas esferas del Ministerio.

Una serie de reportajes publicados por EL PAIS a partir de la fecha citada m¨¢s arriba culminaron con una conferencia de Prensa del titular del departamento ministerial, Jos¨¦ Luis Alvarez, y qued¨® claro que la Administraci¨®n asum¨ªa la problem¨¢tica existente, tanto a efectos de necesidades de material t¨¦cnico corno de personal y sus reivindicaciones socioecon¨®micas. En virtud de esto se hab¨ªan trazado unos planos a corto y medio plazo en los que se contemplaban realizaciones de diversa ¨ªndole, cuyo importe econ¨®mico ascender¨ªa a unos 3 000 millones de pesetas, para la cobertura concreta de la seguridad a¨¦rea, y un total de 7.000 millones para automatizar todo el control a¨¦reo seg¨²n precis¨® el ministro el d¨ªa 16 de octubre.

Estos planes atender¨ªan a la red aeroportuaria, en cuesti¨®n de racionalizar los servicios; infraestructura t¨¦cnica de radio y radar, balizajes y otros acondicionamientos de pistas, etc¨¦tera; aplicaci¨®n de la inform¨¢tica para el tratamiento de diferentes problemas; obras de mejoras en importantes aeropuertos, entre ellos el de Barajas, cuyos proyectos empalmar¨ªan en 1985 con el probable inicio de estudios a fin de determinar la conveniencia de establecer un nuevo aeropuerto madrile?o alternativo y complementario, as¨ª como el comienzo de gestiones para cubrir la plantilla de controladores actualmente de 1.600, y sin posibilidad de aumento, que se encuentra cubierta por titulados s¨®lo en un 60%, aproximadamente, y tratar de cubrir unos cuarenta o sesenta puestos al a?o.

La mayor parte de estos planes estaban aprobados y presupuestados antes de finales de a?o. Dato ¨¦ste que los responsables del Ministerio de Transportes esgrimieron como prueba de buena voluntad y de decisi¨®n de la Administraci¨®n para resolver los problemas existentes en una medida que se calificaba de suficiente y racional dentro de las circunstancias espa?olas.

Los controladores, por su parte, han manifestado desde aquellas fechas su desconfianza hacia la Administraci¨®n, por cuanto aseguran que no ha ido cumpliendo sus promesas. En este sentido, a principios del presente mes difundieron un comunicado en el que avisaban de que el tr¨¢fico a¨¦reo iba a sufrir trastornos el d¨ªa 14 si la Administraci¨®n persist¨ªa en su actitud. Se entiende que la actitud es la de no satisfacer sus aspiraciones. Y en ese punto los controladores y la Administraci¨®n no llegan a un acuerdo, y lo que se ven¨ªa gestando desde el verano revienta a las puertas del congreso de UCD.

Los controladores manten¨ªan y mantienen que, con su esfuerzo, suplen defectos de planificaci¨®n, de infraestructura y de plantilla, mientras que la Administraci¨®n lleva diez a?os sin clarificar su cuerpo profesional, del que, seg¨²n dicen, ni siquiera se halla bien determinado el acceso al mismo.

La Administraci¨®n contrapone a estos criterios la base de que es imposible transformar a muy corto plazo la situaci¨®n, tanto t¨¦cnica como en lo que afecta a las cuestiones econ¨®micas o profesionales.

Los controladores insisten en que el aumento salarial que ahora reivindican, del 46% -el sueldo medio actual es de 75.000 pesetas-, no parecer¨ªa tan disparatado si se tiene en cuenta que el aumento en 1979 fue del 3% y del 8% en 1980. En apoyo de este concepto exponen las enfermedades de tipo cardiovascular, ps¨ªquico y digestivo a las que los controladores son propensos por las peculiaridades de su trabajo.

La Administraci¨®n no parece dispuesta a ceder ese porcentaje de incremento, punto crucial en el momento presente, al que se ha concretado la negociaci¨®n de un conflicto iniciado con perspectivas m¨¢s hondas y globales.