La Asamblea Parlamentaria, a favor de la energ¨ªa nuclear
El debate nuclear ha estado planeando todos estos d¨ªas sobre el Consejo de Europa, en Estrasburgo. No en vano, entre los veinti¨²n pa¨ªses miembros existen los que han optado por la energ¨ªa nuclear, intensificando su participaci¨®n a la producci¨®n energ¨¦tica global, como Francia, los que tambi¨¦n se han inclinado por la opci¨®n nuclear, pero tienden a disminuir el ritmo de su implantaci¨®n (caso del Reino Unido y la Rep¨²blica Federal de Alemania), y los que todav¨ªa no quieren o no tienen energ¨ªa nuclear (caso de Portugal, entre otros). Sin embargo, los parlamentarios presentes en Estrasburgo, ante la avalancha de temas que se les ha venido encima (desde las torturas en algunos pa¨ªses miembros hasta la cuesti¨®n de Turqu¨ªa, pasando por los problemas medioambientales, energ¨¦ticos o agr¨ªcolas), se han mostrado tibios al encarar el denso informe sobre energ¨ªa nuclear preparado por el diputado franc¨¦s Henri Ferretti.
El informe de Ferretti, muy documentado, realiza un balance de la dificultad actual en el aprovisionamiento de energ¨ªa. Por una parte, los problemas del petr¨®leo, cuya producci¨®n podr¨ªa alcanzar su techo en 1990, con una cifra cercana a los 4.000 millones de toneladas anuales, tendiendo a disminuir posteriormente. Todo ello, sin contar con la utilizaci¨®n, cada vez m¨¢s politizada, que de ¨¦l har¨¢n los pa¨ªses productores.Por otra parte, las fuentes de energ¨ªa susceptibles de tomar el relevo del petr¨®leo (solar, e¨®lica, biomasa, etc¨¦tera) no le merecen cr¨¦dito, ya que unas no garantizan una producci¨®n suficiente y otras no tienen tecnolog¨ªa ni rentabilidad inmediata, ni la tendr¨¢n antes del a?o 2000.
El informe Ferretti alude a los. 130 millones de toneladas de petr¨®leo economizadas en 1979 por los pa¨ªses de la OCIDE gracias a las centrales nucleares, lo que supone el 10% de las importaciones petrol¨ªferas de dichos pa¨ªses. Este porcentaje podr¨ªa subir al 23% en 1985 y al 40% en 1990, suponiendo que las hip¨®tesis actuales de fuerte expansi¨®n nuclear se concreten.
Temor de la opini¨®n p¨²blica
Ante este panorama econ¨®mico-energ¨¦tico Ferretti no oculta las dificultades, surgidas de una preocupaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica que teme a la energ¨ªa nuclear. Una evaluaci¨®n de los riesgos t¨¦cnicos (protecci¨®n contra las radiaciones en las operaciones rutinarias en las centrales, gesti¨®n a largo plazo de los desechos radiactivos y efectos de las radiaciones provocadas por un accidente) es abordada por el informe con optimismo. En efecto, Ferretti se?ala la importancia del comit¨¦ de protecci¨®n radiol¨®gica y de salud p¨²blica de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa Nuclear, cuyo seguimiento de los problemas es una garant¨ªa de seriedad en este aspecto. Asimismo el informe ve con esperanza la posibilidad de encontrarle una soluci¨®n razonable al problema de los desechos radiactivos.
Un tercer tipo de dificultades nace del temor a un accidente. En este sentido, el informe se muestra a¨²n m¨¢s optimista, ya que afirma que ?el m¨¢s grande accidente, Three Miles Island, no ha producido da?os materiales ni v¨ªctimas?.
Finalmente, el informe sostiene la teor¨ªa del ?mal menor?, afirmando que la escasez de energ¨ªa tendr¨ªa un valor pol¨ªtico detonante que producir¨ªa m¨¢s v¨ªctimas (conflictos econ¨®micos, e incluso armados.) que la peor cat¨¢strofe nuclear. Asimismo se mantiene la tesis de que la proliferaci¨®n de la energ¨ªa nuclear es ya imparable, y que antes que impedir el acceso de nuevos pa¨ªses a esta energ¨ªa (y potencialmente tambi¨¦n a la bomba at¨®mica), lo que cabe hacer es intensificar y centralizar m¨¢s el control internacional al respecto. Sorprendentemente, el debate en Estrasburgo no ha opuesto, como pod¨ªa imaginarse, a los pronucleares y los antinucleares. S¨®lo algunos parlamentarios, como la portuguesa Helana Roseta, intentaron por todos los medios que el informe no fuera aprobado, apelando incluso a cuestiones de procedimiento reglamentario. Aun as¨ª, el informe Ferretti, y las recomendaciones que contiene, esencialmente la de no renunciar a los programas nucleares actuales y establecer una pol¨ªtica europea com¨²n en materia energ¨¦tica, incluyendo la nuclear, fue aprobado por el Consejo de Europa.
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