Reagan deja en libertad los precios del carburante y anuncia la reducci¨®n de la ayuda exterior
La situaci¨®n econ¨®mica, c¨®mo estaba previsto, adquiere car¨¢cter prioritario en la Administraci¨®n republicana que preside Ronald Reagan, que, con primeras medidas, que liberan los precios del petr¨®leo, anunci¨® una dr¨¢stica reducci¨®n de la ayuda exterior norteamericana y posible confirmaci¨®n del programa de rebaja del 30% de impuestos directos en el plazo de los tres pr¨®ximos a?os.
En el sector energ¨¦tico, desde ayer, las multinacionales norteamericanas del petr¨®leo cuentan con toda libertad para fijar sus precios. Desaparece la d¨¦bil pol¨ªtica de control instituida bajo la presidencia de Jimmy Carter cuando cre¨® el Departamento de la Energ¨ªa.El primer efecto para el consumidor puede ser el aumento autom¨¢tico de diez centavos de d¨®lar (unas ocho pesetas) por cada gal¨®n de gasolina. (3,78 litros). Actualmente, los norteamericanos pagan el equivalente de unas veintiocho pesetas por cada litro de super, lo que, comparado a los precios europeos, puede parecer rid¨ªculo, pero exagerado para los estadounidenses, que hace s¨®lo un a?o pagaban el mismo litro de super a unas veinte pesetas.
?Ahorraremos entre 50.000 a 100.000 barriles diarios de petr¨®leo?, dijo James Edwards, secretario de Energ¨ªa. Al subir los precios, Washington espera una disminuci¨®n del consumo, al tiempo que un incremento del orden de 3.000 a 4.000 millones de d¨®lares de ingresos para el Tesoro p¨²blico.
Por otra parte, Reagan satisface las demandas de las multinacionales del oro negro, cuyos beneficios anuales siguen en aumento, molestas con las restrictivas normas impuestas en el pasado por la presidencia Carter, a pesar de que el programa energ¨¦tico del ex presidente fue ya rechazado en su d¨ªa por el Congreso.
Anulaci¨®n de medidas restrictivas
La liberaci¨®n de los precios en el sector energ¨¦tico puede ir acompa?ada en fecha pr¨®xima de toda una derogaci¨®n o anulaci¨®n de medidas restrictivas para las empresas nortearnericanas, sobre todo en temas antipoluci¨®n, a fin de promover la reactivaci¨®n econ¨®mica.Otra de las decisiones econ¨®micas del equipo Reagan fue el anuncio de un importante recorte en el programa federal de ayuda al exterior. David Stockman, director para la Gesti¨®n del Presupuesto en EE UU, decide reducir en 2.600 millones de d¨®lares los 8.000 millones de d¨®lares inicialmente inscritos en el presupuesto Carter, para 1982, en concepto de ayuda exterior.
Africa y Asia pueden ser los continentes m¨¢s afectados de esta estrategia de ahorro, basada en la filosof¨ªa de America first (primero Am¨¦rica) que desea aplicar la Administraci¨®n Reagan a todos los niveles. La ayuda a los pa¨ªses del Tercer Mundo ser¨¢ modelada, sin embargo, en funci¨®n de los intereses estrat¨¦gicos norteamericanos.
La contribuci¨®n de Estados Unidos en una serie de organismos internacionales (Banco Mundial, Agencia Internacional para el Desarrollo, el Cuerpo de Paz) ser¨¢ tambi¨¦n reducida. Igual suerte sufrir¨¢ la contribuci¨®n de EE UU a la Unesco, cuyo presupuesto de propaganda est¨¢ en funci¨®n de los intereses de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP), seg¨²n opini¨®n de oficiales norteamericanos de la Administraci¨®n Reagan.
Finalmente, en su deseo de reducir impuestos (10% anual, en el plazo de tres a?os), aumentar el gasto defensivo y equilibrar el presupuesto p¨²blico, se espera con inter¨¦s el discurso sobre el estado de la Uni¨®n que, a media dos del mes pr¨®ximo, pronunciar¨¢ el presidente Ronald Reagan ante el Congreso, cuyas ideas generales ser¨¢n adelantadas en un discurso televisado ante el pa¨ªs.
La econom¨ªa norteamericana es el problema n¨²mero uno, y la Administraci¨®n Reagan quiere entrar fuerte para cambiar el rumbo de la crisis en los primeros cien d¨ªas de Admnistraci¨®n republicana, aunque para ello sean necesarias medidas siempre impopulares, como el incremento del precio de la gasolina, dorando la p¨ªldora con una reducci¨®n de impuestos directos por otra parte.
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