La asignaci¨®n del Estado al clero, aumentada en un 12% para este a?o

Ocho mil quinientos cuarenta y tres millones de pesetas se repartir¨¢n los 21.000 sacerdotes, obispos y cardenales en 1981. Esta cifra, mediante la cual financiar¨¢ el Estado al clero espa?ol, representa una subida del 12% respecto a la suma del a?o anterior. Se trata de un aumento, seg¨²n escribe el semanario de documentaci¨®n econ¨®mica que se publica en Barcelona, que entra dentro de la banda salarial negociada por la Uni¨®n General de Trabajadores y la CEOE.

Seg¨²n los acuerdos firmados entre Espa?a y la Santa Sede en diciembre de 1979, este modelo de financiaci¨®n se prolongar¨¢ hasta 1983, fecha en la que la propia instituci¨®n religiosa debe procurar su propia financiaci¨®n.En una ponencia sobre el tema, elaborada por las di¨®cesis de Barcelona, Tarragona, Salamanca y Barbastro, se pon¨ªan serias dudas respecto a la capacidad de autofinanciaci¨®n de la Iglesia para esa fecha. Parece que en este momento, seg¨²n la ponencia, la Iglesia no conoce con exactitud su patrimonio ni los rendimientos del mismo. No ha incorporado t¨¦cnicas modernas de gesti¨®n para su importante patrimonio, y s¨®lo en Barcelona se da el caso de un laico al frente de la econom¨ªa diocesana.

Un obst¨¢culo que va a dificultar considerablemente la participaci¨®n del pueblo creyente en la autofinanciaci¨®n consiste en el desconocimiento de la situaci¨®n econ¨®mica de la Iglesia. Muchos cat¨®licos, enga?ados por el esplendor exterior, est¨¢n convencidos de que la Iglesia es rica y que los curas ganan mucho. La verdad es otra, a pesar de que los sueldos eclesi¨¢sticos se hayan casi cuadruplicado entre 1976 y 1981.

La mentalizaci¨®n del pueblo fiel es capital para lograr esa autofinanciaci¨®n, ya que el sistema de asignaci¨®n tributar¨ªa se har¨¢ mediante ?el impuesto religioso?, que consistir¨¢ en la cesi¨®n por parte del Estado de una parte de los rendimientos del impuesto sobre la renta o el patrimonio neto, siempre que el contribuyente declare que su confesi¨®n es la cat¨®lica. El Estado tambi¨¦n contribuir¨¢ a la financiaci¨®n de la Iglesia mediante la entrega de determinadas cantidades de dinero y concediendo determinados beneficios fiscales.

Diferentes manifestaciones, provenientes de sectores conservadores del episcopado, han dado a entender que el plazo m¨¢ximo de cinco a?os, fijado en los acuerdos de 1979, resulta a todas luces insuficiente para que la Iglesia alcance la autonom¨ªa financiera. Treinta a?os son, desde su punto de vista, un plazo razonable para lograr ese prop¨®sito.

Para poner orden en las finanzas de la Iglesia hay que empezar, seg¨²n la ponencia, por hacer un inventarlo, todav¨ªa inexistente, de necesidades, recursos humanos y econ¨®micos, establecer una programaci¨®n econ¨®mica y constituir un sistema propio de recaudaci¨®n.