Nuestro pa¨ªs ocupa el octavo lugar mundial por consumo de medicamentos
Proyectar y realizar este tipo de tratamientos en medicina general y neuro-psiquiatr¨ªa ambulatoria, con la facilidad con que se est¨¢ haciendo en los ambulatorios y consultas externas de la Seguridad Social, resulta hoy alarmante y preocupante.Todos sabemos que los m¨¦dicos de ambulatorios (medicina general, pediatr¨ªa, especialistas) no pueden establecer los diagn¨®sticos correctos por una serie de factores de estructura sanitaria que han deshumanizado y hacen, hoy por hoy, inviable la aut¨¦ntica relaci¨®n m¨¦dico-equipo-paciente: masificaci¨®n de las consultas de presuntos pacientes, falta, de tiempo del m¨¦dico prescriptor, presiones por la receta casi obligatoria del enfermo consumidor, silencio reiterado de los responsables de la Seguridad Social ante estos problemas. El consumidor m¨¦dico se ha convertido en aut¨¦ntico ?robot dispensa-medicamentos?
En este contexto sanitario, el psiquiatra de ambulatorio, sin desearlo, realiza diagn¨®sticos precipitados y luego establece tratamientos con psicof¨¢rmacos, pudiendo incurrir en doble error: prolonga los s¨ªntomas por no poder hacer una selecci¨®n de los casos y genera efectos secundarios con aquello que vertiginosamente receta.
La toxicidad que producen en pacientes con largos tratamientos y sin ning¨²n control y seguimiento del enfermo, tal como ocurre en la Seguridad Social, hacen de los psicof¨¢rmacos armas particularmente peligrosas: las anfetaminas administradas de -forma prolongada y a dosis altas provocan invariablemente un deterioro cerebral org¨¢nico y progresivo. Los barbit¨²ricos inducen a una gran dependencia f¨ªsica y tolerancia y un s¨ªndrome de abstinencia m¨¢s peligroso que cualquier otro f¨¢rmaco ?legal?. Los antidepresivos pueden ser cardiot¨®xicos incluso a dosis normales, precipitar insuficiencia cardiaca congestiva, acelerar la aparici¨®n de crisis hipoman¨ªacas en pacientes con enfermedad afectiva bipolar.
Los hipn¨®ticos, sedantes, ansiol¨ªticos, pueden causar dependencia psicol¨®gica y f¨ªsica cuando se administran en dosis excesivas durante un per¨ªodo de tiempo prolongado, sobre todo en el caso de enfermos con una personalidad inmadura e inestable.
La inmensa mayor¨ªa de presuntos pacientes que acuden a estos ambulatorios y consultas externas hospitalarias no tienen una enfermedad definida: son seres que s¨®lo buscan verse aliviados de su angustia, su desdicha, sus dificultades para soportar las condiciones materiales -trabajo, vivienda, paro, educaci¨®n, familia- y morales -soledad, aburrimiento, incomunicaci¨®n con los otros, conjunto de factores ?an¨ªmicos? en que se desenvuelve su vida ps¨ªquica y socialmente empobrecida-. Son personas que ya no pueden soportar m¨¢s. Convendr¨ªa no marginar los otros elementos terap¨¦uticos psiqui¨¢tricos (psicoterapias) que mejorar¨ªan la calidad asistencial en la Seguridad Social.
En un estudio realizado en Madrid entre los quinientos medicamentos m¨¢s consumidos en 1977, cuatro analg¨¦sicos ocupaban los cuatro primeros lugares, y entre los treinta primeros, figuraban diez psicotropos. Todo esto ha hecho posible el disparate de que Espa?a ocupe hoy el octavo lugar por consumo mundial de medicamentos, con 4.000 pesetas por habitante/a?o. Esta aut¨¦ntica pastilloman¨ªa, farmacofagia o drogadicciones legales no tiene una tendencia a disminuir. Al contrario, todo hace pensar, seg¨²n unos recientes estudios prospectivos sobre el consumo de drogas, que a finales del a?o 2000 disminuir¨¢ el abuso de drogas ?legales y aumentar¨¢ con absoluta prevalencia el consumo de drogas legalizadas.
En la actualidad, las cuatro principales causas de ingreso en los hospitales son las enfermedades del sistema cardiovascular, las heridas por accidentes, las enfermedades respiratorias y los trastornos mentales agudos.
La segunda pregunta ser¨ªa entonces, ?cu¨¢l es el futuro de los psicof¨¢rmacos en el sector p¨²blico del medicamento? En unos estudios que se acaban de realizar, se afirma, respecto a este sector, que veinte laboratorios conttolar¨¢n el 70% del mercado mundial en el futuro. Crecer¨¢ la agresividad para la venta de medicamentos y no contar¨¢n ni la salud a la que se pretende servir ni la mayor¨ªa de la poblaci¨®n
La expansi¨®n de las drogadicciones legales, socialmente admitidas como situaciones normales de la vida cotidiana, supera cualquier intento de la Administraci¨®n para detenerlas, ya que los enormes intereses de las grandes multinacionales que las estimulan hacen desigual esta lucha desde el principio.
El n¨²mero de consumidores no dejar¨¢ de aumentar cada d¨ªa y numerosos factores seguir¨¢n agravando la situaci¨®n. Citemos como ejemplos: el crecimiento demogr¨¢fico, las migraciones interrias de las zonas m¨¢s pobres, la sobreurbanizaci¨®n, la hostilidad ?an¨ªmica? de la vida moderna, el paro, la incomunicaci¨®n, la subversi¨®n de la mayor parte de los valores tradicionales, los nuevos comportamientos que impone el progreso tecnol¨®gico y cient¨ªfico. Es decir, que, seg¨²n los estudios prospectivos realizados sobre el consumo de drogas, en estas dos pr¨®ximas d¨¦cadas disminuir¨¢ el abuso de drogas ?legales y aumentar¨¢ con absoluta prevalencia el consumo de las drogas legalizadas.
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