Marthe Robin, fallecida a los 78 a?os, viv¨ªa todos los viernes la pasi¨®n de Cristo
El arzobispo de la ciudad de Bourges, cuatro obispos, doscientos sacerdotes y cerca de 6.000 personas, llegadas muchas de ellas de los cinco continentes, asistieron anteayer al entierro de Marthe Robin. Nacida hace 78 a?os, desde hace medio siglo, que qued¨® completamente paralizada, esta se?ora, cada viernes, viv¨ªa la pasi¨®n de Cristo: sus pies y sus manos, llagadas, sangraban, y su frente sudaba tambi¨¦n gotas de sangre. Sus adeptos, repartidos por todo el mundo creen que se trata de una santa y que la Iglesia la canonizar¨¢.
Marthe Robin, desde que cumpli¨® los veintiocho a?os, viv¨ªa en Chateauneuf de Galaure, un pueblo del suroeste franc¨¦s, sin moverse, v¨ªctima de par¨¢lisis total. Este medio siglo de su existencia transcurri¨® en una cama, en una habitaci¨®n casi completamente oscura. Su ¨²nico alimento durante esos cincuenta a?os fue la hostia consagrada, y nunca nadie pudo presenciar el fen¨®meno celeste que parece ser se reproduc¨ªa cada viernes: sus manos, sus pies y su frente sangraban como las de Cristo crucificado. S¨®lo un eclesi¨¢stico, el padre Sinet, director espiritual de la estigmatizada, ha sido testigo ocular de la cosa, pero el padre no cuenta nada, y ahora, a sus 81 a?os de edad, tampoco recibe a nadie.Y de la dicha, el milagro: desde su lecho de crucificada, Marthe Robin, gracias a su manera de vivir la pasi¨®n de Jesucristo, ha creado una especie de industria mundial de la fe y de la caridad. Con el padre Sinet como gerente, en Chateauneuf de entrada, cre¨® el primer Hogar de la Caridad: m¨¢s de treinta hect¨¢reas de terreno laborable, una escuela de seiscientas ni?as, otra de cuatrocientos muchachos, un centro de ejercicios espirituales (1.500 pesetas diarias por persona) y una bas¨ªlica. Y en los cinco continentes, los viernes santos de Marthe han dejado su impronta, ya considerable en espera de cumplirse los designios de sus adeptos. Actualmente, la obra cuenta con 56 hogares de la Caridad en todo el mundo.
La Iglesia, como los observadores del fen¨®meno, anotan que las llagas de Marthe han creado una aut¨¦ntica multinacional del fervor. El otro d¨ªa, en el entierro, hab¨ªa m¨¢s de 5.000 personas, llegadas en parte de diversos pa¨ªses europeos y de otros continentes. Para el a?o que viene, al cumplirse el primer aniversario de la muerte, los m¨¢s interesados en el asunto ya cuentan con 10.000 o 20.000 peregrinos. Y as¨ª esperan competir seriamente con Lourdes. Para ¨¦stos, el talante de santa de la se?ora es irrefutable: ?No es posible, sin la ayuda de Dios, que una paralizada haya creado 56 hogares en el mundo. Marthe era una santa?, afirma un cura del lugar que, como todos sus partidarios, cree que ?un d¨ªa la Iglesia se ocupar¨¢ de su caso para canonizarla?. El ¨²nico miembro vivo de la familia de Marthe, su hermana Celina, de 92 a?os, asegura que ?sangraba todos los viernes; yo lo s¨¦, pero no quer¨ªa ver a nadie y sufr¨ªa muchos dolores hasta el domingo?.
Prudencia de la Iglesia ante el caso
La Iglesia se manifiesta prudente, como el p¨¢rroco del pueblo: ?Nunca pude recojer un testimonio directo sobre el prodigio?, dice este ¨²ltimo. Durante sus funerales, el obispo y los sacerdotes concelebrantes no evocaron la santidad de Marthe, pero si su ?pasi¨®n por Cristo?.Este fen¨®meno de los estigmatizados se ha enrarecido con el tiempo. El siglo pasado alumbr¨® 321 casos, pero a lo largo del presente quinquenio s¨®lo una docena ha sido objeto de ex¨¢menes m¨¦dicos.
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