Claridad y responsabilidades

( ... ) Digamos, ante todo, que la muerte no tiene color pol¨ªtico. No solamente por razones de la ¨¦tica m¨¢s elemental, sino tambi¨¦n para tener un m¨ªnimo de credibilidad, hay q¨¹e condenar con toda energ¨ªa c¨²alqu¨ªer muerte violenta. En esto no caben dist¨ªngos. Si la m¨¢xima repulsa merecen las acciones terroristas de ETA, no tiene ninguna atenuante la violencia ejercida por servidores del orden p¨²blico en abuso o desv¨ªo de sus atribuciones. Ser¨ªa vergonzoso tener que comprobar, nuevamente, que unos funcionarios han conculcado los m¨¢s elementales derechos hunianos y han despreciado las normas b¨¢sicas de todo Estado de derecho. ?En qu¨¦ manos se habr¨ªa conf¨ªado la seguridad de nuestras vidas?Las primeras reacciones del propio Ministerio del Interior -cese fulminante deljefe de informaci¨®n regional y del responsable de los servicios m¨¦dicos de la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa, y puesta a disposici¨®n judicial de cinco funcionarios que intervinieron en los interrogatorios del fallecido- parecen confirmar la existencia de algunas responsabilidades graves por parte de servidores del Estado. La r¨¢p¨ªda intervenci¨®n personal del ministerio fiscal en este asunto da a entender que se quiere un total esclarecimiento de esta tr¨¢gica muerte, as¨ª como el castigo de todo responsable. Este es el camino. Un camino que muchas veces en otros casos se ha prometido solemnemente, pero que luego se ha perdido en v¨ªas muertas o en la niebla del tiempo. ?Por qu¨¦ esa reiterada iinpunidad que tanto da?a al prestigio del Estado? Confiemos en que esta vez se ir¨¢ hasta el fondo del asunto.

15 de febrero