El rugby vuelve a desatar tensiones internacionales
La conflictividad en las relaciones deportivas entre los Estados, ya bastante en boga desde hace unos a?os, alcanz¨® su punto ¨¢lgido el pasado verano con motivo de los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨². El boicoteo encabezado por Estados Unidos y seguido por muchos pa¨ªses que consideraron improcedente participar en ellos tras la invasi¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n, dio un nuevo tinte a los casos ya conocidos de China-Taiwan, Israel-pa¨ªses ¨¢rabes y, sobre todo, ante la discriminaci¨®n racial de Rodesia -anteriormente; ya no con Zimbabue- y Sur¨¢frica. El problema vuelve ahora a suscitarse con el rugby a causa de una gira prevista para mayo de Irlanda por el pa¨ªs austral, aunque, curiosamente, los pa¨ªses que protestan no coinciden con los del ?caso ol¨ªmpico ?.
La injerencia pol¨ªtica en el campo deportivo, de una forma m¨¢s o menos solapada, ha ido en aumento claramente con el paso del tiempo, en especial cuando el deporte adquiri¨® entidad para mover millones de espectadores, de dinero o de inter¨¦s en general. La pol¨ªtica de los distintos pa¨ªses, en uno u otro sentido, no pod¨ªa quedar al margen del movimiento, aunque s¨®lo fuese para aprovecharse de ¨¦l como propaganda. Alardear de tantas medallas o triunfos en competiciones importantes resulta moneda normal de cualquier pa¨ªs. ?Son las medallas de tal o cual sistema?, se podr¨ªa a?adir.
Otros problemas
Por ello, no es extra?o que, en casos m¨¢s claros de intolerancia o problemas pol¨ªticos, como el no reconocimiento del Estado de Israel por el mundo ¨¢rabe o la reivindicaci¨®n de Taiwan como provincia por parte de China Popular, las posturas mundiales hayan estado divididas.El primer caso se ha ?solucionado? con la postura diplom¨¢tica de ?sacar? a los israel¨ªes de, Asia, su continente, para participar con Europa en gran cantidad de especialidades. Los casos del baloncesto con el Maccabi, o ahora de la fase previa del Mundial-82, en que se ha incluido a Israel en el grupo VI europeo, con Portugal, Escocia, Suecia e Irlanda del Norte, son buenos ejemplos. La presencia jud¨ªa en los Juegos Asi¨¢ticos produc¨ªa, anteriormente, el boicoteo sistem¨¢tico de gran mayor¨ªa de pa¨ªses, solidarizados con los ¨¢rabes, ?pioneros? en las protestas. Tras los de Bangkok ?se acord¨®? su ausencia. S¨®lo en unos Juegos Ol¨ªmpicos su participaci¨®n podr¨ªa pasar inadvertida. Por supuesto, ni pensar en otros Juegos regionales, como los Mediterr¨¢neos, donde incluso Egipto, por la postura negociadora de Anwar El Sadat con Israel, tiene ya graves problemas. Libia no particip¨® precisamente por ello en la ¨²ltima edici¨®n de Split-80 y ahora se ha negado a jugar, incluso en campo neutral, los dos partidos de su eliminatoria de la fase previa del Mundial de F¨²tbol, que acoger¨¢ la ronda final en Espa?a el a?o pr¨®ximo.
En cuanto al caso chino, su resoluci¨®n ha sido m¨¢s f¨¢cil y cuesti¨®n s¨®lo de tiempo pol¨ªtico. El progresivo reconocimiento internacional a este nivel del ?gigante? China Popular ha ido l¨®gicamente arrinconando a Taiwan.
El "apartheid", de nuevo
De cualquier forma, el problema m¨¢s importante, por las repercusiones que ya ha tenido, s¨®lo comparables a las del boicoteo de los ¨²ltimos Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨², es el del apartheid surafricano. La antigua Rodesia, hoy Zimbabue, ya sin problemas raciales -aunque s¨ª tribales, como se acaba de comprobar con los incidentes de Bulawayo-, apenas lleg¨® a tener la m¨ªnima parte de influencia que Sur¨¢frica. La segregaci¨®n racial surafricana fue la causa determinante del primer gran boicoteo ol¨ªmpico, en los Juegos de Montreal-76. Salvo Costa de Marfil y Senegal, todos los pa¨ªses africanos que iban a participar en la capital canadiense. se retiraron al permitir el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional la presencia de Nueva Zelanda. El Consejo Superior de Deportes Africano (CSSA) protest¨® porque la selecci¨®n nacional de rugby del pa¨ªs ant¨ªpoda, los famosos All Blacks, realizaban aquellos d¨ªas una gira por Sur¨¢frica.Los problemas desde entonces continuaron, aunque con menores consecuencias, y hasta se lleg¨® a plantear un nuevo boicoteo a Mosc¨² por la presencia de los Lions brit¨¢nicos -selecci¨®n de las cuatro uniones de Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales- en Sur¨¢frica, durante el mes de agosto, casi coincidiendo tambi¨¦n con los Juegos. Pero en esta ocasi¨®n Gran Breta?a, su comit¨¦ ol¨ªmpico, estuvo en Mosc¨², en contra de su Gobierno, y los pa¨ªses africanos decidieron no perjudicar -como hicieron con Canad¨¢- a la URSS, primer pa¨ªs socialista que era sede ol¨ªmpica. M¨¢s recientemente, en las reuniones que el CSSA acaba de tener en T¨²nez y Freetown (Sierra Leona), se ha acordado no boicotear ya (aunque se condenara nuevamente el apartheid) las grandes competiciones internacionales. La teor¨ªa surgida de la mesa redonda de finales de noviembre en T¨²nez preconiza el boicoteo, no ya de pa¨ªses, sino de ?federaciones concretas que establezcan relaciones con el r¨¦gimen surafricano?. Ese podr¨ªa ser el caso del rugby, pues resulta completamente grotesco el da?o general que puede causar un deporte muy sui g¨¦neris, que va ?por libre? del olimpismo e incluso de la Asociaci¨®n de Federaciones Internacionales. El CSSA,adem¨¢s, intenta con esto no perjudicar ya al propio deporte africano, cuyo aislamiento podr¨ªa resultar tan contraproducente como en Montreal, donde se priv¨® a los atletas kenyatas y et¨ªopes, o al ugand¨¦s entonces r¨¦cordman mundial de cuatrocientos metros vallas, John Akii-Bua, por ejemplo, de lograr un buen n¨²mero casi seguro de medallas.
El rugby, en cualquier caso, es el m¨¢ximo implicado a¨²n en el tema, pues el deporte del bal¨®n oval en el pa¨ªs del apartheid es uno de los primeros del mundo, y tal como se mueve el rugby, a base de giras de las distintas selecciones punteras por los restantes pa¨ªses (ya que no hay campeonatos del mundo o similares), no quiere dejarla costumbre y mantiene firmemente su postura de separar pol¨ªtica de deporte.
Ultimos roces
Aparte de la gira de los Lions ya citada, Francia devolvi¨® en octubre pasado la prevista visita de Sur¨¢frica el a?o 1979, suspendida entonces al negarse a conceder el Gobierno galo los visados de entrada a los Springboks. En el caso de ?salida?, el propio ministro de Deportes, M. Soisson, declar¨® que ah¨ª ya no pod¨ªa intervenir. Hubiese sido otro motivo de boicoteo africano, pero ya ?llov¨ªa sobre el mojado de los Lions?.Cabe se?alar que, en los ¨²ltimos diez a?os, Nueva, Zelanda, sus All Blacks han estado en Sur¨¢frica en 1970 y 1976. Inglaterra, en 1972; Gales -y los Lions-, en 1974, y Francia, tambi¨¦n en 1971 y 1975.
Las situaciones conflictivas, sin embargo, son bastante m¨¢s graves cuando los surafricanos intentan salir al exterior. Pese a incluir por primera vez en un equipo exclusivamente cerrado desde siempre a los blancos a un jugador mestizo, Errol Tobias -es indudable el esfuerzo del rugby por la integraci¨®n-, Argentina se neg¨®, en noviembre, a conceder los visados de entrada a la expedici¨®n. El apartheid sigue existiendo y los Springboks debieron ?conformarse con jugar casi subrepticiamente seis partidos, dos en Paraguay, dos en Uruguay y otros dos en Chile, contra selecciones suramericanas, l¨®gicamente integradas en su mayor¨ªa porjugadores argentinos, los ¨²nicos con gran nivel. De todas formas, arrollaron, pero los propios periodistas surafricanos calificaron la gira como ?misteriosa?, pues hasta el ¨²ltimo momento no se revelaron ciertos detalles del viaje, sin concretar otros para pasar relativamente inadvertidos. En realidad, esto suele ser ya habitual, para evitar incidentes o manifestaciones de las organizaciones antiapartheid extendidas por todo el mundo, y la selecci¨®n de hockey sobre hierba, que estuvo por Francia, RFA, Gran Breta?a, B¨¦lgica y Austria durante el mes de septiembre, tampoco fij¨® los lugares de los encuentros. Curiosamente, en el Quai d'Orsay, un responsable de los asuntos surafricanos declar¨® que se hab¨ªan concedido los visados en ese caso porque ?el hockey es un deporte confidencial en Francia, mientras el rugby desata las pasiones nacionalistas ?.
La entrada de los Springboks en Argentina, de cualquier forma, parec¨ªa ya imposible desde que el Gobierno de este pa¨ªs hab¨ªa negado los visados a cuatro jugadores seleccionados para integrar un equipo internacional que se enfrent¨® al de Argentina con motivo de las celebraciones del IV centenario de la ciudad de Buenos Aires, a primeros de agosto. Argentina no hac¨ªa m¨¢s que aplicar la resoluci¨®n de la ONU seg¨²n la cual ning¨²n pa¨ªs debe mantener relaciones deportivas con Sur¨¢frica mientras la discriminaci¨®n racial en este pa¨ªs subsista.
?A t¨ªtulo individual ?
La cuesti¨®n de soslayar esta resoluci¨®n, sin embargo, se plantea continuamente, no s¨®lo en casos de deportes de equipo, sino en los individuales. Los tenistas surafricanos, ?a t¨ªtulo individual?, son admitidos en todas partes. Incluso el Gobierno sueco, muy estricto en temas del apartheid, accedi¨® final mente, tras haberse negado en un principio, a conceder los visados de entrada en el pa¨ªs a cinco jugadores: Mitton, Pattison, Curren, Moore y McMillan, y a tres jugadoras, Greer Stevens, Yvonne Vermaak y Tanya Hartford, que deb¨ªan participar en el torneo de Estocolmo, en noviembre. Al parecer, esto no suceder¨¢ con motivo de los pr¨®ximos campeonatos mundiales de squash, previstos para septiembre de este a?o, pues los servicios de inmigraci¨®n suecos alegar¨¢n para negar los visados a los deportistas surafricanos que vendr¨¢n representando a su pa¨ªs y no como ?individuos?. Esta diferencia, en realidad, parece la ¨²nica viable para evitar los conflictos de las injerencias pol¨ªticas en el deporte, y de ah¨ª la propuesta ol¨ªmpica de que la futura participaci¨®n en los Juegos se haga m¨¢s con car¨¢cter individual, sin banderas ni himnos, que como pa¨ªses, hecho que plantea el problema exacerbado de los nacionalismos.En cualquier caso, otra pol¨¦mica invadi¨® el tenis mundial cuando estuvo a punto de celebrarse, el 6 de diciembre, un encuentro de exhibici¨®n entre Borg y McEnroe, en Bofutatsuana, uno de los territorios independientes creados por Sur¨¢frica exclusivamente para negros. Las presiones del norteamericano Arthur Ashe, el ¨²nico jugador de color, ya retirado, sobre su compatriota ?salvaron? a Borg del compromiso, cuando toda la opini¨®n p¨²blica sueca le ped¨ªa no jugar, pero ¨¦l no parec¨ªa querer olvidar el mill¨®n de d¨®lares que hab¨ªa en juego.
Estados Unidos invita
Sin embargo, vuelve a ser el rugby el detonante de una nueva pol¨¦mica. En esta ocasi¨®n es Irlanda la que tiene prevista una gira por Sur¨¢frica en mayo. Las protestas en el ?Pa¨ªs Verde? han sido generales contra la Uni¨®n de Rugby. El Gobierno le ha negado la subvenci¨®n habitual para sus escuelas, seg¨²n declaraciones de Jim Tunney, secretario de Estado para la Educaci¨®n. Dentro del boicoteo total por el proyecto de gira, ni el presidente del pa¨ªs, Charles Hillery, ni ning¨²n ministro asisten ya a los partidos de Irlanda en el Lands-downe Road de Dubl¨ªn, correspondientes al actual Torneo de las Cinco Naciones. Todos ellos rechazaron la invitaci¨®n para el disputado contra Francia el pasado d¨ªa 7. Por primera vez, la banda del Ej¨¦rcito que tradicionalmente toca durante los encuentros dej¨® de hacerlo po rorden del Ministerio de Defensa. El presidente del movimiento antiapartheid, M. Kadar Asmal, decidi¨® que no habr¨ªa manifestaciones para no perjudicar a los hinchas, pero se organiz¨® el d¨ªa antes una marcha con antorchas entre los hoteles donde se alojaban los dos equipos, Irlanda y Francia, apoyada por las autoridades religiosas, en se?al de protesta.El 25 de enero, uno de los equipos de atletas et¨ªopes, integrado por Miruts Yifter, doble campe¨®n ol¨ªmpico de 5.000 y 10.000 metros en los Juegos de Mosc¨²; Tura, medalla de bronce en 3.000 obst¨¢culos; Tadesse y Girma, vencedor en Gateshead (Inglaterra) unas semanas antes, en la ¨²ltima carrera de Lasse Viren, se retir¨® del cross de Cork, tambi¨¦n como protesta.
La situaci¨®n hacia el futuro se puede complicar m¨¢s, pues, seg¨²n fuentes oficiales surafricanas, Estados Unidos ha invitado a los Springboks para jugar tres partidos este a?o, en fechas a determinar, Los norteamericanos parecen as¨ª medir con distinto rasero los boicoteos. No son los ¨²nicos, pues, seg¨²n las circunstancias pol¨ªticas o de intereses, pa¨ªses que fueron a Mosc¨² respetan el aislamiento propuesto por la ONU a Sur¨¢frica -los africanos, sobre todo-, pero tambi¨¦n sucede al rev¨¦s. Boicoteadores ol¨ªmpicos ?toleran? o tratan de saltarse el apartheid, bien a t¨ªtulo individual, o con recursos ?Iibres? como el rugby.
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