Las ofensas de Guerra
Es posible que el se?or Guerra est¨¦ prestando sus servicios al PSOE a trav¨¦s de sus declaraciones generalmente irrespetuosas. Quiero decir que lo que los otros no dicen con semejantes modos (previsiblemente porque tienen m¨¢s talla pol¨ªtica/ humana) lo diga ¨¦l con su t¨ªpico desd¨¦n y sus hirientes calificativos. Puede que est¨¦ prestando as¨ª sus servicios -como v¨ªa de desahogo violento e injustificable-, porque, si no, no me explico c¨®mo se puede mantener a un se?or, por lo dem¨¢s n¨²mero dos de un partido cuasi mayoritario, cuando lo ¨²nico que supone para el partido es desprestigio.El se?or Guerra deber¨ªa saber que no ofende quien quiere, sino quien puede. Que sus comentarios insultantes e hirientes tratando de ridiculizar situaciones/ personas a los que nos tiene acostumbrados no entran en el juego democr¨¢tico, en el que el respeto a la persona es una premisa consustancial a su fundamento. Siempre se ridiculiza cuando no existen modos serios y capaces de razonar y de argumentar; claro que salir airoso a fuerza de descalificaci¨®n y destrucci¨®n de los dem¨¢s siempre es tentador y ?aconsejable? cuando no hay capacidad de hacerlo de modo m¨¢s leg¨ªtimo.
En EL PA?S del viernes 13 de febrero califican su comparaci¨®n del se?or Calvo Ortega con un oso panda de ?ingeniosa?. A m¨ª me parece irrespetuosa y grosera como la mayor¨ªa de sus declaraciones, que, lejos de constituir cr¨ªticas objetivas y serias, son verdaderos atentados al respeto (?y a la provocaci¨®n?).
Deber¨ªa haberse enterado ya de que no ofende as¨ª porque no puede; porque su talla humana deja de desear todo lo que su groser¨ªa la sobrepasa. Pero, adem¨¢s, deber¨ªa saber que lo ¨²nico que fomenta de este modo -con sus modos- no es, precisamente, un ambiente favorable al di¨¢logo y al entendimiento, sino a la desavenencia.
Alfonso Guerra, claro, se creer¨¢ gracioso y con un sentido del humor descomunal; ese es el peligro: la confusi¨®n. /
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