Entronque con las familias de la restauraci¨®n
Un genuino representante de la que hubiera sido la clase dirigente espa?ola, de no haberse producido la guerra civil, est¨¢ a punto de convertirse ma?ana en presidente del Gobierno. Leopoldo Calvo Sotelo y Bustelo entronca con las familias conservadoras del pasado constitucional, por parte de padre, y con las familias liberales de la misma burgues¨ªa emergente, por parte de madre.Gallego por parte de padre y de madre, primo Poldo sintetiza en estos momentos a las familias de la restauraci¨®n mon¨¢rquica canovista. Los Calvo Sotelo, como los C¨¢novas, abogados del Estado y miembros destacados de la ?mesocracia? de principios de siglo, representan la tradici¨®n conservadora, pero constitucional y no fascista. El apellido Calvo Sotelo -inundando como ?protom¨¢rtir de la cruzada? calles y plazas- podr¨ªa haber dejado en la personalidad del joven Poldo una profunda huella durante el franquismo. Pero no parece haber sido as¨ª.
Los Bustelo, como los Sagasta, tambi¨¦n altos funcionarios no terratenientes ni financieros, pero con gemelos de oro, buena casa, bibliotecas y sirvientes, representan en el candidato la tradici¨®n liberal, culta, no clerical, humanista y avanzada. Son familias ligadas a la imagen de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza y al Estado laico y sus hijos hubieran dirigido tambi¨¦n la sociedad espa?ola de no haber mediado la guerra civil.
Ambas familias no tienen grandes fortunas. Pero son miembros de una burgues¨ªa ascendente que nunca hizo en Espa?a su revoluci¨®n. No pertenecen a la oligarqu¨ªa decadente, aunque mantienen con ella ciertos lazos por recibir ocasionalmente su mecenazgo y apoyo. Tampoco tienen grandes fincas porque no accedieron a tiempo a la acumulaci¨®n de riqueza en la propiedad agraria. Son abogados, catedr¨¢ticos, m¨¦dicos, profesionales de la ?mesocracia? que brillan desde finales del siglo pasado en un pa¨ªs de analfabetos, ga?anes, harapientos, cl¨¦rigos y militares. Los hijos de esta burgues¨ªa urbana viajaron al extranjero, aprendieron lenguas, heredaron bibliotecas y pianos. Muchos de ellos apagaron su brillo social, profesional o acad¨¦mico durante la dictadura, mientras otros optaron por el exilio. En todos los casos, perdieron el protagonismo reformador de una clase din¨¢mica y emprendedora. Con la democracia, esta burgues¨ªa civil da muestras de un cierto renacimiento, comienza a desperezarse y a salir a la luz. E incluso a presumir en p¨²blico.
Leopoldo Calvo Sotelo y Bustelo fue a institutos p¨²blicos y al colegio Estudio, no a otros colegios de pago; aprendi¨® lenguas, apreci¨® la lectura, la m¨²sica y las humanidades. Tuvo ?malas compa?¨ªas? en la adolescencia y juventud entre los ?comandos moralizantes? del nacionalcatolicismo de Silva Mu?oz y los propagandistas cat¨®licos -de los que s¨®lo le ha quedado la costumbre de usar misal-, pero el peso de su historia y de su familia le ,recuper¨® de la intransigencia y le devolvi¨® a un camino de mayor tolerancia y de cultura.
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