En su mensaje a Asia, el Papa pide un nuevo orden econ¨®mico y pol¨ªtico internacional

Juan Pablo II visit¨® ayer, en la provincia de Bat¨¢n, el campo de pr¨®fugos de Morong, a ochenta kil¨®metros al suroeste de Manila. Era la primera vez que un papa entraba a un campo de refugiados. Le recibieron las 7.000 personas que han llegado de Vietnam, Laos, Camboya y Tailandia. El papa Wojtyla plant¨® con sus propias manos una cruz, que les quedar¨¢ como recuerdo de su visita. Horas despu¨¦s el Papa ley¨® personalmente, en Manila, ante los micr¨®fonos de Radio Veritas, su anunciado mensaje a Asia, en el que pidi¨® el establecimiento de un nuevo orden econ¨®mico y pol¨ªtico internacional.
Momentos antes de que llegara el Papa al campo de pr¨®fugos hab¨ªa llegado tambi¨¦n la esposa del presidente Marcos, que esta vez asisti¨® en forma oficial al acto como ministro del Desarrollo y como alma de la construcci¨®n de aquel campo con la ayuda americana. Un campo tan bien organizado que se le llama ?el Hilton de los pr¨®fugos?. La presidenta Imelda llevaba su inconfundible vestido de seda rosa y su sombrilla del mismo color. En el palco le hab¨ªan puesto un sill¨®n unos cent¨ªmetros detr¨¢s del Papa, pero ella, como si se hubiera tratado de un error, lo adelant¨® con mucha naturalidad y se sent¨® a su lado.Un grupo de ni?as vietnamitas se exhibieron en unas danzas llenas de ritmo y de ternura, mientras otro grupo de ni?os le llev¨® al Papa unos presentes caminando de rodillas varios metros, seg¨²n la costumbre vietnamita. Entre otras cosas, le ofrecieron un libro con la historia de los sufrimientos de Vietnam, una barca hecha por ellos a mano como s¨ªmbolo de la fuga y muchas flores.
Se ha tratado de un momento de gran relieve emotivo, no s¨®lo porque era la primera vez que un papa pon¨ªa los pies en un campo de refugiados, sino tambi¨¦n porque no se pod¨ªa olvidar en aquel momento que Filipinas hab¨ªa enviado sus soldados para descargar al lado de los americanos las bombas contra el pueblo vietnamita.
En su mensaje a los pueblos de Asia, Juan Pablo II ha pedido que se cree ?un nuevo orden internacional? que ponga las bases para un desarrollo econ¨®mico, pol¨ªtico y social de las gentes, ha dicho el Papa, que sufren la miseria y el hambre como ?males cr¨®nicos?. Como base para que esto se pueda realizar, el Papa ha pedido que se respeten y se profundicen m¨¢s las grandes religiones de Asia, donde el cristianismo es minoritario. Se trata de religiones que, como el hinduismo, el budismo y la religi¨®n musulmana, poseen, ha dicho el Papa, no pocos elementos comunes con el cristianismo en el orden moral y religioso.
El Papa, que leyendo su mensaje en la radio hab¨ªa dicho: ?Hablo no como jefe de Estado, sino como siervo y ap¨®stol de Jesucristo?, ha manifestado el deseo de visitar ?otros pa¨ªses de Asia? para expresarles personalmente ?todos mis sentimientos de profundo respeto y de estima?. Volvi¨® a recordar los deseos de la Iglesia de dialogar con el mundo chino y volvi¨® a subrayar su idea de que la Iglesia ?quiere respetar todas las culturas?.
Los primeros comentarios en Manila a este mensaje han sido que se trata de algo que nadie puede dejar de firmar. Pero que lo dif¨ªcil ser¨¢ concretar qui¨¦n deber¨¢ pilotar este nuevo orden internacional y con qu¨¦ modelos de desarrollo, ya que el Papa mismo afirma que los experimentados hasta el presente han fracasado y producido s¨®lo miseria y guerras.
Hoy, el Papa deja Filipinas, y visitar¨¢ la encantadora isla norteamericana de Guam, en el Pac¨ªfico, antes de llegar a Jap¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.